POR ENCIMA DE TODO, NO OLVIDES EL DEBER DE AMARTE A TI MISMO.
“El amor propio es la capacidad de valorarte, respetarte, cuidarte y aceptarte tal como eres, sin necesidad de cumplir con estándares externos para sentirte digno de existir”.
A pesar de que he tratado con muchas personas que no son capaces de amarse a sí mismas, no concibo –y parece que tampoco lo admito sin revelarme- que alguien cometa el disparate de NO amarse a sí mismo.
Cada persona, ya lo sabes, tiene la responsabilidad de llevar su vida lo mejor posible, de convertirla en algo de lo que sentirse satisfecho y orgulloso, a pesar de que no siempre los padres y educadores nos han preparado para hacerlo bien. Ni siquiera eso es una excusa o una razón para justificar la falta de Amor Propio.
¡Qué belleza eso del Amor Propio! Amor a uno mismo…
¿¡Qué mejor tarea y dedicación hay que la de amarse a uno mismo!?
Ese es un perfecto campo en el que desarrollar la capacidad de amar que después se puede extrapolar a los otros.
No amarse es una injusticia, un error, un sinsentido, ¿un pecado?
En la Biblia se dice: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. COMO A TI MISMO pone como premisa que si no te amas a ti no puedes amar a los otros.
No conviertas tu relación contigo en un aguantarte sin más; menos aún la conviertas en un conflicto, en un continuo menosprecio y una pelea, un gruñido, un trato frío y sin amor.
Amarte es la mejor demostración de respeto y cuidado.
Ámate.