QUE ENTENDEMOS POR ORGASMO
¿De qué hablamos cuando hablamos del orgasmo?
Es difícil de explicar, porque no existe un patrón concreto para definir el orgasmo femenino. Diferentes mujeres experimentan distintas sensaciones, intensidad y duración con respecto a sus vivencias de placer. Básicamente, el orgasmo es la expresión de la máxima excitación sexual: todos los músculos que estaban contraídos se relajan, causando un sentimiento muy placentero que se puede sentir en todo el cuerpo.
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Durante el orgasmo, los latidos del corazón aumentan rápidamente, la respiración se acelera y la presión arterial sube y se sienten espasmos musculares por todo el cuerpo, especialmente en la vagina, el útero, el ano y la parte baja de la pelvis.
Para comprenderlo mejor, es recomendable que echemos un vistazo a las cuatro fases del ciclo sexual de la mujer. Mientras el hombre tarda entre tres y cinco minutos en cumplir todas sus etapas del proceso sexual, la mujer suele hacerlo en unos quince minutos, aproximadamente.
- Excitación: puede durar sólo unos minutos o varias horas. Normalmente, esta fase se inicia entre diez y treinta segundos después de haberse iniciado la estimulación. Físicamente la mujer experimenta la lubricación, expansión y crecimiento de la vagina, el hinchamiento de los labios mayores y menores de la vagina, clítoris y senos. Además, hay un aceleramiento de los latidos del corazón, de la presión arterial y de la respiración. El corazón empieza a bombear un poco más deprisa, el útero se contrae y comienzas a segregar fluidos lubricantes.
- Meseta: se acentúan los fenómenos de la fase anterior, aunque se trata de una fase menos perceptible porque casi todo sucede dentro de tu cuerpo. La vagina aumenta de tamaño, los labios menores se oscurecen y se abren ligeramente y el útero se desplaza hacia arriba. El clítoris se llena de sangre y se pone erecto.
Al igual que en la primera etapa, los latidos del corazón y el pulso continúan acelerándose. Además, los músculos de los muslos, caderas, manos y nalgas se tensan. Puedes incluso notar un enrojecimiento de la piel (sobre todo en el estómago, pechos, hombros o cara).
- Orgasmo o clímax: es la etapa más corta. La sangre llega al pecho, que se agranda aún más. La respiración se hace más rápida y agitada (es cuando más gemidos se producen). Experimentas una serie de contracciones musculares involuntarias en la vagina, el útero y el recto, las cuales resultan muy placenteras.
(El número y duración de estas contracciones depende de cada mujer). La tensión muscular llega también a su punto más alto, acompañada por lo general de reflejos musculares en las manos y pies.
- Resolución: en la última etapa, el cuerpo recupera poco a poco la normalidad.
Esta fase puede durar de cinco minutos hasta una hora: el útero y el clítoris regresan a sus posiciones normales, los músculos se relajan y va despareciendo el enrojecimiento de la piel y la hinchazón de ciertas partes: la sangre se retira de la pelvis, los pechos recuperan su tamaño habitual y el sentimiento general es de satisfacción y plenitud. El ritmo cardíaco baja.
Más que diferentes orgasmos, existen diferentes maneras de alcanzarlo
Mediante el coito, con la estimulación del clítoris, caricias en la vulva o incluso en los pechos, etc.
Sobre esta cuestión, se ha escrito mucho, pero no todo ha sido acertado. Para muestra, un botón: Sigmund Freud afirmaba que el orgasmo por estimulación del clítoris era propio de mujeres inmaduras, mientras que los orgasmos mediante la penetración indicaban una mujer madura. Es obvio decir que estas ideas han quedado ampliamente superadas (para llegar a esta conclusión, Freud estudió a ¡tres! mujeres de Viena).
Lo que sí es cierto es que la gran mayoría de las mujeres alcanza el orgasmo a través de la estimulación del clítoris: algunas investigaciones señalan que alrededor del 25 por ciento de las mujeres alcanza el orgasmo a través de la penetración. Por lo tanto, nada más y nada menos que un 75 por ciento necesitan estimulación del clítoris para lograrlo. Y alrededor del 12 por ciento son anorgásmicas, es decir, no pueden alcanzarlo de ninguna de las maneras. Según los estudios de la doctora Helen Kaplan, las cifras se distribuirían así: Existen innumerables encuestas sobre esta cuestión. Las cifras son distintas, pero aproximadamente todas coinciden: la gran mayoría de las mujeres logra el orgasmo por la estimulación del clítoris.
Alrededor del diez por ciento nunca han alcanzado el orgasmo, es decir, son anorgásmicas primarias.
Otra sexóloga, Shere Hite, explica por qué la mayoría de los orgasmos llega gracias al clítoris y no al coito: «Mi investigación sobre la sexualidad femenina demuestra que la mayoría de las mujeres puede tener fácilmente un orgasmo durante la masturbación o la autoestimulación (una práctica que no aprenden de nadie, luego es testimonio directo de su cuerpo, una información clara que deberíamos alegrarnos de tener), y prueba que esa autoestimulación que culmina en el orgasmo se centra casi siempre en la zona púbica o clitoridiana (pocas veces incluye la penetración vaginal). Es decir, es totalmente distinta a la estimulación que las mujeres suelen recibir durante el coito, así que no es extraño que el número de orgasmos durante el coito sea relativamente bajo en comparación con el número de orgasmos tras la estimulación del clítoris».
Pero las ideas de Freud y sus seguidores han generado muchas dudas: aún hay mucha gente que cree que la mujer debe llegar al orgasmo a través del coito.
En caso contrario, las tachan de frígidas o anorgásmicas, un error como tantos otros que todavía persisten en el mundo de las relaciones sexuales. ¡Un orgasmo logrado a través de la estimulación del clítoris no es de peor calidad que el logrado a través de la penetración!
No existe el orgasmo femenino sin la intervención del clitoris
Incluso aquellas mujeres que dicen que sólo logran el orgasmo con la penetración, se sorprenderían si supieran que lo obtienen porque el pene roza la entrada de la vagina, y golpea con el hueso pubiano y las bolsas testiculares la zona de la vulva. Hoy en día están superadas las ideas de orgasmo clitoridiano o vaginal: la respuesta orgásmica es una sola, aun cuando los estímulos sexuales puedan recibirse a través de distintas zonas del cuerpo, o incluso con la fantasía. Un ejemplo: existen mujeres que disfrutan del orgasmo tan sólo por la estimulación de los pezones, pero a nadie se le ocurriría hablar de orgasmo mamario. También hay mujeres que alcanzan el clímax por estimulación del ano o del monte de Venus.
Para que la mujer llegue al orgasmo es tan importante la lubricación de la vagina como la estimulación del clítoris. Una vagina que no está lubricada lo suficiente puede dar lugar a una penetración dolorosa, bloqueando la obtención del placer y, por consiguiente, evitando que la mujer llegue al orgasmo. Por eso es muy importante que durante la fase de excitación, la mujer reciba el suficiente estímulo erótico para poder lubricar la vagina y lograr que ésta se expanda y crezca para recibir el pene. Para ello, lo mejor es que sea ella quien dicte cuándo debe empezar la penetración.
Pero muchas veces caemos en el error de reducir el placer sexual al orgasmo.
Y sin embargo, las relaciones sexuales van mucho más allá. Sobre todo para las mujeres. Ellas, en este caso, tienen una vivencia más global del sexo, es decir, no les preocupa únicamente el orgasmo, como suele ocurrir con los hombres. Ésa es una de las grandes diferencias entre los hombres y las mujeres. El ejemplo de la sexóloga Edna Astbury-Ward es muy elocuente: «Las mujeres no son como los hombres en lo referente al orgasmo, y para ellas no parece ser una necesidad universal disfrutar del coito, aunque
es algo que varía enormemente de unas mujeres a otras. Los hombres, en general, consideran que el coito sin orgasmo es como jugar un partido de fútbol con resultado 0-0. Pero las mujeres pueden disfrutar del partido aunque no se produzcan goles».
El orgasmo emocional
La gran mayoría de las mujeres desea la penetración debido al significado emocional que le otorgan de comunicación y expresión máxima de fusión con su compañero. Aunque muchas no llegan al orgasmo físico durante el coito, sí puede ocurrir que experimenten unas sensaciones conocidas como orgasmo emocional.
La expresión la acuñó Shere Hite: «El orgasmo emocional es una sensación de amor y comunión con otro ser humano que alcanza una cumbre, un gran desbordamiento de intensidad sensitiva, que puede notarse físicamente en el pecho, o como un nudo en la garganta, o como una impresión general de apertura, una sensación de deseo de penetración más y más profunda, un anhelo de fusión, de convertirse dos en uno. Podría ser descrito como una completa liberación de emociones, lo que una mujer denominó ‘una penetrante sensación de amor’ o un orgasmo del corazón». En realidad, cualquier vivencia amorosa profunda proporciona unas sensaciones que trascienden el placer físico. Sin embargo, no deben confundirse con los mecanismos que participan en el orgasmo físico. Puede ser que la mujer sea capaz de experimentar ambos o que prefiera uno al otro.
¿Sabías que…?
Un orgasmo dura aproximadamente entre 3 y 10 segundos, y las contracciones orgásmicas se dan en intervalos de 0,8 segundos, tanto en los hombres como en las mujeres.
Los estadounidenses William Masters y Virginia Johnson fueron los primeros en investigar el comportamiento sexual humano. Ellos fueron quienes describieron las cuatro fases fisiológicas de la respuesta sexual humana (excitación, meseta, orgasmo y resolución).
El orgasmo en la mujer
- 50 % aprox. alcanzan el orgasmo en el coito con estimulación clitoridiana.
- 30 % aprox. alcanzan el orgasmo en el coito sin estimulación clitoridiana.
- 10 % aprox. no lo alcanzan con un compañero determinado.
- 10 % aprox. no lo alcanzan nunca.
