¿QUÉ HACER CON NUESTROS PENSAMIENTOS CUANDO MEDITAMOS?
(Sarvavita)
Muchas veces a la hora de nuestra meditación, nos enfrentamos a muchos pensamientos, hay días que todo va más fácil, mientras otros no.
Esto por lo general pasa cuando somos principiantes en la meditación, pero después a medida que la practica es mayor, esto va desapareciendo.
Si meditas diariamente verás cómo hay una mente más calma y a medida que la práctica va avanzando se va logrando un silencio interior, y los pensamientos van tomando un flujo más calmado.
La diferencia se puede sentir y ver claramente cuando dejas de meditar unos días y observas tu mente y tus pensamientos, recién ahí te das cuenta del avance y el beneficio que has ido teniendo cuando se medita.
Muchas veces me han preguntado: “¿Qué puedo hacer cuando mi mente está llena de pensamientos?” generalmente las personas piensan, que esto es un inconveniente y se dicen “esto no es para mí, no lo puedo hacer” y pierden la fuerza y las ganas, pero eso es un error, hay que ser pacientes, no hay que esperar nada.
Con el tiempo los resultados se sentirán y se verán. Para obtener los beneficios es necesario ser constantes, tener un horario fijo, para que así nuestra mente se adapte a esto.
Si hay muchos pensamientos no importa, si se está enfermo tampoco, que no hay tiempo, entonces hay que buscar otro horario más flexible, (por las mañanas antes de iniciar el día es ideal) no hay que dejar cabida a que la mente nos seduzca con algún engaño, estos momentos son los que en donde más necesitamos de nuestra práctica.
El maestro Susuki, decía:
Cuando se practica meditación no se debe tratar de detener el pensamiento.
Hay que dejar que éste se detenga por sí mismo.
Si algo nos viene a la mente, se deja que venga y se deja que salga.
No permanecerá mucho tiempo.
Cuando se trata de detener el pensamiento, el resultado es que uno se preocupa.
No hay que preocuparse con nada.
Al parecer es como si algo viniera de fuera de la mente, pero en realidad son olas de ella y si uno no se preocupa con ellas se van calmando gradualmente.
En cuestión de cinco o a lo más diez minutos, la mente estará completamente serena y calma.
En ese momento la respiración se tornará bastante lenta y el pulso se acelerará un poco.
Lleva bastante tiempo conseguir en la práctica la calma y serenidad de la mente.
Se perciben muchas sensaciones, surgen muchos pensamientos, muchas imágenes, pero son únicamente olas de la mente de uno. Nada proviene de fuera de la mente.
Generalmente nos parece que la mente suele recibir impresiones y sensaciones del exterior, pero esto no es la verdadera comprensión de la mente.
La verdadera compresión es saber que la mente lo incluye todo; cuando se piensa que algo proviene del exterior eso significa únicamente que algo aparece en la mente.
Nada de lo externo puede causarnos inconvenientes.
Las olas de la mente las produce uno mismo.
Si se deja a la mente tal cual está, se calmará.
Ésta es la que solemos llamar la gran mente.
(Sarvavita)
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