Buscandome

Bienvenido(a), Visitante. Por favor, ingresa o regístrate.

Ingresar con nombre de usuario, contraseña y duración de la sesión

 


Traductor Google

 LA PLENITUD ES MÁS IMPORTANTE QUE EL ÉXITO



Junio 30, 2012, 02:34:09 pm
Leído 2206 veces

Desconectado adonis

  • Hero Member
  • *****

  • 1249
    Mensajes

  • Karma: 0

LA PLENITUD ES MÁS IMPORTANTE QUE EL ÉXITO
« en: Junio 30, 2012, 02:34:09 pm »
VICTORIA, CONQUISTA, GLORIA, ÉXITO…


Palabras que despiertan, símbolos que evocan mil y una historias sagradas, sueños que empujan al hombre, que movilizan sus fuerzas, que lo arrastran de su área cómoda ampliando sus fronteras, superando sus imposibles.

La búsqueda del éxito nos mantiene vivos, en constante desarrollo.

¡Seamos sinceros! Nos gusta ganar, ser los mejores en algo, ser reconocidos, dejar huella en los demás, hacer historia, llegar a la meta, o simplemente conseguir lo que nos proponemos (especialmente cuando otras personas saben que te lo propusiste).

Y si bien la lucha diaria suele estar motivada por el premio que trae el éxito consigo;  en muchos otros casos la motivación principal es el miedo al fracaso,  el temor a quedar en ridículo ante los demás, por ejemplo.

Vivimos inmersos en esta sociedad occidental donde se premia en demasía el éxito y se castiga y ridiculiza el fracaso. Es cierto que esto es un ritual  que proviene de la naturaleza misma donde el más fuerte prevalece sobre el más débil; pero en nuestra cultura se experimenta de una manera exagerada y ciega. Exagerada porque pareciera que todo es o blanco o negro… o tenés éxito o sos un fracasado; o tocaste la cima del Aconcagua o sos un segundón que estuviste a 100 metros del pico pero como no lo alcanzaste, “no vales nada”. Es ciega porque sólo se miran los resultados y muy pocas veces el esfuerzo que hay detrás. Ni siquiera uno mismo se suele permitir ser feliz mientras no logre a la perfección su cometido.

Suele ser natural que salir subcampeón te deja esa bronca de no haber alcanzado el premio mayor… pero…  ¡cuánto más importante es poder terminar ese partido con el pecho en alto!, sabiendo que uno dio todo, que se la jugó por entero, que puso su corazón en la cancha y que ya haber llegado a la final es un gran éxito. Y por más que algunos digan que eso es consuelo para “perdedores”, la verdad es que entonces somos todos perdedores porque la vida es así, incierta, injusta, imprevisible, misteriosa. A veces te toca ganar y otras veces te toca perder… pero ¿ahí termina todo?

A este mundo exitista donde los resultados son más importantes que las personas mismas, se le está olvidando una lógica que está por sobre ese “Éxito-Fracaso” tan básico y ciertas veces inhumano; una lógica que le da sentido al hombre y su actuar, una lógica interior que trasciende lo visible pero que se siente con más fuerza que una copa en las manos o que tus pesos ($) en el banco…

Hablo de la lógica “Plenitud-Vacío”.

Puedo sentirme pleno habiendo logrado mi éxito profesional, así como también puedo experimentar vacío ante un fracaso profesional. Pero… perfectamente puedo conseguir mis metas profesionales siendo un exitoso empresario, y al mismo tiempo percibir vacío por dentro, sentirme frustrado en el alma. Así también puedo fracasar en mi sueño profesional pero sentirme pleno por dentro la mayor parte del tiempo y sin bajar los brazos, retomar el camino hacia la victoria.

Para poder verlo con más claridad, incluyo esta matriz del éxito y la plenitud que una vez me enseñó un gran consultor y educador, el Licenciado Gustavo López Espinoza.

“Poder diferenciar el mero éxito material y visible con lo que verdaderamente colma el propio corazón y da plenitud a la propia existencia es tarea fundamental para una vida sana y orgánica. Esta diferenciación consciente entre éxito y plenitud ayuda a tener un centro claro en la vida para no dejarse llevar por lo que el fenómeno social imponga como éxito (Dinero, belleza, poder, fama, inteligencia, etc.)”.

Si bien muchas veces se cruzan, hay que hacer el intento de poder diferenciarlos de forma consciente.

Cuando hablo de éxito me refiero a la concreción de un objetivo sin tener en cuenta los medios que se utilizaron para lograrlo, tal como aprobar un parcial, recibirse de una carrera, conseguir un buen trabajo con alto sueldo, lograr el ascenso, etc.

También éxito puede ser lograr el reconocimiento de tus compañeros de trabajo, casarse enamorado y nunca separarse, tener una familia unida, ser premiado por algo especial o vender tu empresa por millones…

En cambio, al hablar de plenitud me refiero a esa sensación interior de completitud que te da eso que hacés mientras buscás el éxito. Hablo de esa intuición, de que eso que estás haciendo expresa lo que sós, es auténtico y le da sentido a tu vida. Asimismo, es mucho más que un mero sentimiento, es toda una experiencia que irradia vida, que hace desplegar todos tus potenciales y la de los que están a tu alrededor.

La plenitud también suele incluir el goce sensible, pero no siempre.

En definitiva hablo del espíritu que está detrás de cada cosa que hacés… sin espíritu, no hay plenitud.


Esto es algo de  lo que puede dar verdadera plenitud:

+ Lograr el reconocimiento de tus compañeros de trabajo porque a cada persona la hiciste sentir única.

+ Aprobar un parcial  por el que te esforzaste estudiando.

+ Vender tu empresa por millones habiendo trabajado arduamente por conseguirlo sin pasar por cuestiones poco éticas.

+ Casarse enamorado y nunca separarse gracias a la lucha fiel y generosa, y al empeño que pusiste en comprender a tu cónyuge y expresar con sinceridad  tus sentimientos.


Pero… ¿qué pasaría si a estos últimos ejemplos les mantengo el espíritu pero los hago fracasar?

Es decir… Reprobar un examen por el que te esforzaste estudiando o que quiebre tu empresa a pesar de que trabajaste arduamente y de manera ética para conseguir su éxito.

Si bien estas dos son experiencias frustrantes y dan bronca, un hombre con visión amplia y orgánica de la vida, sabe reconciliarse con esa realidad, sentir tranquilidad porque hizo todo lo que pudo siendo fiel a sus valores y aprender de eso para seguir creciendo y mejorando. Incluso puede sentirse feliz pasado el enojo, y aprovecharlo: el estudiante para decantar mejor el conocimiento (quien sabe quizás en un futuro eso le sea muy importante), y el empresario para aprender de sus errores y volver a empezar o darse cuenta que los emprendimientos no son lo suyo y hay otros trabajos en los que si podría desplegar mejor todo su potencial.

En este sentido es que el Dalai Lama dice: “Recuerda que no conseguir lo que quieres, ciertas veces es un gran golpe de suerte.” o el popular refrán: “No hay mal que por bien no venga”.

Por otro lado, ¿Qué pasaría si en los ejemplos hago que sean exitosos, pero que el espíritu que está detrás sea vacío?

+ Casarse enamorado y nunca separarse porque la iglesia lo dice pero odiando eternamente a tu mujer, sin escucharla y teniendo relaciones con otras.

+ Lograr el reconocimiento de tus compañeros de trabajo por tus engaños y estafas.

En este caso realmente me quedan serias dudas si la persona puede experimentar esa plenitud de la que vengo hablando. ¿Cuánta gente no empezó con el vicio del cigarrillo por causa de “llamar la atención” o “seguir la moda”? ese es el ejemplo preclaro de alguien que consigue su éxito pero sin plenitud. O pseudo-plenitud, porque el espíritu que estaba detrás de ese “éxito” de sentir pertenencia en un grupo termina jugándole en contra con el vicio de fumar y con la efímera aceptación de otros hacia esa persona por lo que hace y no por lo que es. Es el círculo vicioso del éxito vacío.

¿A qué me refiero en concreto con todo esto?  Para poder expresarlo de una manera más profunda, vuelvo a sacar a la luz la brillante frase de Fito Páez quien en su canción “Eso que llevas ahí” dice: “Lo importante no es llegar, lo importante es el camino”.

Lo más importante no es el resultado final, lo más importante es que mientras luches por eso que querés conseguir, por un lado percibas que ese fin que buscás es auténtico y te encamina a la plenitud, explotando tus capacidades; y por el otro, que puedas ir disfrutando de cada paso que das, poniendo en cada cosa todo tu corazón.

En este sentido, el tenista chileno Fernando González en un reportaje antes de su partido con Soderling dijo: “Cuando uno empieza a disfrutar las cosas es cuando uno saca lo mejor de uno”. Al final terminó perdiendo el partido, pero si esto que dijo es realmente lo que vive, no dudo que la debe estar pasando genial.

El desafío que planteo en este post es a conectarse con el propio corazón para darse cuenta si eso que inconsciente o conscientemente buscás, verdaderamente te llena, le da sentido a tu vida, potencia tu ser y te despliega.
Es decir, si el espíritu que está detrás de los fines que buscás en la vida, son auténticos y te elevan.

Y al mismo tiempo invito a mirar más allá del éxito y el fracaso, y mirar lo que verdaderamente importa… LA PLENITUD.
La tuya y la del que está al lado tuyo, la de tu hermano, tu vecino, tu amigo, tu papá, la de tu país, la de tu mundo.

Creo que no hay dolor más fuerte que el que se siente ante un vacío profundo de alma. La árida angustia que genera esa experiencia de vacío es más arrolladora que cualquier fracaso. He visto a chicos con cáncer luchar con fuerza por recuperarse… y aunque no lo lograban, (es decir FRACASABAN), el sentirse acompañados por sus familiares y por sus amigos del hospital les llenaba el alma, los reconfortaba  e incluso sin salud pero con ese amor recibido, expresaban felicidad.

En el fondo, lo que trato de decir es lo que Albert Einstein dijo en estas pocas palabras: “Try not to become a man of success, but rather try to become a man of value.” … “No luches tanto por ser un hombre exitoso, sino más bien por ser un hombre de valor“.


http://www.jpvillani.com.ar/2009/06/la-plenitud-es-mas-importante-que-el-exito/


 

TinyPortal 1.6.5 © 2005-2020