Hay momentos en que todo se hace por hacer, y que no nos damos cuenta de que cada movimiento que hacemos es una forma de mover un peón, para que los otros peones se muevan hacia a un lado o a otro; que no somos independientes hasta tal punto, pues cada vez que actuamos repercute en esas personas que están cerca y nos quieren, y es su manera de poder crecer y evolucionar juntos hasta llegar a hacer ese camino, que no es siempre fácil pero tampoco tan difícil como para no conseguirlo.
Hay sentimientos que reprimimos por creernos que vamos a pasar por algo que no somos, pero cada vez que lo hacemos se nos va cerrando una puerta del corazón que después es difícil de abrir, pues los miedos nos acaparan y no dejamos entrever la luz que hay dentro de él, porque del pasado se aprende pero no sirve para regodearte en él; las cosas hay que intentarlas aunque te puedas equivocar de nuevo, pues siempre tienes la fortaleza de volverte a levantar cada día y tratar de superarte, porque cada día es un arte de superación, de amor, de resurgir, de transformar esa realidad que tienes e intentar probar qué pasaría, sí, pero sabiendo que nunca lo vas hacer perfecto porque no lo eres.
Hay circunstancias que te hacen dar un cambio radical y elegir siempre el camino a tomar; hay momentos en que tu ser se llena de oscuridad y piensas que portándote de una manera no apta vas a conseguir más, o quejándote y llorando por las esquinas diciendo que la vida es mala y que no confías en nadie vas a conseguir el aprecio y el respeto de los demás, pero así siempre te cierras la posibilidad de valorarte a ti misma, porque lo único que muestras es que no tienes lo suficiente para salir y necesitas que te bailen la polka, y te digan lo buena que eres, pero te das cuenta que durante un tiempo puede que funcione, pero después esos que tanto te apoyan y te dicen van desapareciendo, y es entonces cuando empiezas a averiguar que vas por el camino equivocado, que la vida es algo que hay que ganarse, que te enseña a quererte, a confiar en ti, y en saber que si tú no haces las cosas nadie las hará por ti, por lo que empiezas a buscar dentro de ti y a darte la oportunidad de querer ser feliz, y lo consigues, pues todos tenemos esos dones para ello, que los encontramos cuando dejamos la tontería y nos preocupamos realmente por lo que importa y no por comparaciones , por celos, por inmadurez, o porque en el fondo no queremos crecer y queremos que nos mimen o hagan las cosas por nosotros.
Hay preocupaciones siempre, siempre habrá algo por lo que estés inquieta, algo por lo que te quieras revelar, pero lo malo no es en sí esto, lo malo es que todo esto te impida ser feliz de una manera coherente, no te deje ser o llevar una vida digna porque no estás pendiente de lo que es realmente importante sino de la superficie, porque no sabes ir mas allá y te crees que eres el centro del universo, pero todo pasa, y todo llega, y lo importante es darte cuenta de quién eres, cómo eres, de tus limitaciones, de lo que puedes aportar o no aportar, y ser realista que no quiere decir que no sueñes, sino que afrontas la realidad tal y como es, y con eso vas marchando haciendo tu proyecto y vas creando en sí tu manera , tu forma y tu filosofía de vida, que se tarda mucho pero se encuentra. No importando el pasado, no importando los resbalones, pero sí la actitud que tengas a partir de darte cuenta de ello.
Porque la vida, el tiempo, el espacio, siempre será lo que tú quieras que sea, porque aprenderás a valorar la vida, a mirar lo que te rodea, a saber que tienes que vencer a la adversidad, y que esta no te venza a ti; que hay un camino que comienza y tiene que terminar unas veces antes y otras después, pero lo bello es que cuando pase sepas que has estado y has sido, y no te has dejado llevar por la oscuridad de los que nunca saben por dónde ir.
Y hoy somos, hoy estamos, hoy lo hemos intentado, hoy vivimos con sonrisa, o sin ella, pero lo contamos .
EstheR., sé feliz.
Esther Sánchez Orantos
