LA VIDA DEJA DE DOLER CUANDO LA EMPIEZAS A EXPERIMENTAR
Querido papá:
Otra vez más escribiendo mis experiencias, las circunstancias de la vida que me llevan por derroteros de despertar. Quizás tú pienses ¿derroteros de despertar? Sí, papá, ese despertar a una forma nueva de ver la vida, un nuevo paradigma que de una vez por todas, nos libere del sufrimiento.
Hoy, igual que ayer, y como ya hace algunos días, me desperté muy temprano. Hace ya años papá que, como tú sabes, muchos pensamientos se agolpan en mi cabeza. Ideas que en su día me hicieron sentir el dolor de la incomprensión de mis semejantes. Y me hicieron víctima de mí mismo y esconderme tras etiquetas sociales.
Hoy, muchos años después, cada vez más personas muestran los síntomas que yo tuve en el pasado. Cada vez más hermanos hablan de despertar, de cambio.
¿Sabes querido papá?, de lo que hay que hablar es de comodidad, de falta de conocimiento.
Millones de personas ahora mismo, mientras escribo esta carta, se están despertando al toque frenético de un despertador, que les marca una dura jornada de trabajo. Se levantan lamentándose de su suerte. Sí, papá, los seres humanos vivimos lamentándonos de nuestra suerte. Qué inocentes somos, porque tenemos la suerte de poder hacer lo que queramos en la vida. Sí, como suena, ¡Lo que queramos! Solo es una cuestión de responsabilidad. Y tal vez te preguntes ¿cuestión de responsabilidad? Sí, papá.
Responsabilidad de tomar el timón y navegar a favor de nuestro propósito, de encontrar el sentido de la vida. La vida es una experiencia, y nosotros elegimos cómo es esa experiencia.
No me he vuelto loco papá, hoy he despertado otro nivel más. Hoy me he dado cuenta, de que todas las circunstancias que se dieron en mi vida, y las que se dan en cada uno de nosotros, son necesarias para recordar quiénes somos. Tenemos la capacidad de modificar al instante la experiencia. Todas las circunstancias y sucesos que nos ocurren y nos duelen, existen porque tenemos que aprender una lección, que esa experiencia sucede para que descubramos la forma de solucionarla para que recordemos quien somos.
Sí; el problema se crea junto con la solución, tenemos soluciones para todas las circunstancias, ¿Y qué hacemos? Lamentarnos.
Nosotros nos limitamos, y en vez de ver la solución, vemos un problema, una amenaza y sentimos miedo, como animales que somos, reaccionamos y buscamos desesperadamente una salida. Y la buscamos fuera, en un médico, un medicamento, un consejero, un libro, o cualquier otra de las muchas formas que existen, y que también hemos creado.
Y en esa búsqueda nos desesperamos aun si cabe más, ya que no encontramos más que un alivio sintomático, y ese problema o circunstancia como si de un fiero león amenazante se tratara, están ahí, esperando, y no se mueve, y estamos tan asustados que todavía vemos menos la solución.
Así es, querido papá, ese es el problema tan grave que tenemos los seres humanos, una falta de responsabilidad. Toda solución pasa por eso, por tomar la decisión de reconocer que todo ocurre por algo, y eso, nos está mostrando una lección, ¡sí, una gran lección!
La vida es una gran escuela, en la que solo hay dos formas de aprehender.
1. Tomar apuntes, e intentar comprender, y entender las circunstancias, clavar los codos y “empollar la vida”. Y vivir lamentándose de la suerte, del gobierno, del sistema, de los hijos, de la pareja.
Y te das cuenta que no entiendes nada, que suspendes una y otra vez los exámenes, y cada vez te sientes más resignado, más indignado y entras en “la carrera de la rata” dando vueltas en una rueda de la que nunca sales y cada día acabas agotado y asqueado.
Esta es la vida que hemos elegido vivir. Es válida y correcta. En esta vida todo es correcto, todo sigue un plan.
Lo malo, es que llegue la reválida, y ese sea el fin de esta experiencia, en ese devenir de la vida, hayas castigado tanto tu mayor bien, tu cuerpo, que ya se te acabó el tiempo, y te ocurre como aquel gran hombre que conocí, y que dos meses antes de su muerte me confesó tomando un café, que sabía que se iba a morir y que se acababa de dar cuenta que había perdido la vida detrás de una mentira, detrás de la búsqueda de la felicidad tras los bienes materiales, en la mentira de un futuro mejor.
2. Vivir es una experiencia, en ella está implícito todo, problema y solución. Podemos vivir o sufrir. Y yo hoy mi querido papá, elijo vivir la vida como una experiencia. Disfrutando de cada instante como si fuera el último, y paradójicamente los es.
Solo existe ahora, este momento.
Tomar la responsabilidad de la vida es ser libre, es Libertad, compromiso, y decisión.
Es hacer lo que me apetezca, siempre con la responsabilidad y el respeto hacia mí mismo cuidando el único bien que tengo, mi cuerpo. Comprometido con los demás y el entorno. Eso es libertad y eso es vivir la vida como una experiencia.
Tengo que ser consciente de que detrás de todo problema está la solución. Y que es mi responsabilidad cambiar para solucionarlo. Eso es vivir la experiencia de la vida. Dejar de lamentarse y preocuparse para pasar a OCUPARASE DE VIVIR.
No hay nada que comprender ni entender, ni analizar. Hay que dejar de preguntarse ¿Qué, Cómo, Por qué, Para qué?
Qué más da, ya lo pasado, para qué analizarlo, solo hay que vivir y experimentar, saber que solo existe este momento, que el pasado dejó de existir, y solo es importante el momento. Y en ese momento está la solución.
Solo cuando estoy en mi centro, el Aquí y ahora, veo, siento y me suena la solución, que mi única obligación es vivir y experimentar cada instante. Y que es ahora cuando estoy viviendo, o experimentando.
Vivir es lo mismo que experimentar.
“La vida deja de doler cuando la empiezas a experimentar”
Eso es, querido papá, lo que hoy recordé, lo que después de muchos días de despertarme muy temprano, y preocuparme de lo que pasaba por mi mente. Hoy recordé que todas las circunstancias de mi vida, que todas las personas que “me han herido” solo han sido una serie de acontecimientos y sucesos que existieron para que me diera cuenta de que la vida es una experiencia y que hay que vivirla, y que todo lo que sucede y nos duele, tiene una lección que experimentar, que detrás de todo problema está la solución. Que yo elijo vivir esas experiencias para recordar quién soy. Y hoy decido dejar de lamentarme y pasar a responsabilizarme de mi vida.
Que no se puede huir de los problemas, ni tampoco enfrentarse a ellos.
Solo hay que preguntarse, ¿qué tengo que aprender de esto?, y reconocerlo como nuestro, como que es algo que está implícito en nosotros. Y que la solución a todo existe, de no ser así no existiría el problema.
Hoy papá, voy a tomar un compromiso conmigo mismo. Voy a ser tal cual “Juan Salvador Gaviota” voy a experimentar la vida, voy a demostrarme a mí mismo quién soy, y a mostrarle a mis semejantes que la vida es una experiencia. Hoy he despertado y decido ser un despertador, que con un tono y ritmo agradable despierte a mis hermanos a una verdad, que ahora es la mía, y quien la quiera tomar que la tome y si le sirve estará bien y si no también, porque todo está bien.
Querido papá, para despedirme hoy, una frase: “Nada es imposible”.
Espero que estés bien en el cielo.
Tu hijo que no te olvida.
Fran Gutiérrez.
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