Por qué se abandonan los objetivos de comienzo de año? La gran clave que lo cambia todo.
La consultora AC Nielsen realizó un estudio estadístico sobre los objetivos que mayoritariamente se establecen a comienzo de año. Los resultados ciertamente denotaban pocas sorpresas.
En el estudio que se realizó a través de encuestas a consumidores en 46 países ofreció los siguientes resultados:
-El 56% de las personas se formula de algún modo objetivos para cada nuevo año.
-Más del 50% de los encuestados tenía como objetivo trabajar menos en 2007.
-El 60% de los que se planteaban objetivos, tenían la intención de hacer más ejercicio durante 2007.
-Uno de cada tres encuestados se fijaba el objetivo de ponerse a dieta.
-Uno de cada tres encuestados tenía como objetivo equilibrar mejor la vida profesional y la familiar.
-Uno de cada cinco de los que se declaraban fumadores tenían como objetivo dejar de fumar.
En primer lugar, esto demuestra que a nivel general todos los seres humanos tenemos el deseo de mejorar. Pero si se analizan los datos en mayor profundidad, encontraremos un “pequeño” problema. Casi con toda seguridad la gran mayoría de esas personas que han fijado toda esa serie de objetivos para este año, se encontrarán formulando para el próximo año la misma clase de objetivos porque no habrán hecho nada al respecto.
Y ahí surge la pregunta: ¿Porqué?
Pues porque simplemente establecer objetivos es una tarea muy sencilla y fácil de hacer. Pero ese es simplemente el primer paso, aunque para mucho sea también el único paso que dan.
La gran clave está en dar el segundo paso necesario. El más importante. El paso que garantiza comenzar a producir resultados de verdad. Y ese paso es transformar tu objetivo en una firme RESOLUCIÓN.
La palabra RESOLUCIÓN se deriva de “resolver”, que viene a significar “solucionar definitivamente algo”. Es tomar una decisión firme y comprometerse a llevarla a cabo cueste lo que cueste. Haya que poner el esfuerzo que haya que poner. Punto. Lo que sea necesario hasta lograrlo. Y eso obviamente no es cómodo.
Y toda la diferencia la marca el hecho de que mientras la mayoría de las personas trata a sus objetivos como simples deseos, aquellos que finalmente consiguen sus objetivos siempre los tratan como decisiones firmes y comprometidas. El COMPROMISO es aquí la palabra clave.
Porque una vez establecido el compromiso firme es bien sencillo establecer un plan y atenerse a su seguimiento. Sin compromiso jamás habrá un plan con garantías de éxito. Sin compromiso no existirá perseverancia en el propósito. Y como todo cambio a mejor que sea realmente significativo conlleva generalmente un esfuerzo importante, sin un compromiso firme no se soportará ese periodo de tiempo que se ha de pasar fuera de la zona de comodidad.
Así pues, ahora que ya han pasado algunos días desde el comienzo del año, te lanzo una pregunta:
¿Qué le ha pasado a los objetivos que estableciste a finales del año pasado?
¿Estás trabajando firmemente para conseguirlos o ya han quedado aparcados en el olvido?
Si es así, renueva tus propósitos.
Decide esta vez firmemente que lo vas a lograr.
Estamos en el momento de la ACCION.
Ahora es el momento.
No esperes a que pase todo una año para volver a formularte los mismos objetivos el año que viene habiendo perdido todo un año.
© 2012 José María Vicedo –
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