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 LOS YANOMAMI: CHAMANES SAGRADOS



Enero 18, 2013, 09:03:07 pm
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LOS YANOMAMI: CHAMANES SAGRADOS
« en: Enero 18, 2013, 09:03:07 pm »
LOS YANOMAMI: CHAMANES SAGRADOS. TEMA ANTROPOLOGICO DEL BRASIL.
Publicado por Eric Garcia Abreu el enero 5, 2013 a las 2:13pm en RUEDAS ANCESTRALESAtrás a RUEDAS ANCESTRALES discusiones
     Para los yanomami de la Amazonia brasileña, el mundo de los espíritus es una parte fundamental de la vida. Cada criatura, roca, árbol y montaña tiene su propio espíritu.


     Omama, nuestro creador, nos hizo pensar y hablar con el alma de la selva, con el alma de la montaña y con el alma de la luna, del sol y de las estrellas, explica el chamán Davi Kopenawa, que describe aquí cómo cuidan del mundo los chamanes yanomami.
     Sin embargo, los chamanes tienen un papel muy destacado en muchas sociedades indígenas. Normalmente son hombres y mujeres que se especializan en comunicarse con el mundo natural y sus espíritus; son personas con una        percepción muy aguda de lo divino y lo intangible.
 
     Los chamanes tienen muchos papeles distintos. A veces son sanadores y sacerdotes, otras son los guardianes de los rituales sagrados de sus pueblos, adivinadores del tiempo, interpretadores de sueños o almacén de conocimiento botánico.
     Guiados por los espíritus (xapiripë) y la sabiduría de sus ancestros, los chamanes yanomami (xapiripë thëpë) pueden controlar las tormentas de truenos, los vientos. Evitan que el cielo se caiga y usan sus poderes para asegurar el éxito en la caza, curar enfermedades humanas y ahuyentar a los espíritus hostiles.
     Los chamanes dan órdenes al sol y hacen que los espíritus hablen a la luna.


     Yo soy chamán de la selva y trabajo con las fuerzas de la naturaleza, no con las fuerzas del dinero o de las armas.
 
     Nuestra sabiduría es diferente. Nuestro conocimiento es un conocimiento distinto.
 
     Es la sabiduría de nuestros espíritus chamánicos, de la Tierra, que es muy importante para la supervivencia de la humanidad.


     A través de los sueños y de los trances, los chamanes yanomami trascienden los confines físicos  de sus cuerpos y los límites de la conciencia humana para interactuar con los xapiripë.
 
     Nosotros los yanomami aprendemos con los grandes espíritus, los xapiripë. Aprendemos a conocer a los xapiripë, a verlos y escucharlos. Sólo los                chamanes, aquellos que conocen a los xapiripë, los pueden ver, porque parecen humanos pero son tan pequeños como una mota de polvo, y brillantes como la luz.
 
     Sus canciones son poderosas, y su pensamiento es muy claro.


     Los chamanes yanomami inhalan el polvo de yakoana, que se extrae de la corteza del árbol de la virola, para entrar en un estado onírico. El polvo se administra a través de un largo tubo horoma, tradicionalmente hecho del tallo hueco de una palmera. Así hacemos a los espíritus bailar.
 
     Hay muchos, muchos xapiripë, no sólo unos pocos, sino miles, tantos como estrellas. Algunos viven en el cielo, otros bajo tierra y otros en las altas montañas cubiertas de selva y flores. Llamamos a estos lugares sagrados “hutu pata”.
 
     Cuando el sol está en lo alto, los xapiripë duermen. Comienzan a aparecer al anochecer.
 
     Cuando nosotros dormimos, ellos bailan.


     Hoy, a medida que avanza la deforestación de la Amazonia, se teme que los espíritus de la selva huyan, lo que tendría un efecto devastador para la  selva y por lo tanto también para el planeta.
 
     No piensen que la selva está muerta, puesta allí sin razón aparente, explica. Si estuviese muerta, nosotros no estaríamos vivos.
 
     Está viva, nos da la vida. Y su aliento de vida es muy largo, mucho más largo que el nuestro. Con el aliento del espíritu de la tierra, la selva se vuelve maravillosa, la lluvia cae sobre ella y siempre hay viento.


     Nosotros, los chamanes, también trabajamos para ustedes, los blancos, dice. Nuestros chamanes saben que nuestro planeta esta cambiando. Conocemos la salud de la Amazonia. Sabemos que es peligroso abusar de la naturaleza y que
 
     cuando se destruye la selva, se cortan las arterias del futuro y la fuerza del mundo se evapora.
 
     El cielo está lleno de humo porque nuestra selva está siendo talada y quemada. Las lluvias llegan tarde, el sol se comporta de manera extraña. Los pulmones del cielo están contaminados. El mundo está enfermo. La selva morirá si los blancos la destruyen.
 
     ¿A dónde iremos cuando hayamos destruido nuestro mundo?
 
     Cuando el planeta quede en silencio, ¿cómo aprenderemos?


     La sabiduría de los xapiripë de los yanomami es antigua.
 
     Hemos guardado las palabras de nuestros antepasados en nuestro interior durante mucho tiempo, y continuamos transmitiéndoselas a nuestros hijos.
     Para que las palabras de los espíritus nunca desaparezcan.
   

 

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