TERAPIA DE PAREJA
¿Cuándo buscarla?
Un hombre y una mujer, de pronto, encuentran sus miradas en cualquier lugar. Puede ser en un restaurante, en el parque, en la playa, en el cine, en la oficina y a partir de ese momento su vida cambia dramáticamente.
El amor aparentemente llena sus vidas de color y sabor y a ellos les parece que su vida ha cambiado. Sienten un cosquilleo interno y al cruzar las primeras palabras sienten que son el uno para el otro y sus mentes se concentran en el pensamiento de estar juntos por siempre.
En un principio todo es color de rosa, no hay contradicciones, parecen almas gemelas que coinciden en todo y solo desean complacerse hasta los más tontos caprichos del uno y el otro.
Sin que ninguno de los dos se de mucha cuenta, poco a poco las cosas empiezan a cambiar cuando se conocen un poco mejor y los defectos que no son más que características individuales de sus personalidades salen a flote, causando roces entre ellos.
Tratar de disimular esos defectos seria idealizar a su pareja como una especie de mecanismo de defensa. Lo saludable es que estos problemas que surgen en la pareja puedan ser manejados de manera que ambos entiendan que ninguno de los dos es perfecto y que aun así pueden ser felices si ponen esfuerzo de su parte para lograrlo.
Estos desacuerdos al inicio de la relación son banderitas rojas que las parejas ignoran y no les dan mucha importancia pero que van creciendo conforme pasa el tiempo hasta convertirse en graves problemas, los cuales los hacen buscar ayuda con un terapista cuando ya es demasiado tarde algunas veces.
TERAPIA DE PAREJA. ¿COMO FUNCIONA?
La prueba de fuego para cualquier pareja se mide en la convivencia diaria, porque el convivir exige renunciar a rutinas a las cuales ambos estaban acostumbrados y contra las que el ego lucha por conservar.
En estas costumbres individuales, está en juego la autoestima, tanto de él como de ella, la cual lucha por ceder o no ceder en ciertos aspectos, perder la batalla, negociarla o ganarla con tal de complacer al ser amado sin renunciar a esas rutinas.
Cuando esta lucha se hace inaguantable, la pareja busca la ayuda de un terapista.
Al llegar a este punto generalmente su relación está prácticamente destruida.
Es el último recurso que dos personas que creen amarse buscan para no separarse definitivamente.
Mantener la relación es mucho más difícil que la conquista en sí.
Para mantener la relación se necesita un esfuerzo de ambos en cuanto a su madurez, estabilidad emocional, paciencia, tolerancia y buenos sentimientos.
El terapista de pareja se concentra en escuchar los puntos de vista de ambos.
También observa como se comunican verbalmente y su manierismos cuando expresan gestos usando el lenguaje corporal.
Presta mucha atención a lo que la pareja dice individualmente cuando van a las sesiones.
Generalmente las personas acuden a la terapia de pareja cuando ha empezado en la relación una lucha de poder y ambos se están manipulando el uno al otro para ganar la batalla que están a punto de perder.
TERAPIA DE PAREJA. EL ROL DEL TERAPISTA
El terapista después de algunas sesiones se da cuenta de quién es el que tiene el control en la relación y quién es el súbdito que lucha a toda costa por destronar al otro y ocupar el lugar del “mandamás”.
Una vez identificados los roles, el terapista les explica que para que una relación triunfe y permanezca, es necesario el respeto mutuo.
También les manifiesta que el vivir juntos en unión libre o casados no significa monopolizar la vida del uno y el otro al extremo de prohibirle derechos a su pareja como socializarse con las amistades que son individuales y no de ambos.
El rol del terapista es explicar que cada uno de los dos tiene derechos individuales que son absolutamente razonables y necesarios para vivir su vida como individuos que son.
Ese espacio que se den el uno al otro es el que alimenta el amor pues cuando una persona se siente libre y amada puede dar más amor.
Esta libertad por supuesto no es poder ser infiel y acostarse con quien quiere, sino para desarrollarse como personas a su máximo potencial y hacer lo que a ambos les guste.
La meta de una terapia de pareja es que ambos entiendan que el estar casados no significa frustrarse y negarse metas en la vida.
El estar casados es tener la compañía de una persona que apoya al otro en sus proyectos y disfruta de sus triunfos como de los suyos propios
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