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 TENGO DEPRESIÓN: ¿QUÉ HAGO?



Febrero 27, 2013, 06:45:13 am
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TENGO DEPRESIÓN: ¿QUÉ HAGO?
« en: Febrero 27, 2013, 06:45:13 am »
TENGO DEPRESIÓN: ¿QUÉ HAGO?

La depresión es un mal que aqueja a muchas personas alrededor del mundo. No es más que un malestar psicológico, que se caracteriza por la falta de placer en las actividades que antes la causaban, y un estado de ánimo triste, o en algunos, casos irritable. Pero para entender más lo que es la depresión, debemos entender sus causas.  Las explicaciones desde el punto de vista biológico, conductista y cognitivo, nos ayudarán en ese aspecto. La idea principal, es curar a la persona que tiene depresión, y para esto, veremos cuáles son las terapias que nos ayudarán a hacerlo, para así contestar la pregunta en este tema:

TENGO DEPRESIÓN: ¿QUÉ HAGO?

La depresión, de acuerdo a la OMS, es un mal que aqueja, por lo menos al 10% de la población mundial. Esta es una cifra muy grande y, ciertamente, está lejos de ser una cifra estática, especialmente en los países desarrollados, donde las cifras de personas con este mal van en aumento cada año. Estos datos, hacen que este trastorno sea uno de los más estudiados, no sólo por teóricos de la psicología, sino también por los especialistas farmacéuticos, que buscan una solución bioquímica para este mal.

Ya hemos hablado anteriormente de lo que es la depresión, cuáles son sus síntomas y como afectan al individuo.  De cualquier forma, esto es bastante conocido por la mayoría de las personas que tienen acceso a medios de información, pues no olvidemos que este mal, aqueja a un buen porcentaje de la población, por lo que, es un tema bastante común y popular.  Genera mucho interés en las personas, por cuanto, es tratado tanto en medios televisivos como medios escritos, ya sean impresos o digitales.

Pero, si queremos ofrecer una adecuada terapia psicológica, primero debemos entender un poco más de lo que es la depresión, debemos averiguar cuáles son los orígenes de la misma; un tema que es menos popular y, por supuesto, menos conocido por las personas que no están familiarizadas con las teorías complejas de la psicología. Podemos encontrar un vasto número de explicaciones teóricas que nos instruyen en los orígenes de la depresión, pero por cuestiones de espacio y dinámica del artículo, sólo expresaremos 3 de estas explicaciones, de la manera más sencilla y clara posible.

Punto de vista biológico: Este es el punto de vista utilizado por los investigadores y especialistas farmacéuticos, quienes trabajan con fundamentos teóricos mecánicos, de cómo funcionan los distintos sistemas del cuerpo humano, entendiendo entonces, que toda conducta manifiesta, no es más que una consecuencia de la dinámica bioquímica que existe en el cerebro, y el resto de órganos que funcionan en el sistema nervioso. Por tanto, este punto de vista considera, que la persona que tiene depresión, no tiene más que un desequilibrio en la bioquímica cerebral. A partir de esto, podemos encontrar dos hipótesis. En una de ellas, la poca producción de noradrenalina, que es un neurotransmisor, sería la causa de las manifestaciones del trastorno depresivo.  La otra hipótesis, nos explica que es la poca producción y captación de la serotonina, otro neurotransmisor, lo que causaría dicho trastorno.
Punto de vista conductista: Este punto de vista proviene, primordialmente, de teóricos conductistas.  Ellos se rigen, estudian y explican el actuar humano, fundamental y exclusivamente, por aquellas conductas que son abiertamente visibles y, por tanto, medibles.  Desde esta visión encontramos, que la depresión no es más que la interrupción de las secuencias establecidas de un comportamiento normal y saludable.  Esta interrupción no es castigada, por lo que persiste en la persona que tiene depresión.  Y si a esto, le sumamos la falta de refuerzo que le permita al sujeto, optar por actitudes y conductas menos anormales, entramos en una perpetuación de la depresión.  Para estos teóricos, la depresión es poco más que un mecanismo de defensa, una estrategia de afrontamiento, que le permite al individuo, protegerse de un estímulo ambiental que le es desagradable o difícil de manejar, por ejemplo, la muerte de un familiar, el rompimiento de una relación, el despido, Etc.
Punto de vista cognitivo: Esta visión es explicada por teóricos cognitivistas, para los cuales, si bien la conducta observable es importante, igualmente lo son los procesos internos que se dan en la psique, y que son el origen de estas conductas.  Se les dice cognitivistas, porque le dan gran relevancia a los procesos cognitivos: el habla, el pensamiento, la atención, la percepción, la memoria.  Y para ellos, toda la psique está influida por estos procesos.  Así pues, para ellos la depresión, en palabras simples, no es más que un desorden en el pensamiento, en donde el individuo, impregna de negativismo la forma como se percibe a sí mismo, como percibe el futuro y como ve al resto del mundo exterior.  Esto también deforma los recuerdos, volviéndolos negativos, a pesar de que no necesariamente lo sean.  Estas distorsiones, en la persona que tiene depresión, se presentan como: inferencia arbitraria - sacar conclusiones adelantadas sin evidencias y, casi siempre, negativas -, abstracción selectiva - ver sólo aquellas cosas que son negativas a nuestro alrededor -, sobregeneralización - Tomar casos aislados y generalizar su vigencia para todo -, magnificación y minimización.
La depresión, como podemos ver, ha sido explicada a la luz de diversas teorías. Hemos explicado tres de ellas que, aunque son distintas, no se contraponen.  Por el contrario, se pueden integrar para crear una explicación holística de lo que es este trastorno, y a su vez, coadyuvarse para crear un tratamiento eficaz y relativamente rápido.

¿Qué debo hacer si tengo depresión?  Muy simple, debe buscar ayuda profesional, para recibir terapia psicológica y eventualmente, farmacológica.  Como hemos visto en otras ocasiones, la depresión es un trastorno que se generaliza a todas las esferas de la vida y las afecta de manera negativa. Recordemos que desde el punto de vista cognitivo, el negativismo que se genera en la persona que tiene depresión, afecta todos los procesos cognitivos, incluido la motivación.

La motivación es aquello que nos hace realizar cualquier actividad, es esa fuerza que nos permite terminar cualquier cometido que nos hayamos propuesto.  El problema es que cuando éste se ve afectado por el pensamiento negativo, se ve prácticamente inhabilitado.  Es por esto que, sumado a la incapacidad de sentir placer por las actividades que antes le gustaba, a la persona que tiene depresión le cuesta mucho realizar tareas o actividades de cualquier tipo.  Lo más peligroso, es que puede inhabilitar al individuo para buscar ayuda. En estos casos severos, las terceras personas: familia, amigos, pareja, etc. son una ayuda imprescindible, para conducir al paciente a la ayuda profesional.

Pero, si en su caso la motivación no ha sido afectada de tal forma, o si la depresión está en su fase de inicio, no dude en buscar la ayuda profesional, ya sea en las formas convencionales, o por medio de la ayuda psicológica en internet.  Desde esta ayuda, se está posibilitado el diagnostico y terapia psicológica de este trastorno.

Lo que hallaremos al momento de estar dentro de la terapia, será variado, y en dependencia de la corriente teórica que siga el terapeuta al cual ha visitado.  Pero el objetivo general, será claro en cualquier persona que tiene depresión: “sacar al paciente de ese estado”.

Siendo congruentes con las tres teorías que nos explican el origen de la depresión, expondremos a continuación, los lineamientos básicos que veremos en la terapia psicológica de este trastorno, de acuerdo a estos puntos de vista anteriormente tratados.

Tratamiento biológico o farmacéutico: Es básicamente, la utilización de fármacos para el control en las irregularidades bioquímicas, que causan los síntomas en la persona que tiene depresión.  Eliminando las irregularidades, se eliminan los síntomas. Recordemos que para este punto de vista, la causa de la depresión puede ser la falta de producción en la noradrenalina o la falta de producción y captación en la serotonina.  Así pues, la meta de los fármacos, es llevar a los niveles normales a dichos neurotransmisores y, de esta forma, eliminar los síntomas.
Este tratamiento, es relativamente más rápido que los otros tratamientos, y remueve los síntomas “más eficazmente”.  Pero no debemos engañarnos.  Este tratamiento se focaliza, primordialmente, en los síntomas, y depende en gran medida, de que el fármaco sea ingerido. Si dicho fármaco se deja de ingerir, debido a que los efectos secundarios afectan demasiado al paciente, los niveles irregulares en los neurotransmisores ya mencionados, volverá. El tratamiento farmacéutico cura los síntomas, pero no cura la causa subyacente de la depresión, que es en muchos casos, de índole psicológica.

Tratamiento conductista: Como hemos dicho anteriormente, los conductistas se interesan, casi exclusivamente, en las conductas abiertamente observables, por lo que el tratamiento desde este punto de vista, implicaría cambiar las conductas que refuerzan la depresión, por otras que la extingan y luego reforzar estas nuevas conductas, para perpetuarlas.  En pocas palabras, se trata de actuar y activarse, para que la depresión se elimine.  El aporte más nuevo a los tratamientos de este enfoque, es la denominada “activación conductual”.
La activación conductual se enfoca, principalmente, en la interacción que tiene la persona con el ambiente.  Esto ayudará a encontrar aquellas situaciones que desencadenan las respuestas de afrontamiento inefectivas y que perpetuán la depresión.  La idea de la activación conductual, es cambiar el estado TRAP, siglas en inglés para: desencadenante, respuesta, evitación y patrón, por el estado TRAC, siglas en inglés para: desencadenante, respuesta, afrontamiento alternativo.  Este cambio se logra con muchas técnicas que, de inicio, le enseñan al paciente que la acción, es lo que lo sacará de la depresión.  Otras técnicas apoyarán a un refuerzo para mantener activo este cambio y extinguir de una vez la depresión.

Tratamiento cognitivo: Ya hemos hablado de la importancia que le dan los cognitivistas a los procesos superiores de la mente: el habla, el pensamiento, la atención, la percepción, la memoria, y cómo el pensamiento puede influir directamente en la depresión. Pero, ¿Cómo actúa entonces el tratamiento cognitivo?
El blanco de esta terapia, son los pensamientos inadecuados o deformados que alimentan a la depresión. Así que, lo primero que se hace en esta terapia, es hacer que la persona que tiene depresión, reconozca estos pensamientos, reconozca los errores que tiene este mismo. Por ejemplo, si una persona posee una abstracción selectiva y una sobregeneralización, se busca que esta persona caiga en cuenta, que dichos pensamientos no son racionales ni apegados a la realidad, y que son más bien, deformaciones que uno ha ido creando.  Dichas deformaciones alimentan la depresión y por tanto, hay que cambiarlas. Corrigiendo el pensamiento, logramos eliminar la depresión.  Esto se hace, dentro de la consulta, con una serie de actividades, que incluyen: El auto-registro, entrenamiento asertivo, juego de roles, etc. Mostrar al paciente los pequeños éxitos conseguidos, y recordarles los pequeños momentos de placer que ha obtenido, son una parte importante de esta terapia psicológica.

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