¿QUIÉN SOY?, ¿QUÉ SOY?, ¿SOY NORMAL?
¿Es normal sentirse diferente?
Sí, es normal y necesario en esta época.
¿Es normal querer cambiar mi trabajo, mis relaciones, salir del entorno social en el que estoy actualmente?
Sí, es normal, y puede ser parte del cambio que necesitas.
¿Es normal sentir ganas de que el mundo cambie de una vez por todas?
Si, es normal, y el mundo debe cambiar de una vez por todas.
¿Es normal sentir deseos de que me escuchen, me vean, me valoren, y que dejen de tener la imagen de mí de un ser inconforme o conflictivo, y finalmente vean que lo que aporto es algo nuevo?
Sí, es normal, aunque esto lo podrás ir trabajando y transformando en la medida en que te aceptes, ames y respetes a ti mismo.
¿Es normal todo lo que sentí en mi niñez, todo lo que hoy estoy recuperando?
Sí, es normal, y es hora de que lo recuperes, sin rencor, sanando heridas, y a la vez que sepas que esta misma fuerza que reconoces en ti, existe aún más marcada en los niños de hoy.
¿Es normal mi falta de interés en lo prestablecido, mi desánimo ante el mundo material y mis sentimientos de estar perdido?
Si, es normal, es parte del despertar que estás viviendo.
Es normal lo que sientes porque lo sientes. Es normal porque te sucede, porque eres un humano único, y lo que te sucede a ti puede ser incluso similar a lo que le suceda a otra persona, pero nunca será idéntico. No hay un ser que sea idéntico a ti en su interior.
Pero, una aclaración, que sientas y aceptes algo que te sucede como normal no significa que sea lo más saludable o lo que mejor pueda sucederte. Simplemente con la palabra normal busco aliviar un peso que probablemente tienes sobre ti mismo.
Normal o anormal son palabras que tienen mucho peso sobre el ser que se está sintiendo diferente. Son palabras que obligan a muchos a negarse o adaptarse a algo que no sienten. Al decirte “quédate tranquilo, es normal”, le estamos diciendo si a lo que nos pesa; le estamos dando permiso, no lo estamos rechazando como desde la educación convencional ya desde tan pequeños muchas veces nos han enseñado: “Lo que no entra en un parámetro, se rechaza, aísla, recluye. Se borra.”. Pero lo que este tipo de educación no sabe es que cuando más rechazamos, negamos o queremos hacer desaparecer algo, más crece adentro; por ejemplo, si tratamos de reprimir un sentimiento con el tiempo este sale más fervientemente; o si rechazamos algo de afuera, más fuertemente aparece, como está sucediendo hoy con las “problemáticas” de los niños. Cada vez hay más niños diferentes, más niños con las características que queremos aislar, ¿más niños anormales?
Más aún, para verdaderamente aceptarte y honrarte como alguien único, borra de tu diccionario la palabra “normal”. Olvida que esta palabra sirve para juzgar o analizar una situación.
Si quieres puedes usar “lo más común sería que…” “lo más habitual sería que…” o más aún, puedes usar solo “es” porque lo estás viviendo, y por ende, es verdadero y necesario, ya que atravesándolo nacerá lo siguiente. O bien, “es” porque alguien lo está viviendo, lo está necesitando manifestar por un motivo, que si lo encuentras, puedes ayudarlo a encauzar de una forma más sana, no más normal, sino más alineada a lo que verdaderamente quiere decir.
No te asustes de lo que sientes o lo que puedan sentir otros, de lo que necesitas manifestar o lo que necesiten manifestar otros. Antes, por más grotesco que sea, debes aceptarlo porque eso está indicándote un camino. Si lo que quieres es encauzarlo ponle ese nombre, “quiero encauzarlo sanamente”. Si lo que quieres es liberarlo, ponle ese nombre, “quiero liberarlo”. Si lo que quieres es aprender de ello, ponle ese nombre, “quiero saber qué me está enseñando”; pero no lo niegues ni adentro ni afuera, ni lo veas como un problema, abrázalo, parte del cambio que esperas en ti y en la humanidad, está de la mano de esto que marca la diferencia.
Sentirse diferente, alguien de otro planeta, un extraterrestre en una tierra desconocida, un ser con grandes capacidades aunque algunas aún dormidas, un ser hipersensible y vulnerable, o un ser iracundo y rebelde, todo es parte del despertar que estás atravesando. Detrás de la emoción hay una sabiduría que está guiando, y esta sabiduría es lo que has venido a reconocer, potenciar y plasmar.
Si como adulto primero no reconoces, sanas, liberas lo que te detiene, será difícil que puedas aportar lo nuevo a quien lo necesite, ni a los seres que están llegando hoy. Si como adulto no reconoces la sabiduría invisible que siempre te ha guiado, será difícil que puedas ver la sabiduría invisible que guía a todos los seres y sobre todo a los pequeños seres de hoy.
Tú has decidido venir primero y esto es una tarea de valientes, pero a la vez cuida que lo que debiera acercarte a la humanidad, no te aleje por sentirte superior o más avanzado.
Y si sientes que has tenido que transitar situaciones que te han marcado y dañado, solo te invito a cambiar la mirada sobre ello. Piensa que gracias a eso que has atravesado, hoy eres quien eres, sientes lo que sientes, conoces lo que conoces. No mires que eso te ha hecho pequeño, débil o herido, mira que eso mismo te ha hecho grande, fuerte y más sano.
Si despiertas en equilibrio, liberando lo que ahora ya debes soltar y potenciando las nuevas energías que hay en ti, vivenciarás nuevas cualidades como la empatía, la tolerancia, la aceptación, la gratitud, la benevolencia, la alegría, la libertad, y principalmente, podrás ser quien acompañe hacia este camino a otros seres.
Así el camino evolutivo de la humanidad se hará ascendente y comprenderás el gran orden que hay detrás de los sucesos que antes no comprendías.
Autora: Nancy Erica Ortiz
Creadora del curso "Los Niños de Hoy"
www.caminosalser.com/nancyortiz