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 LA GENEROSIDAD Y EL EGO



Noviembre 15, 2013, 05:12:58 am
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Desconectado Francisco de Sales

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LA GENEROSIDAD Y EL EGO
« en: Noviembre 15, 2013, 05:12:58 am »
LA GENEROSIDAD Y EL EGO


Tengo la impresión de que, en general, no somos tan buenos y tan generosos como suponemos o afirmamos.

Pero esto es algo que cada uno debe revisar en sí mismo.


Llego a esta idea después de observar a muchas personas destapar lo que realmente motiva su aparente o supuesta generosidad, y descubrir que hay una generosidad que es manifestación del corazón, que es pura y sin dobleces, espontánea y admirable, y hay otra generosidad con la que, inconscientemente, se pretende tapar la sospecha que pudiéramos tener de nuestro rechazado e inconcebible egoísmo -¡con lo buenos que somos!-, o bien sirve para hacernos creer que cumplimos con los mandamientos –y eso deja a nuestra conciencia anestesiada ante cuestionamientos posteriores-, o para hacernos presumir –engañando a no sé quién- de que es una manifestación de nuestra grandeza, altruismo y desprendimiento.

Lo que veo, en el primer caso, es que uno hace lo que cree que tiene que hacer por auténtica generosidad –filantropía pura-, sin consultarlo nada más que con su conciencia, o sin tan siquiera hacérselo saber, y sin preocuparse de qué va a pasar con ese acto suyo de esplendidez.

Uno ofrece al otro desde su solidaridad natural o su empatía esencial, sin creerse superior o por encima por el hecho de dar, sino que es un acto de una espontaneidad que no admite duda de su sinceridad y desprendimiento; es un acto donde se siente, sin necesidad de explicación, la universalidad única de todos los que estamos aquí, el hermanamiento que nos fusiona simplemente por el hecho de ser Humanos, la solidaridad instintiva hacia quien necesita…

Y no hablo, por supuesto, sólo de necesidades materiales o económicas, sino que incluyo también cuando lo que necesita el otro es un abrazo, una sonrisa que le haga confiar en la esperanza, una comprensión silenciosa, un hombro en el que descansar, una oración, o el asunto inmaterial que sea.



¿CÓMO ACTÚA EL EGO EN LA GENEROSIDAD?

(“Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”. San Mateo, 6–3)


En cambio, hay otra “generosidad” mezquina, egoísta, ruin y calculadora, que no es tal: yo te doy (dinero, comida, apoyo…) pero, a cambio, y aunque no me lo diga ni siquiera a mí mismo, porque es algo de lo que podría llegar a avergonzarme, espero que tú me des cuando necesite o cuando te pida: “me debes una” decimos aunque no pronunciemos las palabras.

Si das algo con la intención de sacar algún beneficio más adelante, eso no es generosidad: Eso se llama inversión.

Si al ser generoso con ello lo que estás intentando es convencerte a ti de que eres generoso, o a los otros, te estás engañando, y eres aún más ruin de lo que puedes llegar a creer.


El ego, al estar ante una persona necesitada, por ejemplo, te hará creer que tú lo has hecho mejor en la vida, o que vives mejor, tienes más dinero, y eres, por tanto, superior.

Error.

Las desigualdades no están para las comparaciones.

No intentes especular con la desgracia ajena sacando beneficios para tu ego.

Que no sea eso lo que te motive.

Aunque, la verdad, yo estoy a favor de la generosidad, incluso aunque sea un asunto del ego.

Lo positivo es que alguien se va a ver beneficiado, y los asuntos con tu ego son tu problema, y ya los resolverás tú. Si quieres.



¿Cómo es tu generosidad?


Te dejo con tus reflexiones…

 

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