Sentimientos perdidos en el mundo de la realidad, corazones que se parten cada día por estar en donde no deben o comparándose con otros siempre, amores que se van y se vienen pero que no se ha aprendido lo que es realmente el amor ni lo que ello implica, reacciones adversas porque no existe el respeto y de esto se deduce algo muy simple que no aprendemos lo necesario para caminar por la vida siendo coherentes, y hacia adelante sin hacer fisuras, pero aun así hay que intentarlo para que todo se pueda mejorar y cambiar aportando siempre lo que marca las diferencias entre el ser y estar y vivir por vivir sin más.
Recolectamos todo lo que podemos pero no valoramos lo que verdaderamente es importante, nos fijamos más en lo menos bello que en lo más bello, porque así nos creemos que vamos a salir adelante, pero nos equivocamos mucho, porque todo ser humano tiene dones suficiente para convertir lo menos bello en algo grande y mejorable, sabemos llenar todo de luz cuando realmente nos damos cuenta que es la vida, que es dura, que es como es, pero que se tiene que ganar poco apoco y con honradez, dando pequeños pasos y siendo perseverantes, para no caer en la desilusión de aquellos que solo lo hacen por quedar bien o recibir más a cambio que dar, somos lo que somos por nuestras circunstancias, por nuestros baches, por nuestras espinas, por nuestra forma de mirar la vida, porque sabemos que hay que luchar pero a veces es más fácil dejarnos llevar por nuestros miedos, por nuestra desazón de no encontrar, por nuestra falta de inquietud por evolucionar y aprender de cada instante, de cada día, de cada ser que se cruza en nuestro camino.
Avanzamos en el silencio y retrocedemos cuando solo gritamos lo malo de todo esto, como si haciéndolo fuésemos a solucionar todo, y lo que se debe es dar oportunidades, tolerar, respetar, compartir y sacar el ego de nuestro ser y convertir esto en algo de verdad de todos sin cerrar puertas a lo que si merece la pena, para los que no se dan cuenta de que va esto se vayan arrimando y aprendiendo que la vida no es oscura, que la vida no es negra, que la vida es algo que vamos haciendo cada uno de nosotros y a veces nos la complicamos tanto, por no expresar, por no ser sinceros, por compararnos, por soltar solo la impotencia de la misma, que lo único que hacemos y conseguimos es cerrar puertas destruir todos los posibles puentes de unión, y encarecer todo lo que nos rodea, pero también hemos de saber que a nuestro alrededor hay luz, hay coraje, hay ganas de dar lo mejor, hay muchas cosas por las que seguir y menos por las que tirar la toalla, porque cuando sabes el rumbo no hay ola que te pueda sacar del destino que vas creando.
Porque nos hacemos fanáticos absurdos de creencias que hay que saber entender, que hay que saber analizar, que hay que saber aprender de ellas, y nos gusta que todos piensen o hagan lo que a nosotros nos gusta, pero la realidad es que todos tenemos derecho a pensar, razonar, actuar y todo es respetable mientras no se haga daño a nadie gratuitamente, no es lo malo creer en un Dios llámalo como quieras, lo malo es cuando no se respeta al que cree y al que no cree, no es lo malo ser de un partido político sea cual sea, lo malo es cuando se utiliza engaños para llegar al poder y que los seres humanos se pongan encontrar unos de otros por pensar de diferente manera, no es lo malo no amar, lo malo es cuando tratas de imponer tu voluntad o confundir los términos del significado de esa acción o valor.
Es grande cuando sabemos lo que es bueno y lo que no lo es, es bueno cuando nos queremos lo suficiente para poder dar lo mejor sin mirar a quien y el por qué y sin tratar de recibir méritos por ello, lo que se tiene que hacer se hace y no más, pero no para bien tuyo sino para bien delos que te rodean, los que necesitan de ti y los que siempre están ahí.
Y hoy es, hoy lo contamos, hoy lo vivimos, hoy resurgimos, hoy sonreímos sangrando pero estamos que no es poco, lo intentamos que es más de lo que podemos, damos gracias porque a pesar de todo hemos encontrado ese motivo para adelantarnos y seguir aprendiendo.
Esther Sánchez Orantos