SER COHERENTE CONSIGO MISMO.
La clave de una vida en armonía
Muchas veces nos preguntamos si tomamos las decisiones correctas o si somos honestos con nosotros mismos, fieles en la intimidad a los valores que defendemos públicamente… Tomar conciencia de lo que es importante para nosotros es la clave para vivir una vida en armonía consigo mismo. Entrevistamos a Thierry Janssen, un hombre en busca de coherencia.
Para tomar las decisiones correctas, usted menciona que hay que estar más cerca de lo que es esencial para uno. ¿A qué se refiere?
¿Qué es lo que nos aleja de nuestra esencia?
¿Cómo reconocemos nuestra esencia?
¿Seguir nuestra intuición nos puede llevar a tener mayor coherencia en nuestras vidas?
Por último, ¿cómo definiría la coherencia consigo mismo?
A veces, pronunciamos palabras o actuamos de maneras que van en contra de nuestras convicciones y valores más profundos. Y en algún lugar dentro de nosotros, algo suena mal, aparece un malestar que, si se repite, puede afectar negativamente nuestras vidas. El autor francés Thierry Janssen sabe algo de esto. Un acontecimiento importante en su vida está en el origen de su búsqueda de coherencia y de su libro CONFESIONES DE UN HOMBRE EN BUSCA DE COHERENCIA. Cuando estaba promocionando su último libro, LA ENFERMEDAD TIENE UN SIGNIFICADO, se había impuesto un programa que le dejó al borde de extenuación y le causó una parálisis facial. Fue entonces cuando identificó "un desfase" entre su "ritmo interno y el curso del mundo". Ahí empezó su cuestionamiento acerca de vivir una vida coherente con lo que realmente es uno.
¿Qué papel jugó la crisis en su cuestionamiento? Usted incluso la agradece.
Una crisis es una oportunidad para el cambio, responde Thierry Janssen. Se trate de un despido, una ruptura, una enfermedad... Es un indicador de que algo no está bien y que nos lleva a pensar que tenemos la responsabilidad de cambiar nuestro comportamiento. Las crisis son inevitables y tenemos que aprender a darles la bienvenida como una oportunidad de crecimiento y profundización para gradualmente convertirnos en amos de nuestro destino. Pero no es fácil, por supuesto, porque suelen ir acompañadas de ira y miedo.
Para tomar las decisiones correctas, usted menciona que hay que estar más cerca de lo que es esencial para uno. ¿A qué se refiere?
Cuando me enfermé, yo estaba muy lejos de lo que es esencial para mí. Estaba como atrapado en mis miedos y respondiendo principalmente a las necesidades de mi yo neurótico: supervivencia, reconocimiento... Esto me llevó a decir que sí a todas las peticiones, como les ocurre a muchos, comenta Thierry.
Lo esencial es diferente para cada uno; afecta a lo que necesitamos para mantener nuestro impulso de vida. Por ejemplo, puede tratarse de la necesidad de estar conectado a otros, importante para nuestra necesidad de seguridad, calidez, dulzura,… Juntos somos más fuertes. Es esencial sentirse conectado y aceptado. La clave se encuentra a menudo en el momento presente, en el que todo se simplifica, se aclara…De hecho, estar en armonía consigo mismo exige ser fiel a la parte más esencial del ser, esa dimensión que llamamos esencia o yo.
¿Qué es lo que nos aleja de nuestra esencia?
El miedo, sobre todo. Por mi parte, he sufrido una tremenda sensación de inseguridad. Dotados como humanos con la percepción del tiempo (pasado, presente, futuro), buscamos constantemente tratar de comprender el pasado y proyectarnos hacia el futuro. Somos un animal capaz de decir "yo", añade. Las trampas son dar prioridad al instinto de supervivencia y de anticipación.
Casi todos los humanos tenemos miedo por anticipado. Estamos atrapados en un ego que vive en el miedo. La tragedia es que hemos creado sistemas de defensa que recrean situaciones que justifican su existencia. Sufriendo de una inmensa sensación de inseguridad, nos desconectamos de nuestro yo calmo, quien a su vez está en contacto con nuestra esencia, nuestra guía para una vida armoniosa.
¿Cómo reconocemos nuestra esencia?
El ser humano desarrolla la comprensión por medio de la aprehensión de contrastes. Entendemos el día porque existe la noche. Una manera de reconocer nuestra esencia es empezando a sentir la incomodidad que producen las consecuencias de la acción de nuestro ego. Por ejemplo, los pensamientos negativos son una buena señal de que nos estamos alejando de nuestra esencia.
Por el contrario, cuando uno está en acuerdo consigo mismo, surge la alegría. Sin razón. No es satisfacción, sino una especie de efervescencia, que está ahí incluso en circunstancias difíciles. Otro indicador importante: la esencia nos empuja a expresar nuestra creatividad (independiente de la necesidad de reconocimiento, obviamente) y esta creatividad está vinculada con nuestro impulso de vida, explica.
En su búsqueda de la coherencia, usted enfatiza dos preciados aliados: el cuerpo y sus mensajes. ¿Tendríamos que aprender a escucharlos más?
Nuestro cuerpo es un mensajero, explica Thierry. La tensión y el estrés que nos imponemos crean un desequilibrio que no solo se manifiesta con síntomas físicos –a los cuales yo no prestaba atención— sino también a través de sentimientos de irritación y cansancio. Los trastornos físicos suelen ir acompañadas de señales emocionales como el miedo, la ansiedad, la ira o la tristeza, que reflejan en realidad nuestras necesidades no satisfechas.
Somos seres multidimensionales y recibimos información de diferentes planos del ser. Para resumir, nuestro lenguaje corporal nos indica por medio de sensaciones de bienestar si estamos de acuerdo con nosotros mismos. A la inversa, las manifestaciones de malestar nos indican lo contrario.
¿Seguir nuestra intuición nos puede llevar a tener mayor coherencia en nuestras vidas?
Hay miles de informaciones que le llegan a nuestro cerebro. Vienen desde fuera, pero también desde dentro, como los mensajes de nuestro cuerpo. Están aquellas en las que enfocamos nuestro pensamiento, y otras más inconscientes, señala. Estas informaciones se analizan, se clasifican, están disponibles y pueden producir emociones, y se acompañan de sensaciones agradables o desagradables. Podemos tener escalofríos, estar tensos o relajados.
La intuición es una información específica que nos llega cuando el cuerpo se mantiene en calma a pesar del desorden y la agitación mental. Como si una sabiduría más profunda que la que se origina en nuestro intelecto nos permitiera discernir lo que es bueno o malo para nosotros.
Usted habla también del niño interior.
Si dejamos a un niño en el fondo de un jardín con unos cuantos palos, él reinventará el mundo. Incluso si los niños en la actualidad están expuestos a poderosos estímulos exteriores como la publicidad, la televisión, los videojuegos, igual se mantienen en contacto con su impulso vital. Cuando somos adultos, debemos llamar a este niño interior, sentir la vida que palpita en él y considerar el conocimiento que hemos adquirido de adultos.
Por último, ¿cómo definiría la coherencia consigo mismo?
La coherencia es una herramienta que nos permite comprobar si estamos bien alineados, es decir, si nuestras acciones, nuestras palabras y nuestros pensamientos están de acuerdo, como también si están regidos por nuestros miedos o, al contrario, conectados a algo más importante. La coherencia consigo mismo se acompaña a menudo por una sensación de bienestar físico, el cuerpo está relajado y los temores intelectuales, apartados. Cuando somos coherentes no hay pérdida de energía, las sensaciones son agradables y positivas, concluye Thierry.
C. Maillard
http://bienestar.doctissimo.es/psicologia/desarrollo-personal/ser-coherente.html