Reconciliarte contigo misma es saber mostrar que todo es lo que es, pero que puedes intentar hacerlo mejor cada día, pues te vas superando y dándote la oportunidad de confiar, de estar contra ti, y seguir caminando entre grandes espinas, pero sabiendo que serás tú la que cojas el rumbo de tu vida y des sentido a la tuya y a la de los que te rodean, haciendo así un camino que se sepa valorar, tener en cuenta y ser respetado.
Porque siempre que lo hagas cogerás esa fuerza necesaria para arrancar las espinas y convertirlas en simples plumas, pues siempre sabrás lo que has de hacer, a pesar de las equivocaciones, y sin utilizar lo que obstruye la vida, mostrarás que eres más de lo que se ve y se siente y dirás no cuando haya que decirlo, y pararás todo aquello que no es bueno ni para ti ni para nadie.
Reconciliarte con la vida es poder avanzar despacito, valorando cada momento, expresando lo que sientes sin temor, es sentirte libre sabiendo dónde termina tu libertad, pero siendo responsable de tus actos, sin importar recibir tanto como das porque sabes que el sendero de la vida es algo complejo, pero que tú le puedes dar ese sentido, pues cada golpe es un aprendizaje para mejorar, para evolucionar, para dar lo mejor a pesar de que cuesta hacerlo, pues es más fácil hacer lo que la corriente del mar dice, pero en tu foro interno sabes que no es así, y la que tienes que dormir tranquila eres tú, la que tienes que luchar eres tú, la que valoras y haces lo posible eres tú y la vida te rinde, te hace sembrar, te hace resurgir, y te hace tener el coraje, la luz y la fuerza suficiente para sentir, dar , recibir y siempre poder gritar que la vida es algo más de lo que todos ven, de lo que todos dicen y de lo que en la superficie se ve.
Reconciliarte con los seres humanos a pesar de lo que somos, con nuestros errores, con nuestros fracasos , con nuestros éxitos, sin las envidias intolerancias, no respeto y lo cabezones que somos a veces cuando el orgullo y el ego se mantienen, es querer aprender a decir que podemos cambiarlo, que no es una utopía cuando das por hecho aunque no se avance todo lo que tu quieres, es reconocer que hay personas suficientes que también lo intentan , es no echar culpas a terceros ni gritar antes de tiempo, es querer hacer de todo esto algo digno sin violencia, sin guerras, sin gritos , sino dando lo mejor porque para eso tienes todos los dones, todas las herramientas necesarias, todas las posibilidades si sabes serenarte, cuando no haces trampas a la vida que te llevan hacer daño gratuitamente, cuando sabes que te puedes equivocar, pero no por ello eres un fraude.
Reconciliarte con la naturaleza es respetarla y saber dónde ella manda y dónde estás tú, es saber que cuidándola puedes tener un hábitat mejor que el que tienes, es saber que todo ser vivo sea como sea necesita su espacio y su derecho a ser querido aunque no nos guste o le temamos, pues muchas veces hacemos cosas porque nos tenemos miedo a nosotros mismos, porque no sabemos estar y ser, y saltamos nuestra impotencia con lo más débil, o lo que creemos que es más débil, pero en el fondo lo que único que mostramos es nuestra falta de cariño hacia nosotros mismos, la carencia de confianza y la tristeza de no poder caminar sin destrozar lo que tenemos y llevamos por falta de valoración o de creernos victimas de nuestros propios actos.
Reconciliar es algo bello cuando se quiere aprender , cuando se quiere dejar atrás lo menos bello, cuando se quiere salir adelante con la lucha honrada de tu ser, pues sabes que es la única manera de poder hacer que merezca la pena, no importando los tropezones que puedas encontrar, no importando que no recibas más que golpes cuando tú sabes que ese sendero es el que te lleva a tu felicidad, que es mucho más que reírse e ir de juerga, es algo bello cuando muestras a la vida que sabes enfrentarla y no perderte en el valle de lágrimas y los enfados absurdos porque otros han hecho mal.
Y hoy lo hemos intentado, hoy hemos reconciliado algo que es nuestro ser con nuestro día y eso es algo que nada ni nadie puede evitar. Hemos sido nosotros.
Esther Sánchez Orantos
