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 OPTIMISMO O PESIMISMO, UNA ACTITUD ANTE LA VIDA.



Febrero 08, 2014, 06:27:16 am
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OPTIMISMO O PESIMISMO, UNA ACTITUD ANTE LA VIDA.
« en: Febrero 08, 2014, 06:27:16 am »
OPTIMISMO O PESIMISMO, UNA ACTITUD ANTE LA VIDA.


Optimismo significa enfrentar los problemas de la vida, sabiendo que con el esfuerzo necesario, vamos a poder solucionarlos y vamos a lograr nuestros objetivos y deseos. Es saber que tenemos la fuerza y capacidad necesaria, para sobreponernos a cualquier dificultad y lograr una vida plena y feliz.

¿Ves el vaso medio lleno?
¿O medio vacío?

"El optimista ve de la rosa, la rosa y el pesimista la espina".
Kahlil Gibran (Poeta, pintor, novelista y ensayista libanés).


QUÉ SIGNIFICA SER OPTIMISTA.


¿Te consideras optimista o pesimista?

El optimismo es una actitud basada en la manera de percibir y evaluar una situación y sus probables resultados. El pesimismo también.

Generalmente, aprendemos cualquiera de las dos actitudes desde niños.

Lo hacemos, viendo la forma de ser de nuestros padres y de otras personas importantes para nosotros.

Y escuchando sus comentarios ante cualquier problema.

Más adelante, nuestras propias experiencias refuerzan o debilitan esa actitud aprendida.

El optimismo nos ayuda a salir adelante en la vida, a resolver mejor nuestros problemas y a disminuir el sufrimiento.

El pesimismo nos limita, nos impide ver con claridad y objetividad el problema y su solución, aumenta el estrés y la preocupación y fácilmente se lo transmitimos a la gente que nos rodea.

No importa, cuál de las dos actitudes aprendimos siendo niños.
Una vez que somos adultos, ambas son una elección personal.
Nadie puede obligarnos a ser optimistas, ni nadie puede impedirlo, más que nosotros mismos.
Mantenemos el pesimismo, con nuestra forma de pensar y de ver las cosas.

SI APRENDIMOS A SER PESIMISTAS, PODEMOS APRENDER A SER OPTIMISTAS.

Con frecuencia creemos que el ser optimista es una actitud propia de adolescentes o de personas poco maduras o inconscientes.
Esto se debe a que confundimos el optimismo aparente, con el optimismo objetivo.

El optimismo aparente es:

Negar los problemas y el dolor,

quitarle importancia a lo que está sucediendo, si no nos gusta,

ser ingenuos, al pensar que sólo van a pasar cosas buenas,

ser irresponsables, al esperar que las cosas se arreglen por sí solas.

Este tipo de optimismo, nos lleva a tomar una actitud pasiva ante los problemas y situaciones difíciles, (que aumentan en cantidad e importancia), a sentirnos víctimas de las circunstancias y a debilitar nuestra autoestima.


Ser optimista objetivo significa:

Aceptar la realidad, con sus aspectos positivos y negativos, como nuestro punto de partida.

Separar lo bueno de lo malo y las causas de los resultados, para ver el problema con mayor objetividad.

Buscar diferentes puntos de vista, para tener mayores opciones y posibilidades.

Reconocer nuestra capacidad para enfrentar la situación.

Tener el valor para hacerlo.

Tener la convicción de que si enfrentamos los problemas, vamos a obtener resultados favorables.

Aceptar nuestra responsabilidad, tanto en la situación que estamos viviendo, como en nuestra respuesta para resolver los problemas o modificar aquello que se pueda modificar.

Enfocarnos en descubrir los aspectos positivos de las personas y las circunstancias, para tener mejores puntos de apoyo.

Estar convencidos de que los problemas y el sufrimiento son pasajeros, si nuestra forma de pensar no nos mantiene atrapados en ellos.

Saber que los aspectos negativos y el sufrimiento tienen un objetivo positivo: ayudarnos a aprender y a madurar, por lo que, finalmente, también nos benefician.


¿Cuáles son las ventajas de ser optimista?

Algunas de las ventajas son:

Al separar las partes positivas de las negativas, nos damos cuenta de que no todo está mal. Esto influye en nuestro estado de ánimo y nos ayuda a darle al problema una dimensión más adecuada.

Cuando confiamos en que los resultados van a ser positivos, el esfuerzo que necesitamos hacer, vale la pena.

Al reconocer nuestra responsabilidad, nos sentimos en control.
Esto fortalece nuestra autoestima y nos ayuda a mantenernos motivados.

Tener la tranquilidad suficiente para analizar detalladamente el problema y las posibles soluciones.

Tener mayores probabilidades de tener éxito en aquello que hacemos, porque tenemos una actitud abierta, mayor perseverancia y mejor autoestima.

Nos permite buscar nuevas opciones, cuando no obtenemos buenos resultados con lo que estamos haciendo.

Favorece nuestras relaciones familiares, sociales y de trabajo.

Disminuye el estrés y mejora nuestra salud.

Nos permite disfrutar de la vida.


¿Qué hacer?

¿Te preguntas cómo ser optimista?

Ante una situación negativa, busca los aspectos positivos.
Siempre los hay. Pregúntate, cómo puedes aumentarlos.

Analiza los aspectos negativos y separa los importantes de los que no lo son.

No es igual no tener para comer, que no tener para comer en un restaurante o el pastel que me gusta.

No es lo mismo, perder una relación por muerte, que por una discusión que podemos tratar de arreglar, cuando impedimos que nuestro falso orgullo intervenga.

No te quedes atrapado en lo malo que está sucediendo o que crees que va a suceder.

Enfócate en lo que si puedes hacer, para resolver o mejorar la situación.

Acepta que las cosas no siempre van a ser como tú quieres, pero no por eso tienen que ser malas.

No reacciones inmediatamente ante una situación.

Haz un alto, analiza la situación y busca por lo menos, tres alternativas. Siempre las hay, no las descartes de antemano, guiado por tu pesimismo.

Todos los días al despertarte y antes de dormir, piensa en algo bueno que tienes, que te sucedió o que hiciste.

No tienen que ser grandes cosas.

La vida diaria está formada por momentos y por la suma de una gran cantidad, de pequeñas situaciones.


Cuando te quejes, te sientas víctima o con mala suerte, piensa en toda la gente que está mucho peor.

Esto no significa conformarte, significa reconocer una realidad.

La respuesta ante la pregunta de ¿Por qué a mí?, es ¿Por qué a ti no, si todo mundo tiene problemas y momentos de dolor?

No permitas que pensamientos como: "yo soy así", "a mi edad ya no se puede cambiar", etc., te limiten.

Siempre se puede cambiar, pero necesitamos esforzarnos para lograrlo.

Si tú decides no hacerlo, estás decidiendo tener una vida menos satisfactoria.

Reconoce tus errores y acepta que todos los cometemos.

Las únicas personas que no se equivocan, son aquellas que nunca hacen nada.

No te regañes por ellos, ni los utilices para comprobar, que a ti siempre te sale todo mal.

Utiliza los errores para aprender de ellos.

Piensa que las dificultades nos enseñan y fortalecen, preparándonos para enfrentar mejor, evitar o resolver futuros problemas.

Lee y escucha a la gente que habla sobre motivación y optimismo.
Pero recuerda que la información, es sólo el primer paso.
Necesitamos cambiar nuestros pensamientos y conductas.



Actúa, aunque te de miedo.

Valiente no es aquel que nunca tiene miedo, ese es inconsciente.

Valiente es el que actúa, a pesar del miedo.

Juega, ríete y desarrolla tu sentido del humor.

Aprende a reírte de ti mismo.




Psic. Silvia Russek
Lic. En Psicología Clínica.

 

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