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 ¿QUÉ PASA DESPUÉS DE NUESTRA MUERTE? - 2ª parte



Mayo 21, 2014, 05:47:24 am
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Desconectado juan vega

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¿QUÉ PASA DESPUÉS DE NUESTRA MUERTE? - 2ª parte
« en: Mayo 21, 2014, 05:47:24 am »
¿Qué pasa si no tengo la menor idea de cómo es Dios?

   En ese caso seré un sentimiento. Será el sentimiento más maravilloso que hayas tenido nunca. Se sentirá como sí estuvieras inmerso en un baño de luz cálida, como si estuvieras siendo abrazado por el amor.

   O puede que te sientas como si estuvieras envuelto en un capullo, o suspendido en un radiante receptáculo ingrávido de aceptación absoluta e incondicional. Experimentarás este mismo sentimiento en el caso de que apareciera ante ti en alguna forma física. Al final esa forma se disolverá en un sentimiento, y nunca más tendrás la necesidad de verme en ningún tipo de forma o manera en particular.

   No obstante, recuerda ahora lo que he dicho. Es imposible morir sin Dios, pero no es imposible pensar que lo estás haciendo. Puedes pensar lo que quieras en la etapa dos de la muerte. Así que la energía de mi Esencia Pura puede rodearte y tú puedes elegir rechazarla, reducir la experiencia, creer que es una alucinación o descartarla por completo.

Yo nunca haría eso. ¿Por qué  iba a hacer eso?

   Lo has hecho muchas veces durante tu vida. ¿Qué te hace pensar que no podrías hacerlo después de tu muerte?

Porque no sería tan tonto. Cuando esté muerto, es de esperar que no sea tan tonto. Además, cuando esté muerto, tú harás que sea muy claro para mí que tú eres Dios, y que soy amado, y que esta experiencia que estoy teniendo eres Tú, dándome la bienvenida a Casa.

   Escúchame.

   La muerte es un momento de creación. Hay un ajuste de energía en el momento de lo que tú llamas muerte que sintoniza con precisión la energía con la que entras en ese momento, produciendo un efecto duplicativo en el mundo no físico en el que acabas de entrar, para que puedas continuar teniendo la experiencia que has estado creando, incluso durante tu transición a otro reino. (El mismo proceso ocurre al nacer, sólo que al revés. Cuando naces, la energía que has traído contigo del reino espiritual se transforma en materia por este proceso de sintonización de energía, produciendo un efecto duplicativo en el mundo físico en el que acabas de entrar).

   Recuerda lo que dije antes: la muerte es un umbral, y la energía con la que atraviesas ese umbral determina qué hay al otro lado. Ahora, puedes re-crear algo nuevo en cualquier momento que elijas (igual que en la vida), pero encontrarás ahí, inicialmente, lo que esperas encontrar ahí.

   Si no crees en Dios, y entras en la muerte no creyendo en Dios, Dios estará ahí y tú experimentarás a Dios, no más de lo que lo experimentaste durante tu vida.

   Tienes que saber que Dios está presente para experimentar que Dios está presente.

   Si miras una flor y sabes que Dios está ahí, verás a Dios ahí. Si no, no verás nada más que una flor. Puede que incluso veas una mala hierba.

   Si miras a alguien a los ojos y sabes que Dios está ahí, verás a Dios ahí. Si no, no verás nada más que un ser humano. Puede que incluso veas un villano.

   Si te miras a los ojos en un espejo y sabes que Dios está ahí, verás a Dios ahí. Si no, no verás nada más que una persona tratando de descifrar quién está ahí. Puede que incluso veas a una persona que no tiene la respuesta a esa pregunta.

¿Quieres decir que Dios no me rescatara de mi propio “no-saber”?

   Dios te está “rescatando” cada día de tu propio no-saber. ¿Sabes esto?

Supongo que sí.

   ¿Sí?

Bueno, a veces.

   Es lo mismo inmediatamente después de la muerte. A veces la gente lo sabe, y a veces no. Y, según sea aquello en lo que crees, así se hará en ti.

¡Menudo mensaje, hombre! Ciertamente esperaba más que esto. Esperaba que me dijeras que la presencia de Dios en el Más Allá haría “borrón y cuenta nueva”, anulando cualquier creencia en contrario y colmando el momento de una Gloria Absoluta.

   Dios colmará el momento de una Gloria Absoluta, porque no hay nada más glorioso que el Acto de la Pura Creación y Dios te permitirá crear en el momento de tu muerte cualquier experiencia que desees.

   Esto es lo que pasa en la etapa dos de la muerte. En la etapa tres llegarás a conocer una Verdad más profunda sobre ti mismo: y entonces recordarás otra vez cómo crearla. Porque eres parte del Dios del que estás hablando aquí. Incluso aunque continúes imaginándote que no lo eres, todavía puedes crear cualquier experiencia que desees.

   Y por eso ahora entiendes esto: tu primera experiencia después de la muerte es algo que estás creando aquí y ahora, y que continuarás creando entonces y allá, con tu pensamiento sobre ella y con tu esperanza.

¿La esperanza juega un papel?

   Recuerda lo que te dije antes. Si tienes la más vaga esperanza de que alguien venga a ayudarte, estarás rodeado de seres queridos y de ángeles. Si tienes la más vaga esperanza de encontrarte con Mahoma, Mahoma te guiará. Si tienes la más vaga esperanza de que Jesús esté ahí, Jesús estará ahí. O Krishna. O Buda. O sólo simplemente la Esencia del Amor Puro.

   La esperanza juega un papel maravilloso en la “muerte” y en la “vida”. (Son lo mismo, por supuesto). Nunca abandones la esperanza Nunca. La esperanza es una declaración de tu deseo más alto. Es el anuncio de tu sueño más grandioso. La esperanza es el pensamiento, hecho Divino.

¡Oh, qué declaración más maravillosa! La esperanza es el pensamiento,, hecho Divino. ¡Que declaración tan perfectamente maravillosa!

   Ya que te gusta tanto esa declaración aquí está esa “Fórmula de 100 palabras para Todo en la Vida” que te prometí.

¡Oh, sí, una de tus promesas pospuestas!

   La esperanza es el umbral para creer, creer es el umbral del saber, saber es el umbral para crear, y crear es el umbral para la experiencia.

   La experiencia es el umbral para la expresión, la expresión es el umbral para llegar a ser, y el llegar a ser es la actividad de toda la Vida y la única función de Dios.

   Lo que esperas, lo creerás eventualmente; lo que crees, lo conocerás eventualmente; lo que conoces, lo crearás eventualmente; lo que creas, lo experimentarás eventualmente; lo que experimentas, lo expresarás eventualmente; lo que expresas, lo llegarás a ser eventualmente.

   Esta es la fórmula para todo en la vida.

   Así de simple.

Me encanta cuando la información sobre la vida se nos da de forma tan sucinta. ¡Qué regalo! Poetas como Robert Frost nos hacen ese regalo. Y los autores de las letras de las canciones. Y los dramaturgos. Y los escritores. Y los mensajeros y los maestros. Me encanta lo que otra poetisa, Lisa Mueller, puso en un poema en verso libre titulado Esperanza.

   Ella dice que la esperanza “es el movimiento que va desde los ojos a la cola de un perro” ¿No es fabuloso? ¿No lo captura perfectamente? Aquí está un fragmento de su trabajo más extenso:

ESPERANZA…

…es el movimiento que va
Desde los ojos a la cola de un perro,
es la boca que hincha los pulmones
del niño que acaba de nacer

Es el único regalo
Que no podemos destruir en nosotros,
el argumento que refuta la muerte,
el genio que inventa el futuro,
todo lo que sabemos de Dios.


Experimentas en un mundo de tres dimensiones,
Pero no vives en un mundo de tres dimensiones.
La Realidad Última es mucha más compleja de lo que
Nunca te hayas imaginado.

Y entonces volveremos otra vez a la idea de que el estado mental de una persona en el momento de su muerte es la experiencia con la que su alma se encontrará al “otro lado”.

   Sí, eso es exactamente lo que estoy diciendo. Lo he dicho una y otra vez aquí.

Sí, pero sigo volviendo a ello una y otra vez porque hay algo en esa declaración que simplemente no me parece que encaje del todo y he estado tratando de descifrar qué es. Ahora creo que sé qué es.

   Por favor, dímelo.

Esa idea no deja mucha posibilidad de consuelo para los que se están acercando a la muerte sin esperanza –los que se encuentran en un estado de miedo o terror o aprensión o autorrecriminación o duda- ni para sus familias.

   Entiendo. Entiendo adónde estás yendo.

Bueno, quiero decir, no mucha gente se muere con tanta paz y tan maravillosamente expectante como pareces sugerir que sería necesario para que tuviera  una experiencia gloriosa. Yo me inclino a pensar que hay más gente que se muere con… ¿qué palabra usar aquí?...aprensión, como mínimo, cuando no miedo o pavor o confusión o conmoción ante lo tan repentino que puede ser morir, por ejemplo en un accidente, o lo que fuere…

   Entiendo tu preocupación. Sin embargo, el consuelo viene de saber que todas las almas encuentran paz y alegría y amor. Todas las almas pasan a la etapa tres  de la muerte, que es cuando se fusionan con la Esencia.

  Entretanto, no hay tal cosa como el “dolor” –emocional, físico o espiritual- en el “Más Allá”. Mencioné antes que incluso aquellos que se imaginan que se están yendo al “infierno” y entonces se envían a sí mismos allí, no sufren. Simplemente se observan a sí mismos tener la experiencia, pero sin estar conectados a eso emocionalmente.

Dijiste que era algo así como estar viendo un vídeo educativo.

   Así es. Ese es el nivel de desapego aquí. Simplemente te das a ti mismo la experiencia para revisarla, sacando de ella cualquier enseñanza que se pueda extraer de ahí, pero no sufres. En la vida después de la “muerte” no hay algo así como el sufrimiento.

Entonces, ¿qué hay ahí? ¿Hay algo ahí? ¿Hay alegría? ¿Hay felicidad?

   Eso es todo lo que hay. No hay nada negativo.

¿Nada negativo?

   Nada de nada.

Pero pensé que habías dicho que las personas experimentan exactamente lo que esperan experimentar.

   Correcto.

Entonces, ¿qué pasa si la persona espera sufrimiento? ¿Qué pasa con una persona que elige sufrir, que siente que es la única forma de poder “ganarse” el cielo o de “pagar por sus pecados”? Pensé que habías dicho que un alma puede experimentar cualquier cosa que quiera experimentar después de la muerte.

   Lo que he dicho es verdad. Y por lo tanto podrías experimentar sufrimiento… con la salvedad de que no lo haces.

Porque, como dijiste antes, ¿estás mirando simplemente y no te estás identificando con el “ser” que está experimentándolo?

   Sí, y también porque, aunque te pudieras identificar con la parte de ti mismo que está experimentándolo, no lo harías.

Te das cuenta de que me estás dejando a oscuras aquí…

   Permíteme recordarte algo que se dijo antes que podría explicar todo esto de forma más completa.

Sí, eso sería bueno. Precisamente ahora, una explicación más completa sería buenísima.

   Cuando ocurre algo que el alma experimenta como no deseable, el mismo pensamiento de que no es deseable causa que la experiencia interior del alma se altere instantáneamente. Y por eso no hay sufrimiento. Ni siquiera para la persona que imagina vehementemente que debería ser castigada. Creará la experiencia de su imaginación, pero no la experimentará como se la había imaginado, por la sencilla razón de que, tan pronto como tenga la experiencia, elegirá no tenerla.

¿Incluso si esto es lo que realmente piensa que quiere?

   El nivel de conciencia del Más Allá excluye la posibilidad de que alguien elija voluntariamente lo que no es real. Y el alma debería saber y comprender inmediatamente que el concepto y la idea y la experiencia del “sufrimiento” no es real.

   En la primera etapa de la muerte, el alma llega a comprender que el cuerpo con el que pasó su vida física no es real. Es decir, no es quien el alma es realmente. En la segunda etapa de la muerte, el alma llega a comprender que la mente, con todos sus pensamientos, no es real. Es decir, no es quien el alma es realmente.

   Todos los pensamientos de la mente limitada, que emergen de la perspectiva limitada de la experiencia humana, reciben un gran impacto en la segunda etapa de la muerte, precisamente porque la perspectiva del alma en el Más Allá es muchísimo más grande y diferente de lo que era cuando el alma estaba con el cuerpo.

   Es desde el lugar de esta perspectiva mejorada como el alma empieza a crear y a experimentarse a sí misma. Tan pronto como el alma ve y se da cuenta de que no es un cuerpo, su perspectiva cambia tremendamente, como puedes imaginar: Esto es, de hecho, lo que propulsa al alma hasta la tercera etapa de la muerte, cuando todos los pensamientos –no sólo  los “malos” pensamientos, sino incluso sus propios pensamientos del “cielo” –se abandonan, y se experimenta la Realidad Última.

   Y así –aun en el caso de la persona que cree sinceramente que debe sufrir, que merece sufrir, que sufrir es la única forma de redimirse ante los ojos de Dios-, la idea misma de redención, y el sufrimiento como medio para conseguirla, deja de tener significado en la perspectiva amplificada del alma.

   El alma puede mirarse a si misma intentando sufrir en su infierno autocreado, pero el alma pronto entenderá que no tiene ningún sentido crear semejante experiencia.

Pensaba que nada era imposible para un alma que se está expresando a Sí Misma como la Creadora de Su Propia Realidad.

   No es cuestión de que sea imposible. Es cuestión de que no tiene el menor sentido. El alma no tendría ninguna razón para crear ciertas experiencias, más allá del “recordar” involucrado en ellas. Una vez que el alma ha recordado que sufrir no es una realidad, sino simplemente una experiencia creada en la mente humana, habrá conseguido lo que buscaba conseguir con la creación de su propio infierno, y la experiencia carecerá de sentido de ahí en adelante.

   Es así porque, en cierto modo, el alma “sabe demasiado” como para sacar algo más de semejantes experiencias. Sería como un mago que hiciera sus propios trucos una y otra vez… para una audiencia de una persona: él mismo.

Me imagino que sería bastante difícil que un mago se mantuviera interesado en sus propios trucos.

   Sería más que difícil. Sería imposible. Es en ese sentido, en el contexto, en el que podría decirse que es imposible que el alma sufra.

Pero ¿ni siquiera una fracción de segundo? ¿Ni siquiera mientras estaba decidiendo estar interesada o no?

   No, absolutamente No.

   No existe algo así como “una fracción de segundo”. Tu pregunta está basada en tu realidad de lo que llamas Tiempo, donde las cosas pasan en secuencia. Sin embargo, todas las cosas que he descrito que le pasan a un alma después de la muerte suceden en el mismo instante.

Espera un momento. Tú mismo dijiste que suceden en “etapas”. Etapa uno, etapa dos y demás.

   Eso es correcto, de acuerdo con tu terminología. Sin embargo, esas etapas se experimentan simultáneamente: cada nueva experiencia “borra” la vieja. Y entonces es como si la vieja nunca hubiera pasado. “Eres” lo que “eres” Aquí Ahora, y es, en realidad, como si nunca hubieras sido otra cosa.

Disculpa eso no tiene sentido. Acabas de decir algo aquí que no tiene sentido.

   El desafío aquí es hablar en términos terrenales de una situación o experiencia que está fuera de este mundo. Déjame decir simplemente que todas las cosas suceden secuencialmente y simultáneamente.

¡Eso tiene aún menos sentido! Las cosas suceden secuencialmente o simultáneamente. No puede ser de ambas formas.

   ¿No puede? Te estoy diciendo que toda la vida es de ambas formas.

¿Toda la vida es “secuencial” y  “simultánea”?

   Correcto.

Bueno, de acuerdo, entonces esto me desconcierta completamente. Soy incapaz de sostener esto en mi realidad.

  ¿Puedes concebir la posibilidad? ¿Puedes expandir tu mente para poder concebir la posibilidad?

   No hay una palabra para esta experiencia en tu lenguaje, así que tendremos que inventar una. Digamos que toda la vida es “secuentánea”. Es “secuencial” y “simultánea” al mismo tiempo.

No sé qué decir. Supongo que todo y cualquier cosa es posible, y estoy dispuesto a admitir que no sé todo lo que hay que saber sobre la Realidad Última, pero sólo puedo ir hasta aquí. Aunque pudiera ir ahí conceptualmente, no puedo imaginarme estar ahí experimentalmente. No puedo imaginar experimentarlo.

   Déjame ver si podemos encontrar otras palabras –algunas palabras “reales”- con las que poder explicártelos o, por lo menos, ponerlo un poco más claro.

Está bien, porque necesito ayuda aquí, y la necesito inmediatamente. O, mejor dicho, la necesito secuentáneamente…

   Perfecto. ¡Eso es Perfecto!

   Ahora, imagina conmigo una realidad donde el tiempo no existe. No de la forma que tú te imaginas. Hay un solo momento, el Dorado Momento del Ahora.

   Todo lo que ha sucedido está sucediendo ahora, y siempre sucederá: está sucediendo Ahora Mismo.

   Todo es verdad con respecto a todas tus vidas, no sólo a la parte de tu experiencia que llamas esta vida en particular o al Más Allá. La diferencia es que en el Más Allá lo sabes. Lo experimentas.

De acuerdo, pero espera un segundo. Acabas de decir que todas mis vidas están ocurriendo simultáneamente. Quieres decir, todas mis encarnaciones, ¿verdad?

   Si. Pero también me refiero a todas tus almas “pasadas” a través de esta encarnación.

¿Estás diciendo que paso a través de esta vida más de una vez?

   Correcto. Y muchas posibilidades, muchas experiencias, pasan al mismo tiempo.

Pero si todo está pasando simultáneamente… eso significaría que tendría que haber “realidades alternativas”. ¿Estás diciéndome que hay algo así como “universos paralelos” que transcurren al lado del nuestro, en los que el “yo” que soy “yo” está teniendo otras experiencias?

   Sí.

Bueno, me dijiste al principio que algunas partes de esta conversación podrían parecerle demasiado “descabelladas” a la gente, y ciertamente estás cumpliendo tu promesa. Mucha gente diría  que el último escenario es simplemente pura ciencia ficción.

   Y no lo es. Como dijiste antes, esto es ciencia.

¿Esto también es ciencia? ¿Hablar de realidades alternativas es ciencia?

   ¿Piensas que vivimos en un mundo de sólo tres dimensiones? Pregúntale a un físico cuántico sobre eso.

¿No vivimos en un mundo de tres dimensiones?

   Experimentas un mundo de tres dimensiones, pero no vives en un mundo de tres dimensiones.

¿Qué significa esto?

   Significa que la Realidad Última es mucho más compleja de lo que nunca te hayas imaginado. Significa que hay mucho más de lo que se ve. Te digo que todas las posibilidades existen en todos los tiempos. Estás eligiendo la posibilidad que deseas experimentar ahora de entre un campo multidimensional de posibilidades infinitas. Y hay otro “tú”, eligiendo cosas diferentes, aquí mismo, ahora mismo.

¿Otro Yo?

   Correcto.

¿Estás diciendo que “yo” existo multidimensionalmente?

  Sí.


Autor: Neale Donald Walsch

Fuente original: Extracto del libro de Neale Donald Walsch, "En Casa con Dios - Una vida que nunca termina", Editorial Kier


 

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