¿CONCEDES A TU PAREJA EL DERECHO A EQUIVOCARSE?
Por Ana Muñoz
Todas las personas se equivocan o cometen errores que pueden tener alguna consecuencia que te resulta desagradable, y eso no es solo una realidad, sino que es una realidad inevitable. Por muy maravillosa que sea tu pareja, siempre cometerá algún error. Esto es algo que todos sabemos pero, desgraciadamente, a veces nos comportamos como si los demás no tuvieran derecho a equivocarse.
LA INEVITABLE IMPERFECCIÓN HUMANA
Dado que ninguna persona es perfecta, sino que todos hemos nacido imperfectos y con tendencia a equivocarnos a lo largo de toda nuestra vida, es imposible que pretendamos lo contrario. Además, a menudo las personas aprenden y hacen cambios precisamente a partir de sus errores. Mediante ensayo y error aprendemos muchas cosas que no podríamos aprender de otra forma. A menudo necesitamos probar diversas estrategias, equivocarnos, modificar nuestras conductas o ideas en base a esos errores para, finalmente, dar con la solución satisfactoria y hacerlo bien.
Es decir, equivocarnos forma parte de nuestra naturaleza y eso hace que se convierta en un derecho: el derecho a equivocarse, que es caso lo mismo que decir el derecho a ser humanos.
Imagina, por ejemplo, que tienes que hacer una tarta sin tener ni idea de cómo cocinar y te dan los ingredientes para hacerla pero no las instrucciones. En ese caso, no te quedará más remedio que ir probando diversas opciones y cometiendo errores hasta que te salga bien. Del mismo modo, las relaciones de pareja o las personas tampoco vienen con instrucciones. Y dado que cada persona es diferente, interpreta las cosas de modos distintos, tiene reacciones diferentes a las de los demás ante los mismos sucesos y espera cosas diferentes de ti, tu forma de relacionarte con cada persona debe también variar, lo cual lo complica todavía más.
Teniendo esto en cuenta no es nada extraño que, en una relación de pareja, ambas personas tengan mucho que aprender acerca del mejor modo de relacionarse, de la otra persona y de sí mismos en relación al otro. ¿Cómo es posible, entonces, no cometer errores?
El amor tampoco te vuelve perfecto
A menudo, una persona puede tener una idea demasiado exigente de lo que debe ser una relación de pareja y, aún en contra de su propia lógica, se comporta como si esperase que su pareja fuera perfecta y no hiciera nunca algo que pudiera molestarte, nunca le dijera nada desagradable, no tuviera jamás un despiste, no se comportara nunca de manera egoísta, etc., como si por el simple hecho de amarte, esa persona se volviera perfecta, o como si sus errores significaran que no te ama de verdad. Pero lo cierto es que la persona enamorada es tan imperfecta como los demás.
EL DERECHO A COMETER ERRORES
Patricia criticaba continuamente a su pareja por sus errores, era una persona exigente y perfeccionista y a menudo esas críticas las realizaba en público, lo cual molestaban bastante a David, puesto que lo dejaban en mal lugar delante de otros.
Lo que a muchas personas les cuesta aceptar es que, aunque tu pareja esté haciendo algo de un modo que consideras incorrecto y creas que debería cambiar, tiene derecho a no cambiar y a seguir cometiendo errores. Por ejemplo, puede que conduzca muy despacio y no quiera cambiar eso, o puede que cometa errores gramaticales al hablar o escribir y tampoco haga nada por cambiarlo.
Este tipo de cosas pueden acabar generando un conflicto importante en la relación, porque tú te empeñas en que tu pareja tiene que cambiar y hacer bien (es decir, a tu manera) tal o cual cosa y tu pareja no quiere hacerlo o simplemente no puede hacerlo mejor. Por tanto, concede a tu pareja el derecho a cometer errores.
TODO EL MUNDO SE EQUIVOCA, INCLUSO TÚ
Si tu pareja comete un error y consideras que tú nunca harías algo así, piensa que tal vez es cierto que tú no cometerías ese error, pero sin duda cometerás otros que tu pareja nunca cometería. Si nunca reconoces tus propios errores y te comportas como si lo hicieras todo bien, serás mucho más intolerante con los demás, porque esperarás de ellos que sean tan "perfectos" como tú.
Por tanto, puede venirte bien dejar de observar a los demás para sacar a la luz sus errores y empezar a observarte a ti mismo para ser más consciente de que cometes tantos errores como cualquiera. Además, si te crees superior a tu pareja, recuerda que la mayoría de las personas se encuentran en el mismo nivel de madurez emocional que aquellos con quienes se casan. Tal vez tú nunca cometas los "estúpidos" errores que comete tu pareja, pero sin duda cometerás otros "estúpidos" errores diferentes y esperarás que tu pareja te conceda el derecho a equivocarte.
ACEPTA AL OTRO CON SUS IMPERFECCIONES
A veces nos irritamos o encolerizamos al ver que una persona no aprende, no cambia, sigue con los mismos errores, con los mismos patrones, y no le concedemos el derecho a no aprender de sus errores. Lo cierto es que cuando aceptas esto y dejas a esa persona ser más ella misma y cometer sus errores la estás ayudando más a cambiar que con tus críticas.
Diana estaba enfadada con su socia porque la consideraba un poco perezosa, siempre dejaba muchas cosas para después en el trabajo o no trabajaba suficientes horas, cuando ambas sabían que el negocio necesitaba un impulso. Sin embargo, cuando aceptó que su socia tenía derecho a ser perezosa y la vio tal como es, aceptando sus defectos, fue más capaz de hablar con ella sin ira, criticas ni reproches. Entonces le sugirió que intentara formar el hábito de hacer todo en el momento en que surgiera y no después. Lana estuvo más dispuesta a escucharla, hablaron de un modo destinado a solucionar el problema (no a conseguir que la otra persona haga lo que tú quieres) y lana accedió a hacer cambios si Diana dejaba de controlarla y criticarla en exceso.
