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 YO SOY UN ÁNGEL



Agosto 18, 2014, 06:24:09 am
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Desconectado Francisco de Sales

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YO SOY UN ÁNGEL
« en: Agosto 18, 2014, 06:24:09 am »
YO SOY UN ÁNGEL


En mi opinión, me ha costado demasiado tiempo darme cuenta de esto.

Con eso de que estaba convencido de que había que tener alas, o alitas, vivir en el desconocido del cielo, no tener un sexo definido, sí tener ricitos rubios y tocar la lira como un virtuoso, me había descartado a mí mismo como un aspirante a ser ángel o angelito.

Y me he dado cuenta, hace muy poquito tiempo, que he conocido a un ángel (por lo menos) y que yo mismo soy un ángel. ¡Ah!, y de que tú también eres o puedes ser un ángel.

Yo tenía 6 o 7 años, no más. En mi casa pasábamos mucha hambre y lo único que teníamos era… carencias y nada más. Aquel 6 de enero TAMPOCO vinieron los Reyes Magos. Yo había madrugado con inquietud de imaginando y suponiendo qué habrían dejado para mí.

Nada. Lo averigüé enseguida. No habían dejado nada de nada.

Todavía no se habían despertado mis hermanos y comprobé por la ventana que aún era de noche. No quería seguir en casa. Supongo que tenía tanta rabia como decepción, así que cogí un hierro que yo tenía, con la punta afilada, y salí a la calle para jugar a un juego que se llama el hinque. Como seguía siendo de noche, me quedé en el portal esperando a que hubiera un poco de luz.

Mucho más tarde apareció la luz, escasa, grisácea y descolorida, y me puse a jugar. Estaba yo solo en el mundo, ni una sola persona a la vista.

No sé cuánto tiempo después apareció una mujer, joven, muy grande, así la recuerdo, más grande que las otras mujeres que veía habitualmente –y no era una extraterrestre- y me preguntó qué hacía. Jugar, le respondí. Sé que me hizo más preguntas pero no las recuerdo. Sí recuerdo lo que sucedió después: sacó de su bolso una pistola grande, de un material ligero, poco pesado, y me la entregó diciendo que los Reyes Magos la habían dejado en su casa para mí.

No recuerdo si fui muy agradecido. Sé que me duró poco y que me olvidé de aquello hasta que a mis 59 años apareció de nuevo la escena en mi mente y me di cuenta de que aquella mujer era un ángel. Esa es la historia.


Hace unos poquitos años estaba mirando algo en una tienda de esas que tienen un batiburrillo de mil cosas y vi a una vecinita que vivía en mi edificio. De 6 o 7 años. Estaba sola, curioseando entre las cosas que había para ver.. Le sonreí. Me sonrió tímidamente. Tenía en sus manos una especie de bombonera de cristal.

Unos instantes después escuché el ruido que hace una cosa de cristal cuando cae al suelo y se hace añicos. La dependienta, como poseída, convertida en una auténtica energúmena, se dirigió hacia la niña, con los brazos puestos en jarra, y con una actitud verdaderamente amenazante gritó: “ahora tienes que pagar lo que has roto”.

Evidentemente, no tenía dinero y, además, estaba atemorizada por la fiera. La observé y casi me atrevería a decir que la vi encogerse físicamente. Ella no sabía qué hacer. Miraba hacia la mujer. La única solución que podía aportar era su silencio. La fiera no aflojaba en su actitud.

“Yo lo pago”, dije. Y la cara de la niña se iluminó. Volvió a su tamaño normal. Se marchó sin decir nada pero me miró desde la puerta y en sus ojos vi muchas cosas que soy incapaz de describir.

Estoy seguro de que algún día contará la anécdota y dirá que se le apareció un ángel.


Como ves, es muy fácil ser un ángel.

Solamente hace falta tener voluntad de serlo.

Se dice que los ángeles representan la bondad, la belleza del alma y la inocencia, y que su misión es ser un lazo de unión entre Dios y el Ser Humano.

Así que uno se puede convertir –si lo desea- en alguien que transmita la felicidad a otros, que les recuerde la naturaleza divina que nos forma, que les lleve la esperanza o el amor, el cuidado y la ternura, o la Humanidad que nos hermana.

Y no se trata de hacer milagros deslumbrantes, sino esos milagritos que son tan necesarios a veces.

ALEGRAR EL DÍA A LOS OTROS, por ejemplo. Puede llegar a ser así de simple… una atención, una sonrisa sincera, una palabra de agradecimiento, el reconocimiento por su labor…

ANIMAR AL DESANIMADO puede ser otra buena idea. Ya sabes que la palabra ánimo significa “aquello que da espíritu, aliento y fuerza a algo”. Y que animar es “infundir energía al ánima”, que es el alma. Y resucitar el alma del otro en ciertos momentos es algo que está al alcance de cualquier aspirante a ángel…

COMPARTIR también se puede convertir en un pequeño milagro. Lo poco o lo mucho. Lo material o lo etéreo. El optimismo o una palabra…

Hay muchas más cosas que puedes hacer para convertirte en ángel:

CUIDAR, LLAMAR POR TELÉFONO, VISITAR, ACOMPAÑAR, EMPATIZAR, SER POSITIVO, DAR LAS GRACIAS, CONTAGIAR LO QUE TENGAS DE BUENO, ESPANTAR TRISTEZAS, RELATIVIZAR LOS SUFRIMIENTOS DE LOS OTROS, PLANTAR SONRISAS, REVITALIZARLES, ALIMENTAR LES SU AUTOESTIMA, HABLARLES DE SENTIMIENTOS EN UNA CONVERSACIÓN DE CORAZÓN A CORAZÓN…O SEA, CUIDARLES, AYUDARLES, AMARLES…

¡¡Hay tantas posibilidades de convertirte en ángel!!

Entonces te pregunto…¿te atreves a serlo?


Te dejo con tus reflexiones…

« Última modificación: Noviembre 25, 2020, 10:40:42 am por francisco de sales »

 

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