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 ¿TIENE DIOS LA CULPA?



Marzo 19, 2011, 07:48:27 am
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Desconectado Irene Zambrano

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¿TIENE DIOS LA CULPA?
« en: Marzo 19, 2011, 07:48:27 am »
¿TIENE DIOS, REALMENTE, LA CULPA DE MI PÉRDIDA?

PS. PAULO DANIEL ACERO RODRÍGUEZ*


El escrito que en este momento se apresta a leer, esta inspirado y trata acerca de las enseñanzas recibidas a partir de compartir la experiencia con un gran número de personas que, como alguien que conoce, o como usted mismo, han sufrido profundamente y han sido lastimados en la vida y, en razón de ello, se preguntan ¿ Por qué a mi?, ¿ Por qué Dios no hizo nada para ayudarme?.

Aunque necesariamente se reflexiona aquí acerca de la figura de Dios, este artículo, no pretende constituirse, ni más faltaba, en una defensa de Dios, pues, por lo menos para quien escribe, a todas luces es claro que Dios no necesita defensa, pues jamás se atrevería a creer y confiar en un dios que necesita que lo defiendan. Mas bien, este artículo es un intento para ayudar a comprender y enfrentar las duras realidades que tocan a la naturaleza humana, sin evadir las preguntas difíciles ni intentar manipular las respuestas para darle una bella y acomodada presentación.

En su libro “¿Dónde esta Dios cuando las cosas malas suceden?, Horace Duke hace, entre otros relatos, el de la experiencia de un joven llamado Thomas, quien fue violado antes de llegar a los diez años de edad, y en un grupo de apoyo se pregunta ¿ Dónde estaba Dios cuando fui violado?. A lo largo de su reflexión, Duke, capellán de un hospital en los Estados Unidos, refleja las diversas inquietudes que ha recibido de parte de muchos jóvenes, todos víctimas de ataques sexuales, y  va mostrando la progresión de sus conclusiones que van desde examinar si en los momentos difíciles “Dios nos lleva cargados”, hasta concluir que, más que eso, en realidad al estar Dios al interior  del ser humano, sufre con el su dolor y se identifica con su angustia, dándole la fuerza y la gracia, desde su propio interior, para empezar a vivir cada día de nuevo.

De manera similar, el rabino Harold Kushner, en su libro “Cuando las cosas malas le pasan a la gente buena”, arroja luces útiles para que quienes sufren puedan manejar las clásicas preguntas: ¿Por qué?, ¿ Por qué a mí?, ¿Por qué sufro sin causa justificada?.

Entre algunas de las más centrales reflexiones, Kushner comparte la conclusión de que Dios no envía las cosas malas hacia nosotros. Con base en su experiencia y vivencias, Kushner plantea que Dios no causa que las cosas malignas sucedan. Desde su condición, ofrece una respuesta de  corte filosófico teológico a esas preguntas tomando como base las escrituras hebreas denominadas “Así es la vida”. Desde esta visión se reflexiona:  La lluvia cae y el sol alumbra tanto sobre el bueno como sobre el malo; los dos se mojan,  si no están protegidos, y se pueden quemar con el sol si no se cuidan debidamente.

De una manera que conforta el espíritu, Kushner afirma que en ninguna manera Dios está tratando de cazar al ser humano y enfatiza que Dios está disponible para ayudarnos a enfrentar la vida.

Por su parte, Philip Yancey, en su libro titulado “Cuando la vida duele” también ha realizado el ejercicio de tratar de darle una respuesta a las situaciones dolorosas de la vida humana desde un punto de vista espiritual.

Yancey propone algunas de las que podrían ser las razones por las que Dios se quedaría en silencio y no daría respuesta a nuestros gritos de auxilio ni a nuestros ruegos de que se resuelvan nuestras preguntas.

Para Yancey preguntas como las realizadas arriba tienen validez y no se  les debe considerar ni como arrogantes ni como señal de sacrilegio o incredulidad. En su libro, Yancey concluye que Dios aún está al control de todos los asuntos  de la humanidad y ello implica que permita  que algunos realicen cosas malas, llegando, incluso, a utilizar los actos malos de algunos, para propósitos que son, de alguna manera, más altos y difíciles de comprender para nosotros. Desde esta perspectiva, todos los humanos estamos expuestos a sufrir adversidades en la vida, y la tarea consistiría en tomar la decisión de hacer frente a esos acontecimientos con o sin Dios.

En una orientación similar a este último planteamiento se encuentra la conclusión a la que llegó el renombrado Psiquiatra Víctor Frankl y que se encuentra contenida  de manera clara en su libro “El hombre en busca de sentido”, en el cual, luego de relatar su propia vivencia al perder a toda su familia en los campos de concentración alemanes y, casi perder su propia vida, determinó no ponerse en la desgastante tarea de señalar culpables, elemento común  a todos los que sufren la pérdida de seres queridos o elementos de gran  valía emocional como puede ser una función corporal, uno o más miembros del cuerpo, la libertad personal, etc.

Frankl afirma que todo le puede ser arrancado al ser humano menos la capacidad de decidir que actitud asumirá ante esas circunstancias. En este sentido Frankl opta por enfatizar que, es la determinación de no entregarse a la adversidad la que nos permite continuar con los deseos de vivir aún en medio de las más dolorosas situaciones.

Retomando las posiciones antes expuestas, y teniendo en cuenta que es una conducta recurrente,  se puede afirmar que pudiera parecer cierto que las pérdidas y la aflicción   serían menos difíciles de enfrentar si supiéramos la razón por la cual nos ocurren. Sin embargo, tenemos que reconocer que ese no es siempre el caso.

Considero que, en la mayoría de las ocasiones, nunca llegaremos a entender las razones por las que nos ocurren o Dios permite que sucedan ciertas cosas dolorosas. Pero surge una pregunta, ¿ Es real que el dolor disminuye, o que las heridas sanan con el hecho de saber las razones por las cuales nos ocurrieron determinados hechos?.

El propio ejercicio profesional como Psicólogo que está cercano, de manera cotidiana, a personas en duelo me permite afirmar que los corazones afligidos no se curan con respuestas y que el dolor no disminuye con razones o argumentos.

Retomando a Horace Duke, puedo señalar que hay dos elementos fundamentales a tener en cuenta cuando se trata de iniciar un proceso de recuperación por heridas graves que sobrepasan el daño físico y producen dolor emocional, psíquico e inclusive  espiritual.   

El primer elemento implica reconocer que lo que nos está sucediendo es parte del proceso de la vida, y la palabra central aquí es proceso, lo que significa que no durará indefinidamente. El dolor algún día pasará. El segundo elemento, consiste en no esperar a que se produzca una recuperación definitiva ni esperar que se pueda volver a ser lo que se era  antes de la ocurrencia del suceso trágico..

La experiencia nos muestra que es muy difícil que la gente  se recupere y acepte totalmente lo que le ha sucedido cuando ha sido víctima de la maldad de otro semejante o de una tragedia sin sentido.

Pero, también la experiencia no nos deja olvidar que el espíritu humano puede ajustarse, volver a vivir la libertad desde otra perspectiva de vida y colocarse por encima y más allá de la maldad o la injusticia sufrida, como nos lo muestran ejemplos como el del mismo Viktor Frankl y, para, citar casos nuestros, como el de José Clopatofsky.

De modo que el desafío consiste en hacer uso de la potencialidad que tiene todo ser humano para dejar atrás la adversidad, para proyectarse a pesar de la oscuridad del camino, para ser más grande que las heridas que haya recibido.

Somos más grandes que lo que nos ha ocurrido o nos pueda ocurrir. Podemos ser más grandes que el dolor. Es necesario tomar la determinación de no hacer de lo que nos ha ocurrido una excusa para no continuar.  Como el famoso violinista (Quien padeció parálisis infantil) Isaac Perlman, podemos seguir haciendo música aunque nuestro instrumento esté roto.

REFERENCIAS:
Duke, Horace. ¿Dónde está Dios cuando las cosas malas suceden?.  Editorial Diana. México. 1998.
Frankl, Viktor. El hombre en busca de sentido. Herder. Barcelona. 1999
Graham, Billy. Enfrentando la muerte. Unilit. Bogotá.  1987.
Yancey, Philip. Cuando la vida duele. Unilit. Bogotá. 1977.           


(Origen: www.psicoactiva.com)

Marzo 19, 2011, 03:20:34 pm
Respuesta #1

Desconectado godly

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Re: ¿TIENE DIOS LA CULPA?
« Respuesta #1 en: Marzo 19, 2011, 03:20:34 pm »
uff me atoche...lo digo poque de varias partes habia leido que dios no tenia la culpa de igual forma planes de la vida en la que uno participaba para autorrealizarse...
tantas cosas que pasaron si no hubiese pasado mi crecimiento personal no seria el mismo...se refuerzo con valor dignidad.........
quien es dios?
dios es la vida, el universo, la naturaleza, eres tu?
entonces a quien le hechamos la culpa!!!
hay una cosa que cobra mucho sentido y sale en una parte en la biblia..cuando le preguntas a jesus..pero no me acuerdo el capitulo ni el versiculo si alguien lo sabe me lo dice...
recordandome un poquito y se me vino a la mente de rependente varias estrofas de la biblia que me confirmaba..que era responsable de mis acciones...la actitud que enfrentemos la vida....
y decimos pero si yo hago de maravillas..porq no me va bien...hay algo que hacemos mal o no lo recordamos.............va hay tantas explicaciones.............
Eres el reflejo de lo que ves

 

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