DESCUBRE TU DON
Todos tenemos un don que compartir, pero a veces no sabemos cuál es el nuestro. Para descubrirlo así darle sentido a nuestra vida, los autores de este bestseller aconsejan seguir ocho pasos.
Aunque en los últimos años se ha prestado mucha atención a la “ley de la atracción”, se han pasado por alto otras leyes igualmente fundamentales que gobiernan nuestra existencia y que necesitan actuar de manera conjunta para poder conseguir todo lo que uno se proponga. En Descubre tu don se abordan algunos de estos otros principios universales que colaboran, en simbiosis, para que puedas desarrollar el sentido de tu vida.
Un campo unificado.
Estos principios son ocho pasos espirituales universales y específicos que funcionan de manera conjunta en un campo de conciencia unificado: receptiva, intención, interacción, retroacción, energía, adversidad, compasión y amor. Este es el campo unificado a partir del cual tiene lugar una transformación profunda para llegar a ser el ser que eres. Todo el mundo tiene un don que compartir. De hecho, nos encontramos con este viaje que es la vida para aprender y adquirir nuevos conocimientos y formas de existir que nos ayuden a lo largo de la siguiente fase de nuestra existencia. La doctora Barbara de Angelis afirma: “Estamos aquí para aprender. Existe un currículo. Todos y cada uno de nosotros debemos pasar por una serie de cursos. Y puedes descubrir de qué cursos se trata si examinas las experiencias por las que atraviesa a lo largo de tu vida”.
Paso 1: La receptiva
El primer paso consiste en mostrarte abierto al viaje que conduce al descubrimiento personal, a la comprensión de ti mismo y al agradecimiento por lo que realmente eres. La receptividad consiste en mantenerse abierta a todas las posibilidades y darte permiso para evolucionar en la dirección que marcan esas posibilidades. Empieza por aprender a escuchar tu propia alma, tu fuente interior. Cuando entras en un campo de conciencia receptivo puedes empezar a ver y comprender aquello que quiere salir la luz. Y entonces es cuando dejas que se produzcan los milagros. Lo cierto es que constantemente están sucediendo milagros a nuestro alrededor, pero no los advertimos; estamos demasiado atrapados en el drama de nuestra situación personal y eso nos impide ver las oportunidades de otras experiencias. Estar receptivo te permite ver nuevas oportunidades que surgen y nuevas formas de existir que no se te habían ocurrido antes.
Paso 2: La intención.
La intención es el acto de marcarte un nuevo propósito en la vida, una nueva meta inspirada en tu receptividad. Es un acto de declaración, de decisión, de voluntad. La intención significa liberarte de los hábitos, las creencias y los patrones limitadores para que puedas crear una mentalidad revitalizadora y vivir en sintonía con tu nuevo propósito. La mejor manera de comenzar un viaje de descubrimiento es concentrando tu mente, que ahora es receptiva, en lo que deseas conseguir y plantearte cuestiones como:¿Quién soy?, ¿Cuál es mi don?, ¿Cómo puedo ser útil?, ¿Cómo puedo compartir mi propósito?
Paso 3: La activación.
Con la activación ponemos en marcha nuestra receptividad y nuestra intención, comprometiéndonos activamente a volcar en el trabajo de crecimiento y desarrollo personal. Para ello tendrás que reacondicionar tus pensamientos y emociones (que ahora proceden principalmente de tu pasado, de tu antiguo yo, que pueden estar haciendo que te retraigas) trabajando en la consecución de tu verdadero potencial. Emprende alguna acción y toma tus decisiones de manera que fomenten tu pasión. Tus pasiones son como migas de pan que te conducen al camino que lleva a tu don. Debes saber que cada momento es una decisión y que siempre eliges estar más cerca de tu don o alejarte de él.
Paso 4: La retroacción.
La retroacción infinita establece que el universo nos está mostrando continuamente cómo nos comportamos. El mundo es un espejo donde se refleja cómo hacemos las cosas. Es de suma importancia que seas consciente de qué estás dando y por qué, ya que eso tendrá un efecto directo en lo que el universo te devuelve a ti. Tener la mente en este estado es el resultado de tu hábito de ser consciente de tu propia presencia. El universo responderá a tu propósito permitiendo que recojas los frutos de tu cosecha y, de este modo, enseñándote una lección. Prueba a pensar:”mi prioridad es compartir. Mi prioridad es dar. Mi prioridad es liberar energía vital. Mi prioridad es resplandecer. Mi prioridad no es recibir”. Si tu deseo es recibir, entonces te estas resistiendo a conseguir todo lo que quieres.
Paso 5: Vibración.
Todo el universo es una maquina vibratoria. Nada permanece en reposo. Este mismo principio se puede aplicar a nuestros pensamientos, sentimientos, deseos y sueños. Pregúntate si estás en sintonía con la canción que está interpretando el universo. Es muy importante que armonices con tu propia vibración y comprendas que la energía que envías al universo tiene un efecto directo sobre toda tu existencia. La buena noticia es que tenemos en nuestro interior el poder de usar, modificar y canalizar esa energía con la intención de mejorar nuestras vidas. Tienes en tus manos la posibilidad de armonizar con las frecuencias de la energía, la felicidad y la realización personal.
Paso 6: Adversidad y transformación.
Existe una serie de dones en todas las circunstancias, incluidas las que no te gustan y calificas como tragedias, fracasos, perdidas, rechazo, dolor. Se producen muchos acontecimientos que consideramos trágicos y dolorosos, que surgen en nuestras vidas para impedir que consigamos aquello que creemos que queremos. Si nos dejamos secuestrar por la decepción y el dolor, no podremos ver que cada una de esas situaciones encierra en su interior un renacimiento. Puedes considerar la adversidad como el punto final de una etapa y el comienzo de una oportunidad para avanzar al siguiente nivel. Utiliza las adversidades para la transformación positiva. Siempre sabemos que se trata de una transformación porque nos sorprende. Nos deja conmocionados. Si no te sorprende, entonces no es una transformación. Cuando nos mantenemos abiertos, planteándonos preguntas estimulantes y estando dispuestos a ser algo más de lo que jamás habíamos pensado que podríamos ser, nos sentimos sorprendidos por la profundidad que hay dentro de nosotros. Y es algo extraordinariamente potente.
Paso 7: Compasión.
Nuestro deseo más profundo es crear un mundo consciente y compasivo a través del desarrollo personal y del aprendizaje a lo largo de nuestra existencia. A ello nos ayuda facilitar el desarrollo de los demás y colaborar con ellos para que encuentren su propio camino. Además, es una causa que despierta la felicidad profunda en ti. Cuando somos capaces de ser compasivos, nos damos cuenta de que podemos perdonar. Resulta crucial comprender que el perdón y transforma el alma y despeja nuestro camino para seguir avanzando en el viaje que nos lleva a descubrir nuestros propios dones.
Solo se necesita que despierte una persona para elevar la conciencia de una familia, de un pueblo, del mundo entero. La conciencia despierta tiene un efecto dominó en el planeta.
Paso 8: Amor.
El amor es el don supremo y lo explica la razón por la que estamos aquí. El amor es lo que nos proporciona capacidad para perdonar a los demás y para sentir agradecimiento por nuestra propia existencia. El amor nos une, nos conecta unos con otros. El amor es la vibración máxima que podemos alcanzar. Solo existe una religión y esa religión es el amor. El amor es el verdadero Dios y Dios lo abarca todo. Eso significa que, como a Dios, te amos también a ti porque formas parte de Dios. Amo a todos los animales y a todas las plantas y amo a la Tierra porque todo ello también es Dios.
Autor desconocido