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 LIBÉRATE DEL ODIO



Marzo 21, 2011, 09:54:24 pm
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Desconectado lucía riaño

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LIBÉRATE DEL ODIO
« en: Marzo 21, 2011, 09:54:24 pm »

Para que el sufrimiento se extinga, hay que vivirlo y dejar que pase hasta que se agote. Intentar ocultarlo o hacer como si no existiera, solo sirve para provocar más angustia y dolor.
A veces, cuando sufrimos, reaccionamos inconscientemente intentando seguir adelante como si nada pasara, pero con esta actitud conseguimos el efecto contrario a lo que buscamos. Nuestro dolor empieza a crecer y a cobrar mayor importancia a medida que tratamos de ocultarlo a nuestros ojos y a los de los demás. Pero escapar del sufrimiento es imposible, solo si nos permitirnos vivir la experiencia del dolor hasta agotarlo, conseguiremos que finalmente desaparezca.


Reconoce que sufres

Asumir el sufrimiento es el primer paso para dejar de sufrir. Tomar conciencia de él, es la única forma de poder eliminarlo después. Importa saber esto porque en ocasiones el dolor se enquista de tal modo que llegas a acostumbrarte a vivir con él, lo que impide que alcances tu felicidad y te resta libertad para ser tú mismo. Intentar seguir con tu vida, dando de lado a ese dolor es el resultado de un miedo inconsciente a reconocerlo, ya que si así lo hicieras, tendrías que tomar una decisión al respecto, y enfrentarte a algo que asusta todavía más. De hecho, es posible que te hayas familiarizado tanto con tu dolor que a veces incluso encuentras cierta comodidad en él. Y aunque a nadie le gusta sufrir, cuando te has acostumbrado tanto a llevar una muleta, puede darte miedo a desprenderte de ella. Reflexiona: ese dolor es tu muleta. ¡Deja de apoyarte en él!


Averigua el por qué de tu dolor

Seguro que en más de una ocasión te has preguntado: ¿Por qué me ocurre esto a mí? ¿Por qué no consigo lo que quiero?. Sin embargo, hay una pregunta mucho más importante a la que deberías dar respuesta. En la vida no siempre sabemos por qué ocurren las cosas, pero es posible saber qué es lo que origina tu sufrimiento. En Las cuatro nobles verdades, Buda te anima a preguntarte qué es lo que está causando tu dolor y a ser persistente en la búsqueda de la respuesta, por muy escondida que parezca estar en el interior de tu mente. Solo así podrás dirigirte hacia la solución que acabe con tu malestar. Es posible que en un principio no encuentres la respuesta, pues tu subconsciente te pone trabas, ya que teme sufrir más aún con la contestación. Sin embargo, es todo lo contrario. La mayoría de las veces, en la respuesta está la clave para dejar de sufrir.


No tiene sentido ocultar las penas

Ocultar el dolor a los demás es incómodo e inútil. Casi siempre, los que te quieren acaban dándose cuenta de lo mal que lo estás pasando, por muy bien que sepas disimular. Y es posible que cuando lo hagan ya sea tarde para ayudarte, e incluso puedes provocar que se sientan culpables al no haberse dado cuenta antes. Como ves, no afrontar nuestras realidades puede traer consigo consecuencias más negativas aún. Y es que nos cuesta trabajo decir la verdad serena y claramente, pero es la mejor manera de caminar en la vida y en las relaciones. Intentar ocultar tu dolor al mundo requiere de un esfuerzo exagerado e innecesario que agota tus fuerzas y tu reserva de energía, pero no el dolor. No es sano intentar aparentar normalidad cuando la realidad evidencia que ese aplomo aparente no es lógico. Guardar el dolor te desgasta a ti y le alimenta a él; afrontarlo y compartirlo, lo diluye.

Pide ayuda a la soledad

La soledad también es una fuente de alivio del dolor, pues te ayuda a retraerte un tiempo del mundo y de la vida, algo necesario para descansar, recuperar fuerzas y ganas para continuar adelante, darte tiempo para comprender mejor tu sufrimiento y reflexionar en cómo hallar soluciones. No hay que temer estar solo porque puede serte útil para reencontrarte y ocuparte de ti mismo. Darte un tiempo para estar a solas contigo mismo y con tus pensamientos, cuidarte y mimarte en la soledad de tu silencio puede ser un paso hacia la recuperación. Es una medicina que te pide el corazón y puede ser, desde un sencillo descanso o una siesta hasta tomarte el día libre para estar en tu sola compañía, pero recuerda que un tiempo a solas debe equilibrarse con un tiempo en compañía, para no caer en la desesperación que en ocasiones provoca la soledad cuando se está sufriendo.

Asume lo inevitable

Hay ocasiones en las que el sufrimiento lo causa un hecho irremediable, como es la pérdida de un ser querido o algo cuya solución no depende de ti. Entonces debes permitirte vivir tu dolor como parte ineludible de tu recuperación. El sufrimiento es humano y la forma de lograr que se extinga es ir quemando etapas poco a poco, cerrando un ciclo tras otro hasta que finalice el último. Necesitarás paciencia y serenidad, pero el paso del tiempo, compartir tu dolor con los que amas, pasar tiempo en la naturaleza y ocuparte en realizar actividades que realmente te satisfagan, serán siempre tus mejores aliados en este trance. La ayuda de un profesional también es inestimable. Puede ser un auxilio temporal para un momento de tu vida en el que te sientes más vulnerable. Todos hemos vivido o viviremos un momento así, en el que buscar apoyo, es un signo de inteligencia y de autoconocimiento.


Saca provecho de las crisis

Hay un proverbio indio que dice que las crisis son oportunidades, y algo que genera sufrimiento es una crisis. Aprovecha esos momentos para pensar en si debes cambiar algo de tu vida, contempla la posibilidad de aprender del dolor. Cuando aparece puede servir de resulvivo en tu forma de vivir o de pensar; indicarte que debes actuar de una forma distinta o quizá, simplemente, enseñarte lo que debes saber para no volver a sufrir. Sea como sea, una actitud positiva, a pesar del sufrimiento, es imprescindible para seguir adelante. Uno puede ser consciente de tu sufrimiento y a pesar de ello, seguir caminando porque en cada paso que des puedes ir liberándote de la carga.
Utiliza todo lo que te sea útil: la escritura puede ser un gran medio para descargar tu dolor y puedes aprender mucho de lo que has escrito; la música o el baile también son buenas herramientas. En general, las artes y las actividades que tengan que ver con el deporte o la naturaleza también lo son.
Agotando el dolor puedes tomar la actitud de seguir caminando, parándote a veces a descansar y a descargar las tensiones de ese sufrimiento. Una vez que eres consciente de que sufres y que te has respondido a cuál es su causa, tras haberte permitido compartir y descargar el dolor en soledad y en compañía, es fácil que tomes la actitud adecuada que te llevará directamente a la solución. Entonces podrás dar los pasos que sean necesarios para trabajar con tu sufrimiento hasta extinguirlo definitivamente.

Llora y libérate

El llanto es una respuesta fisiológica a un estado emocional, igual que lo es la risa. Entonces, ¿por qué tememos llorar y no reír? La sociedad y la educación han contribuido a la mala prensa del llanto, entendiéndolo como un síntoma de debilidad, quizás porque se manifiesta en momentos en los que nos sentimos vulnerables. Pero llorar es necesario y liberador.
. Desahógate. El llanto es una sabia manera que tiene el cuerpo de liberar tensiones. No hará que te sientas peor sino todo lo contrario: desahogado.
. Deja que fluya. Pero hay que saber llorar abiertamente, según lo vas sintiendo y necesitando. Sin reprimir sensaciones ni emociones, sino dejando que fluya de la manera que sea y las veces que ocurra, hasta que las lágrimas se acaben, y se acaban, de eso no hay duda.
. Descárgate. Llorar evita además que descargues tu malestar con los demás en los momentos más inadecuados, e incluso que te enfades contigo mismo,te hagas reproches o caigas en la tentación de auto castigarte.
. Cúrate. Algunas personas acumulan lágrimas durante años, con todo el sufrimiento y la tensión que conlleva una represión. Llorar es abrir una puerta a la curación del dolor y a la felicidad.

Valora el dolor en su justa medida

Buda habla del camino medio para alcanzar la iluminación. Encontrar el equilibrio sirve además para valorar el sufrimiento en su justa medida. Es cierto que no tienes que ocultar tu dolor, pero tampoco se trata de reconcentrarte en él.
Si quieres deshacerte del sufrimiento, toma nota:

HUYE DE...

. Victimismos. En este caso el dolor se enquista conscientemente y genera en la persona una actitud de sufridor, de víctima, que no hace ningún bien, ni a ella ni los que están a su alrededor. Es más, la gente suele rehusar la compañía de las personas que se quejan continuamente.
.Comparaciones. Tampoco las comparaciones te ayudarán a deshacerte de ese dolor que te hace sentir tan mal. “Mal de muchos, consuelo de tontos”, dice el refrán, pero el dolor ajeno no hace otra cosa que agravar el propio, puesto que ver sufrir a los demás, tampoco es agradable.

POR EL CONTRARIO FOMENTA...

. Compartir. Todos hemos sufrido o sufrimos en mayor o menor medida y compartir tu dolor con los que quieres o han padecido, o están pasando por un mal momento, es una inestimable ayuda, amén de un gran alivio y aprendizaje. Además con ello permitirás que otros puedan hablarte de su experiencia, lo cual intensifica y fortalece la intimidad en las relaciones.
. Ayudar. Intentar ayudar a otros que también sufren, hace que te abstraigas de tu dolor aunque sea un momento. Tomar distancia es muy beneficioso para pensar con claridad, abre tu mente a otras perspectivas. Del ejemplo de los demás se puede aprender a manejar las emociones que por culpa del dolor están descontroladas y, si no hay solución, es posible encontrar una forma de asumirlo.

Mar Cantero Sánchez
Escritora y Coach Creativa
(www.marcanterosanchez.com)


 

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