MARC ANTONI BROGGI
“MORIR OBLIGA A APROVECHAR MEJOR LA VIDA”
Aceptar la muerte como parte de la vida nos lleva a perder el miedo y a sacar partido a la existencia viviéndola como queremos vivirla. El doctor Marc Antoni Broggi nos lo explica así de bien…
El autor Marc Antoni Broggi ¡ Trias es cirujano y activo defensor de la práctica de la bioética en los últimos 20 años. Además de presidir el Comité de Bioética de Cataluña, es miembro numerario de la Real Academia de Medicina de Cataluña y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona. También imparte cursos en másteres y conferencias y ha publicado numerosos trabajos sobre la relación médico-paciente, autonomía y derechos del paciente, voluntades anticipadas y comités de ética.
¿Cómo afrontar la culpabilidad a la hora de morir, por ejemplo del daño que hemos hecho o de lo que podríamos haber hecho mejor?
Siempre somos responsables de no haber vivido bien, de no haber sabido aprovechar del todo, de no haber amado más, de haber podido odiar, de haber dado demasiada importancia a lo que ahora vemos que no la tiene tanto y viceversa. Pero siempre hay tiempo para este darse cuenta, , para esta visión realista y renovadora de la escala de valores, para este insight. De hecho se trata de un perdón, de perdonarnos nuestra vida o de perdonar “a la vida” por haber sido mezquina con nosotros. Y este perdón proviene de arrepentirse del daño causado, pero más que nada de aceptar lo que ha sido la vida, como única, nuestra, irrepetible, con sus aciertos y errores; y debe permitir congratularse de lo vivido bien con los demás, de la ayuda que se ha dado, de lo que se ha sembrado (como lo muestra el ángel en Qué bello es vivir, de Kapra). Y los de alrededor podemos contribuir a esta reconciliación.
¿Cómo ayudarnos para seguir adelante tras la pérdida?
Otra vez es importante ser realista con las leyes de la naturaleza y considerar que debemos acabar aceptándolas. No puedo entrar aquí sobre el trabajo de duelo tan necesario para la futura salud. Pero se debe acabar entendiendo y aceptando que quien nos dejó vive en nuestro recuerdo, que seríamos distintos sin su vivencia y que en este sentido formará parte de nuestra vida a partir de entonces. Es decir, que su paso ha dejado semillas que fructificarán (depende en parte de nosotros también) y que, de alguna manera, ha enriquecido ya ineludiblemente el mundo. Que nos congratulamos de haber tenido la suerte de coincidir con él.
Texto: Marié Morales
Revista: Psicología Práctica