Un alumno ya mayor fue a visitar al Maestro Otis y le dijo: “he visitado a muchos Maestros y he dejado muchos placeres. He ayunado, he sido célibe y he velado noches enteras para alcanzar la iluminación. He abandonado todo lo que se me ha pedido que abandonase y he sufrido, pero la iluminación no ha llegado, ¿qué debo hacer?”
El Maestro Otis contestó: “Abandona el sufrimiento”.