LA DIVINA CONCIENCIA
Todos tenemos una conciencia
con algún que otro reproche, o bastantes,
agazapada para saltar en cuanto su rectitud insobornable
sea atacada.
Es Dios con otro nombre y menos potencia,
pero con una integridad admirable.
Nuestro mayor valor.
Nuestro principio intachable,
lo más puro.
Lo divino.
Un juez que administra justicia con justicia,
y que ve las cosas como son y como son las dice.
Una voz en cuyo sonido no tiembla la verdad
y un amor interno que cuida nuestra paz.
La verdad honesta,
la realidad sin engaños,
el corazón del todo abierto,
la honradez sin dobleces.
Nuestro Sabio Interior,
la pureza más pura,
la guía de nuestra vida,
lo más limpio que hay en cada Uno.
La conciencia es,
sin duda,
quien Uno de verdad ES.
Francisco de Sales
(Más poesías en
www.franciscodesales.es)