INTENTARLO, NO. HACERLO, SÍ.
En mi opinión, cuando alguien dice “lo voy a intentar” está cometiendo un error que va mucho más allá de un uso gramatical inapropiado.
Ante cualquier reto que te propongas, o algún asunto que tengas que afrontar, te recomiendo, efusivamente, que no digas LO VOY A INTENTAR, y que sí digas LO VOY A HACER.
Cuando te conformas con “lo voy a intentar” te estás dando permiso para no esforzarte y conformarte después con la excusa de un “lo he intentado”.
Si dices LO VOY A HACER, no te queda otra opción más que hacerlo. Es resolutivo y contundente.
“Lo intentaré” es una propuesta y “lo haré” es una decisión con firmeza. ¿Estás de acuerdo con esto?
Porque esto hay que tenerlo muy claro.
Si decides que tienes que hacerlo, o que quieres hacerlo, tienes que implicarte al ciento por ciento, y de ningún modo conformarte con hacer un intento. A fin de cuentas los intentos no son nada más que intenciones, y las intenciones, en general, carecen de la resolución y fuerza que tiene “hacer”.
Hacer va más allá de intentar. Intentar es dar el primer paso y los que buenamente –y sin gran sacrificio- se puedan después. No es suficiente. No hay implicación suficiente.
Hacer es llegar hasta el final.
Las acciones no están concluidas hasta llegar al final.
Quedarse en los primeros pasos, en ese autoengaño en el que no se ha puesto TODO lo necesario, es un auto-engaño de una bajeza ruin.
En el Camino del Desarrollo Personal la mentira y el autoengaño son imperdonables.
Destierra de tu vocabulario LO VOY A INTENTAR.
A partir de ahora, utiliza solamente LO VOY A HACER.
Te dejo con tus reflexiones…