ES CONVENIENTE QUE TENGAS CLARO QUÉ ES PARA TI LA FELICIDAD Y QUÉ ES TRIUNFAR.
En mi opinión, si una persona es capaz de conseguir una respuesta absolutamente personal -una respuesta verdadera con la que esté plenamente satisfecho- para estos dos asuntos: ¿qué es la felicidad PARA MÍ? y ¿qué es triunfar PARA MÍ? –, sin tener en cuenta para nada las definiciones ni las experiencias ajenas- tendrá media vida resuelta en dos de los asuntos que más afectan a la humanidad.
Digo esto porque veo las mortificaciones en las que se meten las personas buscando la felicidad y el éxito –como si fuesen El Dorado o la panacea- haciéndolo en el sitio equivocado, con las intenciones equivocadas, con el objetivo difuso, y sin saber cómo ni dónde.
Ya he adelantado que ambas respuestas han de ser del todo personales, que no vale copiarlas ni obedecer las que otros quieran imponer, pero aquí apunto mi pensamiento actual.
Creo que la mayoría de la gente se deja engañar por una teórica felicidad estandarizada que nos están haciendo creer que es la auténtica e irrenunciable, bien a través de los medios publicitarios o por la insistencia de algunas personas que creen haberla hallado en lo comercial. Me refiero a eso de tener el último modelo de auto, una casa en la que no falte de nada, ropa que lleve cierto anagrama famoso incluido, o poseer cualquiera de esos bienes que despertarán toda la envidia -disfrazada de admiración- en otras personas.
Eso no produce felicidad. Produce placer, produce una sensación de éxito o de poder, algún bienestar, cierta seguridad, una egóica satisfacción, un contento con pies de barro… pero nada de eso es la auténtica felicidad. Aunque si te conformas con eso y no le tienes que dar más vueltas… pues tú mismo lo decides.
Pregúntate y sé sincero, que te irá mejor, porque tal vez la felicidad se halle en cosas más a tu alcance, en la familia o las relaciones, en los paseos, los silencios, la generosidad y la ayuda desinteresadas, meditar, pensar o recordar… hay una lista enorme de cosas importantes a las que no les estamos prestando la atención que requieren, que no estamos disfrutando plenamente y, lo que es grave, se pueden llegar a convertir más adelante en motivos irreparables de arrepentimiento.
¿Seguro que TU felicidad está donde los otros dicen que está?
¿Seguro que la fuente de TU felicidad es eso?
Responder adecuadamente a las dos cuestiones planteadas puede cambiar tu vida. Me refiero a la vida que estás viviendo ahora.
¿Qué es triunfar?
Sería interesante que no siguieras leyendo hasta haber encontrado tu propia respuesta. Te lo digo para que luego no esté contaminada o influenciada por lo que leas ahora.
¿Consideras que has triunfado en algún aspecto de tu vida?
Si la respuesta es positiva y no te remueve algo como para comprobar si realmente es cierta, si no tienes dudas, felicidades.
Si tu respuesta es un no apesadumbrado, cargado de un cierto pesimismo y depresión, sería bueno que revisases con qué o con quién estás haciendo la comparativa para salir tan mal parado, o que veas qué criterios utilizas para llegar a esa conclusión. Tal vez compruebes que no has alcanzado unos sueños que alguna vez te marcaste pero porque eran demasiado utópicos, o que no se están cumpliendo tus ilusiones –y no olvides que las ilusiones en principio son solamente ilusiones y nada más-, o si te habías puesto unas metas u objetivos que no están a tu alcance –ni al alcance del 99% de la humanidad-.
Si descubres que no has triunfado porque no has puesto suficiente esfuerzo y voluntad, o por cualquier otro motivo, y ves que estás a tiempo de rectificar y hacerlo bien… pues adelante. Hazlo.
También es conveniente que te cuestiones si es necesario triunfar, si es algo imprescindible, si a ti eso te afecta o no –sinceramente, claro-, si te crea frustración o es algo que te deja indiferente… porque sería absurdo dedicar gran parte de tu tiempo y energía a lograr algo que realmente no te importa.
El triunfo, para mí, en este momento, es haber conseguido una paz verdadera y duradera en mi mente y en mi alma, haberme aceptado como soy, comprendiendo mis ineptitudes y aceptando mis equivocaciones, siendo consciente de mis limitaciones y carencias sin que ello me provoque ningún malestar o frustración, amarme a pesar de las manchas oscuras en mi pasado, de mi mal carácter de algunas ocasiones, de mis miedos y tantas dudas; admitiendo sin conflicto ser tan pequeño a veces y sintiéndome tan grande en otras ocasiones, tan pleno, tan satisfecho de haberme convertido en este modesto Ser Humano que he conseguido llegar a ser tras una ardua vida llena de complicaciones; honrado de estar en contacto con tantas emociones y sentimientos que han aportado y aportan tanta riqueza a mi vida; feliz de ser quien soy o lo que soy sin tomar como referencia a otros más brillantes, ser tan amado por tantas personas y tener esta capacidad de amor y entrega, este corazón tan rebosante, y poseer estas lágrimas de satisfacción y placidez que a veces me bañan.
Y ahora te pregunto de nuevo… ¿Has triunfado en tu vida?
Te dejo con tus reflexiones…