HAY QUE DEJAR LA COBARDÍA
Hay que dejar la cobardía
en su nido penoso
-¡que se muera!-
y hay que afrontar la vida
con la mirada optimista,
con el cielo en los ojos,
la ilusión en la sonrisa
y la victoria ya en el corazón.
Hay que dejar la cobardía,
que se rinda definitivamente y desaparezca,
que no nos clave sus uñas,
que se muera en soledad.
Hay que dejar la cobardía
encerrada en el sótano,
con los ojos sacados de sus órbitas,
la boca cosida,
las piernas cortadas.
Hay que dejar la cobardía,
y cambiar el color doliente de su bandera,
desterrarla para siempre…
o hacerle cosquillas a su tristeza
y sacarla un poco al sol.
Francisco de Sales
(Más poesías y prosa en
www.franciscodesales.es)