SECUELAS DEL ABANDONO EN LA INFANCIA
Marta Castelos
El abandono en los niños produce secuelas imborrables, sobre todo si se producen en las primeras etapas de su desarrollo. Se considera abandono la falta de cuidados y muestras de afecto. Lo que acontece en los primeros años de nuestra vida marcará nuestras creencias, recuerdos, memoria y como interpretamos la realidad. Da igual si el niño todavía es muy pequeño o no, la información se va guardando aunque sea de forma inconsciente. Veamos de cuáles son las secuelas del abandono en la infancia.
¿CÓMO AFECTA EL ABANDONO EN LOS NIÑOS?
El abandono afecta a muchas áreas del desarrollo en los más pequeños. No solo se trata de abandono físico de alguno de los padres, sino también que puede sentirse abandono estando físicamente pero no atendiendo a sus necesidades. Un padre autoritario, una madre que no escucha las necesidades de su hijo, un padre exigente o una madre que pone por delante su relación que a su hijo. Es una situación desgarradora para cualquier niño. Las secuelas psicológicas asociadas al abandono de los niños son muy graves. Veamos cuales son:
Afecta a su desarrollo social y emocional. La herida del abandono se ve reflejada en las relaciones con los demás. Si la persona que debería darnos su amor incondicional nos abandona, nos contará más establecer relaciones sanas. Serán adultos inseguros, con sensación de culpa y autoestima baja. El miedo al abandono estará presente y esta carencia será muy difícil de suplir.
Miedo al rechazo. Así como el miedo al abandono está presente, el miedo al rechazo afectará a lo largo de su vida en sus relaciones. Para no repetir la sensación de abandono de su infancia le costará establecer relaciones estables cuando llegue a adulto para no sentirse vulnerable. Le costará confiar en los demás, se sentirá inseguro y también tomar decisiones.
Sensación de responsabilidad. Los niños no comprenden lo que pasa y se culpan de la ida de su referente paterno o materno. Creen que es culpa suya por algo malo que han hecho, y se sienten responsables.
Personalidad dependiente. Necesitan y buscan la aprobación y reconocimiento ajeno. Pueden optar por el rol de tirano para no exponerse y tener el control, o también pueden optar por el rol de víctima. Suelen dar mucho para recibir mucho, y cuando no lo reciben frustrarse.
Sensación de no ser merecedor de ser amado. Cuando uno no se siente con derecho a ser amado, suele boicotear las relaciones donde pueda parecer lo contrario. No sabrá gestionar los sentimientos recibidos y los percibirá como vulnerabilidad a un futuro abandono.
Retraso psicomotor. En estudios en niños que había estado en orfanatos con falta de cuidados tanto físicos como emocionales, y se encontró una mayor proporción de casos de autismo en estos niños y retrasos psicomotores en niños y adolescentes de entre 6-15 años. Este retraso se compensaba llegado a la vida de adulto, pero en su lugar aparecían más problemas emocionales.
Afecta a su idea de familia. Aunque seamos muy pequeños para recordarlo, lo que vamos viviendo se va guardando en nuestra mente. De nuestras vivencias y experiencias, se irán moldeando nuestras creencias y formas de interpretar las situaciones.
LA HUELLA DEL TRAUMA
No todos los niños que habían sido abandonados por su padre, madre o ambos tienen necesariamente todas estas secuelas. No todos expresamos y sufrimos el dolor de la misma forma, aunque siempre quedará una huella del trauma.
Las heridas del abandono en niños son difíciles de curar. Con terapia con un especialista se puede tratar la autoestima tan dañada, trabajar en la autovaloración, creencias negativas asociadas, liberarse del pasado, expresar sus sentimientos y emociones, y aliviar los daños emocionales. No se borrará todo el daño sufrido por el abandono, pero se puede aprender a vivir con ello.
Porque recuerda… los niños necesitan amor y cuidados por parte de sus progenitores o personas de referencia. En caso de no recibirlo el daño será de por vida.
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