TODAS LAS DECISIONES NO DEPENDEN DE TI
Resulta que el comportamiento de la gente no depende sólo de ti. No eres el centro del mundo. Si intentas venderle un coche a un cliente que le acaba de tocar la lotería, probablemente termine comprándotelo. Si intentas vender el mismo coche a una persona que se acaba de arruinar, lo más seguro es que rechace tu oferta.
Eso ocurre a diario. Las personas tienen estados de ánimos y motivaciones que implican que en la mayoría de ocasiones el resultado no va a depender de ti: por muy bien que lo hagas, si quieres conocer a una chica a la que la acaba de dejar su novio después de una relación de 10 años seguramente te rechace de inmediato.
Que te rechacen o no, en la gran mayoría de ocasiones no depende de ti. Depende de las circunstancias de ese cliente, persona a la que quieres gustar, familiar, amigo o lo que sea. La gente no toma las decisiones exclusivamente por ti y obviando todas las demás circunstancias de su vida. Eres tú que lo conviertes en algo personal.
Esto tan fácil de entender es en realidad muy complicado. Las personas con gran temor al rechazo sólo buscan señales que les confirmen sus miedos y no dejo de encontrarme gente que me pregunta por qué alguien les rechazó o ese ciente no les compró si lo hicieron todo bien. Creen que el motivo depende sólo de ellos y se culpabilizan de todos los errores.
POR QUÉ TE RECHAZA LA GENTE QUE NO CONOCES
Cuando alguien a quien no conoces te rechaza, ¿a quién rechaza realmente?
La respuesta es que a ti no. Quizás esté rechazando la frase que has dicho, la situación en que se lo has dicho, o la idea que tiene esa persona de lo que significa que le digas eso. El problema es que creemos que nos rechazan no sólo por lo que estamos haciendo en ese momento, sino sobre TODO lo que somos.
¿Pero esa persona te conoce en realidad? No. No tiene más información de ti, ni de tus virtudes ni de lo que le puedes ofrecer. En realidad la gente no rechaza personas: rechaza ideas. La idea que cree que representas.
¿Sueles recibir llamadas de operadoras de telefonía? ¿Y qué haces cuando las recibes? Normalmente cuelgas de inmediato, ¿cierto? Si la persona que llama tuviera que tomarse cada rechazo que recibe de forma personal, los psicólogos no darían abasto. No rechazas esa persona en concreto: rechazas una llamada de una empresa de telefonía.
QUÉ OCURRE CUANDO TE RECHAZA UN CONOCIDO
En el caso del rechazo en relaciones ya establecidas como las sentimentales, lo que debes entender es que el rechazo es una medicina necesaria: te ayuda a descartar relaciones y oportunidades que no iban a funcionar para que puedas encontrar otras que sí que lo harán. No significa que no seas lo suficientemente bueno, sino que alguien no se ha dado cuenta de lo que puedes ofrecer.
Es tiempo entonces de que aprendas cómo dar lo que puedes ofrecer, o qué hacer para que la demás gente sea consciente de que lo estás dando.
CÓMO SUPERAR EL MIEDO AL RECHAZO
El error más grande que puede cometer alguien que esté intentando superar sus miedos paralizantes es evitar las situaciones que precisamente se los provocan. De esta forma no se soluciona el problema sino que se agrava porque, como todos los miedos irracionales, ese temor crece a medida que ese persona los intenta evitar.
Cuando alguien teme a la oscuridad incrementa su pánico mientras evite enfrentarse a ella. Pero a medida que se expone a sus miedos descubrirá que en realidad se basaban en falsas creencias y empezarán a disminuir.
Una vez has entendido que es normal tener miedo al rechazo y que es normal que te rechacen, vamos a ver cómo hacer desaparecer el miedo. Y empezaré confesándote lo siguiente:
EL MIEDO NUNCA DESAPARECE
Pues no. Los miedos no desaparecen por arte de magia. El error que comente la gente cuando ve una persona que en apariencia no teme al rechazo es creer que no tiene miedo, cuando la realidad es que lo tiene igualmente pero actúa a pesar de ello.
Jamás esperes que el miedo desaparezca para actuar. No lo hará. Pero a base de enfrentarte a situaciones sociales irá disminuyendo poco a poco. Es como conducir: al principio te asusta hasta que se convierte en un hábito.
Pretender hacer desaparecer el miedo leyendo libros o recibiendo consejos no es posible. Es actuando cómo el miedo desaparece. No conozco nadie que haya adelgazado sólo leyendo libros de hacer dieta.
DESAPRENDE LO APRENDIDO
Si la mala noticia es que no puedes evitar tener miedo a ser rechazado, la buena es que sí que puedes cambiar cómo reaccionas frente ese miedo.
Tu comportamiento frente el miedo es algo que has aprendido a base de hacer lo mismo durante muchos años de tu vida. Si tu reacción te paraliza y te impide conocer gente, entonces es hora de que aprendas a reaccionar de otra manera.
Debes desarrollar nuevos hábitos más constructivos en lo que respecta a lo que piensas de la gente y de ti mismo. A medida que vayas incorporando dichos hábitos, tu reacción negativa al miedo irá desapareciendo.
No te puedes ni imaginar la cantidad de personas atractivas, ganadoras, geniales, sociables, inteligentes y talentosas que experimentan ese miedo social a lo largo de su vida. Porque no tiene nada que ver con lo atractivo e interesante que seas.
Las personas más seguras de sí mismas se dan cuenta de que el rechazo simplemente forma parte de la vida y que, con el objetivo de desarrollarnos como personas, todos debemos tomar riesgos en algún momento y salir de nuestra zona de confort. Pero sobretodo, no se toman el rechazo de forma personal y lo ven más bien como un error de los demás en darse cuenta de cómo son realmente. Ésa es la forma de reaccionar frente el rechazo que han aprendido.
En el fondo, si pudiéramos perder todo el miedo al rechazo seríamos muy poco afortunados porque dejaríamos de experimentar esos nervios que, en otras situaciones, nos dan la energía suficiente para superar adversidades.
CONSEJOS PARA APRENDER A REACCIONAR FRENTE EL MIEDO
1. Exponte progresivamente. Si temes el rechazo social lo más normal es que estés intentando evitar ese tipo de situaciones. Sin embargo, para superar tu miedo es crucial que hagas lo contrario y que te expongas. Para que esto funcione debe ser progresivo. Empieza con situaciones que te provoquen poca ansiedad y a medida que te acostumbres ves subiendo el nivel.
2. Sé consciente de lo que piensas. Además de exponerte gradualmente es importante que detectes cuándo empiezan a aparecer los pensamientos que te provocan el miedo al rechazo. Racionaliza las consecuencias que te estás imaginando. ¿Qué riesgo real hay en ponerte a hablar con un grupo de gente? Recuerda que no debes confundir los miedos imaginarios con los miedos reales.
3. Evita la profecía autocumplida. Una profecía autocumplida es una creencia errónea sobre una situación que hace que la persona que la tiene actúe de forma que se termine cumpliendo, tal y como se demostró en este estudio. Si crees que un grupo de personas te va a rechazar probablemente te pongas nervioso y a la defensiva. Este comportamiento es el que precisamente causará que te rechacen, por lo que luego justificarás tu creencia: –¡Sabía que no les iba a gustar! Así pues, cuidado con lo que piensas y evita estar buscando constantemente señales de rechazo. Empieza a buscar signos de que eres aceptado.
4. Utiliza afirmaciones positivas fundamentadas. Como has visto en el punto anterior, en la vida a menudo recibes lo que esperas. Y esto es especialmente cierto en las relaciones sociales. Resulta que cuando conocemos alguien nuevo, si esperamos gustarles (por el motivo que sea), tenderemos a gustarles más. Y viceversa. En un estudio canadiense se demostró que utilizar afirmaciones positivas fundamentadas y basadas en hechos reales como “mis amigos creen que soy una pieza importante en su vida” proporcionaba más confianza a la gente a la hora de encarar una relación social, lo que a su vez se traducía en que gustaban más.
5. Analiza lo que ha ocurrido. Si te rechazan, ¿es normal que te sientas dolido? Sin duda. No existe nadie que no sienta desazón en el momento en que le rechazan. Pero la clave está en que después, en lugar de dejar que las emociones dominen tu comportamiento, te hagas las siguientes preguntas: ¿Qué hice mal? ¿Por qué no le/s gusté? ¿De qué forma le/s habría gustado más? ¿Hubiera merecido la pena que le/s hubiese intentado gustar más?
6. Preguntar por qué. Es tan sencillo que me soprende que la gente no lo haga más. A quien te ha rechazado (ya sea un cliente que no ha querido comprar, un amigo o la persona que te gusta) pregúntale amablemente si te puede explicar en dos minutos el motivo del rechazo. Pero no intentes agradarle de nuevo. Si accede a epxlicarte por qué, escucha con mucha atención. Descubrirás que muchas veces el motivo por el que te han rechazado no tiene nada que ver contigo.
VIVIR SIN QUE EL MIEDO AL RECHAZO TE PARALICE
Si das demasiado poder a la opinión de los demás te convertirás en su prisionero. Así que nunca dejes que la opinión de alguien altere tu realidad. Nunca sacrifiques quién eres o quién quieres ser porque alguien pueda tener un problema con eso. Quiérete como eres por fuera y por dentro y sigue luchando. Nadie puede hacerte sentir mal a no ser que tú mismo le des ese poder.
Hacerlo sería absurdo: en la mayoría de ocasiones te rechazan por causas ajenas a ti.
Ser único tiene un valor incalculable. En este mundo en que todo el mundo se parece a todo el mundo, lo que más termina deseando la gente es ser diferente. Busca y encuentra el coraje para seguir siendo tú mismo y cuando se rían de ti por ser distinto, riéte de ellos por ser iguales.
No cambies para gustar a la gente o te encontrarás gente a la que sólo gustarás por lo que finges ser. Sé tu mismo porque cuando gustes a alguien, le gustarás por ser quien eres realmente.
Recuerda que el rechazo duele a todo el mundo, y a todos nos rechazan en momentos de nuestra vida. Lo que ocurre es que la gente actúa a pesar del miedo. Si continuamente estuviéramos evitando relacionarnos con la gente por nuestro temor al rechazo, nos estaríamos perdiendo a la vez toda la alegría, diversión y felicidad que el resto de personas nos puede proporcionar.