MIEDO Y APEGO, EL DÚO DINÁMICO DE NUESTRA POBREZA
Mucho se habla de la dificultad para superar traumas, rencores, apegos que nos impiden evolucionar. Gurús, maestros y sanadores buscan proveernos de recetas, meditaciones, rezos y hechizos para ayudarnos a superar traumas.
Pero el éxito de cualquier técnica depende de cuán hábil seas manejando tus emociones, sobre todo la más difícil de manejar:
EL MIEDO
"La peor epidemia es el miedo" es algo que estoy harto de escuchar; "no tengas miedo" me hace vomitar; son palabras que me suenan vacías e inútiles. Pero aún así veo cada vez más miedo en la calle, veo miedo a cosas que siento inofensivas, veo miedo en gente que solía ser fuerte, veo miedo hecho producto y marketing; la palabra ha perdido impacto pero la emoción está tomando el control.
Por eso he decidido intentar ayudar a tu lado intelectual con ideas poco ortodoxas y un poco "fuera de la caja" para que aprendas a entender, desmitificar y desarmar a tu peor enemigo. Tú me avisas si he tenido éxito o no.
MIEDO A NO SER, A MORIR, A SUFRIR, A NO TENER, A NO TRASCENDER, A ENFERMAR, A NO PODER, A NO IMPORTAR, A NO AMAR... A NO SER AMADO.
Estamos férreamente formados en una cultura de miedo:
o Tus padres te enseñaron casi todo usando el miedo como paradigma principal; miedo a perderte, a que te enfermaras, a que sufrieras, etc.
o Educamos a nuestros hijos más o menos de la misma manera.
o Trabajamos movidos casi exclusivamente por el miedo a no poder pagar las cuentas o adquirir cosas.
o Infinidad de parejas y familias tóxicas no sanan por miedo a perder al otro.
o La sociedad católico / romana / consumista / asalariada / globalizada en la que vivimos (esa que tus padres creen que es la única que existe) funciona alimentándose de las emociones más densas entre las cuales el miedo y la adoración son las más intensas.
o El miedo a la muerte define en gran medida nuestro estilo de vida.
o DECONSTRUYENDO EL MIEDO
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El miedo es un mecanismo primario del ego que nos aferra a este mundo.
El miedo es una respuesta primitiva, básica e irracional que nos viene bien para proteger nuestra integridad física cuando somos chiquitos, como el reflejo de mamar.
A medida que crecemos (espiritualmente), el miedo debería evolucionar a otros mecanismos de supervivencia más complejos y funcionales, menos irracionales, más inteligentes.
Sin embargo muchos nos quedamos "pegados" en fases infantiloides, permaneciendo asustados y luego llamando a eso "personalidad".
La vida moderna nos exige que seamos productivos, nos exige dedicar nuestra vida entera a organizaciones más grandes a las que le viene de puta madre que seamos temerosos (No estoy emitiendo juicio) porque eso es lo que nos hace trabajar esas horas extra que ellos necesitan.
Se ha hecho sistemático el desmotivar la evolución de la inteligencia emocional; por eso la mayoría de adultos de hoy son niños mal criados, emocionalmente hablando en el fondo.
No estamos acostumbrados a analizarnos, retarnos, salir de nuestra zona de confort ni vencer nuestros miedos. Estamos acostumbrados a llegar a un nivel medianamente productivo y ya dejar zarpar ese barco llamado "así soy yo y no voy a cambiar".
De ahí en adelante tus miedos sólo se van haciendo más añejos, invisibles, parte de ti.
Hasta aquí es sencillo de entender, pero se complica cuando tramos a escena al hermano gemelo del miedo:
EL APEGO
El apego es la cara proactiva del miedo. Nos apegamos a lo que nos ayuda a crear la ilusión de que la amenaza es mitigada.
El apego es la cara bonita del miedo. Nos aferramos a relaciones parentales, filiales y románticas y construimos toda una cultura en base a la necesidad de que éstas sean permanentes, de que se nos garantice que así será por siempre; para poder dejar de tener miedo a estar solos... con nosotros mismos.
Es la cara consumista del miedo. Nos rodeamos de bienes materiales, logros, proyectos, éxito y ambición para poder vivir la experiencia de control en el plano material que es el único donde podemos hacerlo. Mientras vivimos en esa ilusión se nos olvida temporalmente el miedo.
Y se nos va la vida, se nos va el tiempo para crecer, en gestionar apegos.
Nos apegamos a cualquier cosa que nos haga sentir seguros.
Y así como el miedo, el apego es solamente un mecanismo primitivo que funciona en estadios tempranos de tu historia y que toca eventualmente abandonarlo para poder trascender... como serpiente que abandona una piel.
Y duele. Duele tanto porque le invertimos mucho, porque es nuestro último bastión ante ese miedo que nos convierte en bebés.
Pero nada de eso tiene porqué seguir siendo así! Aprende cómo dejar de tener miedo
https://ikigaimasters.com/articulo-miedo-y-apego-el-duo-dinamico-de-nuestra-pobreza