LEY DE CAUSALIDAD
“Sucesos inesperados, imprevistos, circunstancias que no se pueden prever con anterioridad, acontecimientos que se suceden sin haber sido planeados, azar, eventualidades, coincidencias o situaciones que van más allá de nuestra comprensión”... Frases como estas son las que encontramos en los diccionarios para definir la CASUALIDAD.
La vida del ser humano está llena de incógnitas desde el nacimiento hasta la muerte; todo lo que le ocurre a uno mientras vive, ¿por qué ocurre?
El lugar geográfico de nacimiento, el aspecto físico que uno tiene, situaciones económicas, accidentes, matrimonio, etc., en fin, todo los que nos acontece ¿está pre-escrito?
Y si se dice que somos capaces de gobernar nuestras vidas ¿por qué no somos capaces de escoger la familia, el signo zodiacal, la solvencia económica, estructura física, el sexo, la salud y la longevidad, la nacionalidad, las aptitudes artísticas e intelectuales, etc., bajo las cuales hemos de nacer, o es que todo esto sucede por casualidad, por azar?
Aunque muchos piensan que sí son capaces de gobernar sus vidas, de dirigirlas y que nada, ni nadie influye sobre ellos; aunque muchos creen que basta sólo con estudiar, adquirir una carrera y esperar un golpe de suerte para alcanzar el bienestar, la realización y la felicidad, bastaría con preguntarles ¿por qué sufren, por qué se enferman, por qué tienen problemas, si nada de eso lo desean? Todo les sucede sin que su voluntad intervenga para ello y a pesar de lo que creen.
Tampoco podemos pensar en un Dios Tirano que premia a los buenos y castiga a los malos. La Justicia Divina no es ejercida por el furor ni por la cólera, sino por la suprema LEY DE CAUSA Y EFECTO. Esta Ley al igual que la Ley de la Gravedad, la de la Influencia planetaria, las de Evolución e Involución y otras muchas leyes, existen en la Naturaleza y nos rigen. Es la misma Ley del Némesis de la existencia, que es una magnífica Ley de Compensación y Equilibrio y marca profundamente el rumbo de nuestras vidas. Tal Acción, tal Causa, más las consecuencias, es el fundamento de esta Ley. “Con la vara que mides serás medido” dijo el Gran Kabir Jesús.
Esta Ley de Acción y Consecuencias, del mismo modo que otras tantas, se hermana con algunas al manifestarse, como por ejemplo con la LEY DEL ETERNO RETORNO DE TODAS LAS COSAS: Todo vuelve el punto de partida original; todo vuelve a ocurrir tal y como aconteció más las consecuencias y en espiras más altas o más bajas dentro de la Espiral de la Vida. Por tanto, ahora, sólo cosechamos lo que sembramos en una existencia anterior; por eso dice el Libro de Eclesiastés en el Cap.1: 9: “Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará y nada hay nuevo bajo el Sol”.
“Todo en nuestra vida está predestinado porque somos nosotros mismos los que hemos escrito está página de la existencia que nos toca vivir, por lo tanto, sí somos artífices del presente destino (aunque fatal e inconscientemente). Haciéndonos conscientes de nuestra propia vida, descubriendo los por qué de cada evento agraciado o desgraciado, estaremos en capacidad de modificar la presente existencia y fabricarnos una más feliz y trascendente, es decir, la Casualidad no existe sino la CAUSALIDAD: Tal Acción, tal Consecuencia”
(Samael Aun Weo)
