EL BANCO DE NIEBLA: UNA SENCILLA TÉCNICA PARA MEJORAR LAS HABILIDADES SOCIALES
¿Qué sucede si estamos conduciendo por la carretera y, de repente, nos encontramos con un banco de niebla? Lo natural es que reduzcamos la velocidad y frenemos. Así podremos ir más despacio y ver mejor la calzada. Pues nuestra manera de actuar en una situación como esta podemos aplicarla como una técnica para mejorar nuestras habilidades sociales.
Todos nosotros, en algún momento, hemos tenido que enfrentarnos a un momento embarazoso, nos hemos encontrado de frente con alguna crítica inesperada o nos hemos visto envueltos en un conflicto del que no queríamos formar parte. Pues bien, si utilizamos lo que vamos a denominar “la técnica del banco de niebla” conseguiremos salir bien parados de todas esas situaciones.
“Antes de reaccionar detente, respira 3 veces, sonríe y responde con compasión”
-Deepak Chopra-
LA IMPORTANCIA DE DARNOS TIEMPO PARA REACCIONAR
La técnica del banco de niebla nos insta a frenar, a reducir la velocidad de las emociones que sentimos que nos incitan a reaccionar de una manera impulsiva ante lo que no está siendo de nuestro agrado. Por ejemplo, en el caso de que nos realicen una crítica inesperada, podemos sentirnos enfadados y tentados a reaccionar de una manera que en realidad no queremos.
Situaciones humillantes, embarazosas o conflictivas pueden sacar una parte de nosotros mismos que creemos que no poder controlar o hacerlo difícilmente. Una parte de nosotros que quiere protegernos ante lo que consideramos un ataque o que nos está poniendo en evidencia. Pensamientos del estilo “me está juzgando”, “no me valora”, “quiere humillarme” provocarán una reacción fruto de los nervios y de las emociones que están a flor de piel.
Pero, ¿qué ocurre cuando dejamos que las emociones tomen un control completo de nuestros actos? Pues que normalmente después nos tiramos de los pelos porque nuestras emociones han dado lugar a impulsos que ahora canalizaríamos de otra forma.
Gracias a la técnica del banco de niebla, podemos tomar conciencia de lo importante que es detenernos, al menos hasta que podamos ver de una manera más clara la situación. Así, también podremos permitirnos observar nuestras emociones para poder gestionar su energía y su mensaje de la manera que más nos favorezca. De esta forma, nuestras habilidades sociales mejorarán, tendremos que pedir menos disculpas y realizar menos reparaciones.
“Antes de hablar, escucha. Antes de reaccionar, piensa. Antes de criticar, espera. Antes de renunciar, intenta”.
-Ernest Hemingway-
PODEMOS POSPONER TODO AQUELLO QUE NOS COJA DESPREVENIDOS
Una de las tentaciones más traicioneras -y también una de las que más contribuyen a nuestra supervivencia- es la de reaccionar inmediatamente ante algo que nos coge desprevenidos. Ese algo puede ser, por ejemplo, un conflicto o una crítica.
Muchas veces en vez de darnos tiempo y utilizar la técnica del banco de niebla, es como si algo en nuestro interior gritase “¡no puedes esperar!” y tuviésemos que hablar, discutir, refutar o justificarnos ante la situación en la que nos hemos visto sumergidos.
Actualmente, la mayoría de este tipo de “sorpresas” se dan en el contexto social: es muy raro que os encontremos un león por caminando por la ciudad, lo que quizás sí exigiría una reacción rápida por nuestra parte. Dicho de otra forma, en la mayoría de los casos contamos con el tiempo suficiente para dejar que el nubarrón emocional se despeje y dar una respuesta más consecuente, y sobre todo que a la larga no nos perjudique.
Si pusiéramos en práctica la técnica del banco de niebla en el caso de que un amigo nos echase en cara que no siempre podemos quedar con él, debido a nuestro trabajo o a determinadas obligaciones, no discutiríamos, no reaccionaríamos gritándole que él tampoco está siempre disponible para nosotros (en voz alta, con tono de reproche y visiblemente irritados).
Esa sería la reacción instintiva y emocional, por decirlo de alguna manera. Pero con la técnica del banco de niebla probablemente nuestra manera de proceder sería muy diferente. Ante la acusación de nuestro amigo frenaríamos nuestros impulsos y le diríamos “entiendo que estés enfadado porque crees nunca estoy para ti”.
No estamos diciendo que estemos de acuerdo, pero sí le estamos enviando un mensaje a nuestro amigo. Entendemos lo que él cree que está pasando, lo que al menos calmará un poco los ánimos.
Esto nos dará un tiempo para reflexionar sobre la situación y poder hablar sobre lo sucedido cuando nadie esté enfadado ni molesto. Así podremos hacerle comprender a nuestro amigo que no quedar siempre no es no quedar nunca y que él también tiene un espacio importante en nuestra vida, aunque tenga que coexistir con nuestras responsabilidades y trabajo.
“Elige tus pensamientos, en vez de reaccionar a tus emociones”
-Robert Kiyosaki-
Como hemos podido ver, el banco de niebla es una técnica para mejorar las habilidades sociales que todos tendríamos que poner en práctica, al menos en las situaciones que más pueden perjudicarnos. Así comprobaríamos lo eficaz que resulta, cómo nos ayuda a relacionarnos de una manera más saludable y, también, a gestionar mejor nuestras emociones.
Raquel Lemos Rodríguez