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 NO TE DESPRECIES.



Febrero 05, 2022, 06:04:27 am
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Desconectado Francisco de Sales

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NO TE DESPRECIES.
« en: Febrero 05, 2022, 06:04:27 am »
NO TE DESPRECIES.


En mi opinión, una de las muchas agresiones que uno puede cometer contra sí mismo, y sin duda una de las más graves, es el desprecio.

Me cuesta encontrar una explicación convincente para el desprecio injustificado hacia los otros, porque me parece que es algo ruin que muestra una prepotencia miserable y una falta de respeto imperdonable hacia la dignidad de la otra persona. No tolero que alguien desprecie a otra persona. Me refiero a quien lo hace desde la creencia en que tiene una poderosa superioridad. Despreciar a un asesino –por ejemplo- parece que podría ser justificable, pero creo que también habría que sentir por él, al mismo tiempo, lástima, compasión o tristeza y no solamente desprecio.

Aún encuentro menos justificación para auto-despreciarse: no aporta nada positivo y afecta negativamente a la Autoestima, al concepto que uno tiene de sí mismo, a la dignidad, al honor, y a la estabilidad emocional y psicológica. Todo se ve afectado completamente por ese desprecio que casi siempre nace de la rabia o la ofuscación y no de la objetividad.

Uno se desprecia por un hecho concreto, por algo cometido, mientras que al mismo tiempo se olvida de todas sus bondades y capacidades, de todo lo bueno que ha hecho, de todas las cosas maravillosas que hay en su vida logradas por sí mismo. Y de ese modo convierte lo que es el uno por ciento de sí mismo en lo más importante y destacado ocupando más preponderancia que el noventa y nueve por ciento de su realidad.

Nos enseñan, desde la educación infantil, que el sentimiento de culpabilidad hay que vivirlo con frustración y que se ha de producir como resultado de las malas acciones de las que somos responsables y por tanto culpables. Nos enseñaron a ser culpables por pensar de un modo distinto, por no hacer lo que se suponía que teníamos que hacer según el criterio de ellos; nos reprocharon nuestros “malos comportamientos” y nos mostraron la decepción que les habíamos causado. La idea de la culpabilidad pretende que cambiemos nuestro comportamiento logrando que nos sintamos mal por lo hecho. De modo que usaron la culpa para manipular nuestro comportamiento. Pero… ¿realmente nos tenemos que sentir mal por algunas de las cosas que hacemos?

El sentimiento de culpabilidad se convierte en desagradable porque nos lleva a la tristeza y el malestar general, a la vergüenza, la mala conciencia, la autocompasión, los remordimientos… todo nos lleva a sentirnos mal. Y eso hasta podría estar bien si se utilizase como un reactivo, si nos sirviera para darnos cuenta de algo y llegar a conclusiones que nos beneficien de cara al futuro. Si lastimar a alguien nos deja un sentimiento de culpa, este sentimiento nos enseñará a no lastimar nuevamente y en este caso es positivo. El peligro está en estancarse en ese estado y entrar en una rueda de auto-acusaciones y auto-desprecios de los que uno nunca sale bien parado. 

Conviene revisar su origen cada vez que uno experimenta ese sentimiento, porque a veces se produce al juzgarlo desde reglas morales rígidas o puritanas o desde normas excesivamente severas que pertenecen a un determinado tipo de sociedad y no a nuestros criterios. Hay quien vive atormentado por haber trasgredido unas normas en las que no cree… pero permite que le rijan. Hay quien se siente avergonzado por su sexualidad –que es suya y natural- porque según ciertas ideas religiosas es pecaminosa, sucia o inaceptable. Hay quien se desprecia porque no ha conseguido ser un triunfador… según una idea social que no está al alcance de todos ni es obligatorio cumplir. Hay quien se siente fracasado –y por ello se desprecia- por no haber cumplido las expectativas que otros pusieron en él, que no siempre coinciden con las que uno realmente sí desea.

El desprecio es enemigo del Amor. No se presenta donde hay Amor. Quien ama, al prójimo y a sí mismo, no utiliza esa humillación ofensiva que es el desprecio. No deshora. No denigra. No humilla.

No te deshonres. No te humilles. No te desprecies.

Te dejo con tus reflexiones…


 

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