¿POR QUÉ NOS SENTIMOS CULPABLES DESPUÉS DE SUFRIR ABUSO SEXUAL?
El abuso sexual suele ser una experiencia traumática y dolorosa que puede dejar huellas duraderas en nuestra mente y cuerpo. Una de las emociones más comunes que experimentan las sobrevivientes de abuso sexual es la culpa.
Pero ¿por qué nos sentimos culpables cuando racionalmente sabemos que no fue nuestra culpa?
EL SENTIMIENTO DE CULPA
La culpa es una emoción compleja que puede ser difícil de entender.
Según Sigmund Freud, la culpa es una emoción que surge cuando violamos nuestras propias normas o valores. Puede ser una emoción saludable, ya que nos ayuda a tomar decisiones éticas y a sentirnos responsables de nuestras acciones.
Pero en el caso de sobrevivientes de abuso sexual, el sentimiento de culpa puede ser desproporcionado e injusto.
Muchísimas veces, las sobrevivientes de abuso sexual se sienten culpables por no haber podido evitar el abuso o por no haber dicho nada al respecto. También pueden sentirse culpables por haber tenido sensaciones placenteras durante el abuso, lo cual es completamente normal y no significa que quisieran o pidieran el abuso.
LOS BLOQUEOS QUE NOS IMPIDEN ACEPTAR QUE EL ABUSO SUCEDIÓ
Así sepamos racionalmente que no fue nuestra culpa, es muy común que nos sigamos sintiendo responsables en alguna medida. Y aunque puede sonar raro, esto es un mecanismo de defensa.
Sentirnos responsables del abuso (aunque sea inconscientemente) nos mantiene en el plano de la negación; nos impide aceptar realmente que el abuso sucedió.
Aceptar que hemos sufrido abuso sexual, implica aceptar distintas cosas.
No solo significa aceptar el acto sexual sin consentimiento en sí…
… también necesitamos aceptar que fuimos vulnerables, traicionadas, y que nada de lo que sucedió estuvo dentro de nuestro control.
Decirlo suena fácil, pero muchísimas sobrevivientes tienen distintos bloqueos que les impiden aceptar realmente el abuso sexual.
Y son esos bloqueos son los mismos que hacen que en algún plano inconsciente se sigan culpando o sintiendo responsables en alguna medida de algo que no fue su responsabilidad ni mucho menos su culpa.
Aceptar que sufrimos abuso implica aceptar que…
• Fuimos vulnerables: durante el abuso sexual las partes más íntimas de nuestro ser y de nuestro cuerpo estuvieron involucradas… y eso nos deja con una gran sensación de vulnerabilidad.
• Nos traicionaron: el abuso siempre implica una traición a nuestra confianza. Así el abusador haya sido un desconocido, de alguna manera dejamos de confiar en que el mundo es un lugar seguro. Para muchas sobrevivientes el abusador puede haber sido una persona muy queriday eso hace más difícil aceptar la traición. En muchos casos resulta más fácil justificar al abusador, o incluso defenderlo, que aceptar que esa persona tan querida traicionó.
• No tuvimos ningún control: muchas veces nos engañamos tratando de sentir que teníamos algún tipo control. Por ejemplo, pensando que si hubiéramos hecho hecho o dejado de hacer tal cosa hubiéramos podido prevenir el abuso… pero la verdad es que no teníamos forma de evitar que suceda.
Muchas sobrevivientes sienten culpa o algún tipo de responsabilidad porque alguna parte de su cerebro sigue justificando el abuso o al abusador.
Si es tu caso, para librarte de esa sensación de culpa, necesitas romper cualquier bloqueo que tengas.
Así que vamos a revisar los bloqueos más comunes que suelen tener la mayoría de personas que han sufrido abuso sexual.
No se sintió como abuso
Para empezar, es importantísimo saber qué es abuso sexual. Si tienes dudas al respecto, te recomiendo leer este post.
Muchas personas cuando hablan de abuso sexual solo se refieren a violación; pero la violación es solo un tipo de abuso sexual.
Un abuso sexual es cualquier tipo de actividad sexual que se da sin el consentimiento de una persona.
Y una actividad sexual es cualquier tipo de acto que se haga para estimularse sexualmente: no necesariamente implica violencia o incluso contacto físico.
De hecho, esa es la razón por la que yo hablo de abusador y no de agresor; cuando decimos agresor estamos dejando de lado los tipos de abuso sexual que no implican violencia física.
Además, la mayoría de abusadores si es que son confrontados tratan de explicar y defender sus actos.
Si fue tu caso, puede que esta negación te haya confundido y que incluso te hayas cuestionado si lo que sucedió fue abuso o no.
Además, en el caso del abuso sexual infantil es muy común que haya habido manipulación de por medio. Y si hubo manipulación de por medio en una relación de cariño y confianza, es muy común que se justifique al abusador pensando que se equivocó, que no lo hacía con mala intención o que no sabía que lo que hacía era abuso.
Pero aunque un abuso no se haya sentido como abuso porque la situación fue confusa, si una de las personas hizo alguna actividad sexual sin el consentimiento de la otra; “eso” fue abuso sexual.
Sucedió porque soy hombre / mujer
Quiero comenzar este bloqueo aclarando que yo hablo de abusador como hombre y de sobreviviente como mujer solo por una cuestión de estadística y comodidad del lenguaje: somos más mujeres que hombres las que sufrimos abuso sexual y son más hombres que mujeres los que cometen abuso sexual.
Pero la realidad es que las víctimas de abuso sexual pueden ser de cualquier género.
Y la persona que comete el abuso también.
Existen hombres que han sufrido abuso sexual y también mujeres que han cometido abuso sexual.
Muchos de los hombres que han sido víctimas de mujeres abusadoras tienen como bloqueo “eso sucedió porque soy hombre”.
O sea, que es normal que ese tipo de abuso haya sucedido porque se espera que los hombres siempre quieran tener algún tipo de actividad sexual.
Ya seas hombre o mujer, para romper este tipo de bloqueo es importante entender e interiorizar que los hombres no “se benefician” más que las mujeres al tener sexo.
Los hombres quieren más que solo una cosa.
Nuestra sociedad nos enseña que los hombres “solo quieren una cosa”. Esa frase se traduce en “lo único que quieren los hombres es tener sexo”.
Entonces, ante una actividad sexual entre un hombre y una mujer, así no haya habido el consentimiento del hombre, es muy común creer que el hombre salió “beneficiado”.
Piensa en un adolescente y una adulta.
Hay muchas películas y series estadounidenses, donde un adolescente “tiene sexo” con alguna mujer adulta y termina siendo celebrado. Como si el adolescente hubiera tenido un gran logro.
Y sin irme a Estados Unidos, en la sociedad limeña era una práctica bastante común que los padres lleven a sus hijos adolescentes, o hasta púberes, a prostíbulos para debutar sexualmente. (No sé si sigue sucediendo; espero que ya no).
Porque se “espera” que los hombres tengan sexo.
Pero una actividad sexual entre un adolescente y una adulta no es sexo, es abuso sexual. Porque la mujer adulta tiene ventaja sobre el adolescente.
Si esta idea no queda tan clara, por favor lee este post sobre el consentimiento.
No importa si fue el adolescente el que comenzó la seducción, si la otra persona ADULTA responde, está cometiendo un abuso sexual.
Las mujeres no estamos obligadas a tener sexo con nuestras parejas
Este bloqueo suele aparecer en mujeres que han interiorizado la falsa creencia de que las mujeres solo servimos para satisfacer sexualmente a los hombres.
Algunas mujeres pasan por alto actos sexualmente abusivos porque creen que era su trabajo hacerlo.
Por eso este bloqueo es tan común en los casos en los que el abusador es o era la pareja, por ejemplo.
Pero el hecho de estar en pareja, no es sinónimo de consentimiento.
Yo dije que sí
La característica principal del abuso sexual es que se da sin consentimiento. Pero no podemos reducir “dar consentimiento” no es sinónimo de “decir sí”.
Hay muchos casos donde alguien puede decir sí, sin dar su consentimiento. Por ejemplo:
Menores de edad: los niños nunca dan su consentimiento para ningún tipo de actividad sexual, porque les falta información sobre el sexo y no son lo suficientemente maduros sexualmente. Y en el caso de adolescentes, dependiendo de la diferencia de edad (y de la etapa en la que están en la vida), decir sí no necesariamente es sinónimo de consentimiento.
Personas que no están en condiciones de responder: una persona borracha, drogada, inconsciente o dormida así diga “sí” no puede dar su consentimiento si no consciente de lo que está sucediendo. Para dar nuestro consentimiento necesitamos saber qué está sucediendo
Situaciones de poder: si una persona se siente intimidada o amenazada, puede decir sí sin realmente dar su consentimiento. Incluso una persona que ha sido manipulada puede creer que está dando su consentimiento sin darlo realmente. Esto suele pasar cuando la otra persona tiene un rol de autoridad, como un profesor o una persona con un cargo superior en el trabajo.
En ninguno de esos casos importa que la víctima haya dicho que “sí”. Ni siquiera importa si la víctima fue la que inició la interacción. Si la otra persona que está en ventaja responde, está cometiendo un abuso sexual.
No fue tan grave
Los seres humanos muchas veces nos desensibilizamos para lidiar con el dolor.
Esto suele pasar con las personas que han estado expuestas constantemente a abusos sexuales.
Y no me refiero solo como víctimas.
En nuestra sociedad latina, las actividades abusivas parecen normales porque suceden todo el tiempo y eso nos ha generado cierta tolerancia hacia el abuso sexual.
Sobre todo hacia los tipos en los que no hay violencia de por medio o en los casos en los que el abusador es alguien cercano a la víctima.
Pero la realidad es que “un poquito de abuso sexual” sigue siendo abuso sexual.
Haber sufrido abuso sexual igual significa haber sufrido abuso sexual así existan casos “peores”.
Recibía algo a cambio…
Es muy común que las víctimas de abuso sexual reciban algún tipo de beneficio.
Pueden ser beneficios en forma de regalos, favores, algún tipo de atención especial o incluso de lo que la víctima creía que era amor.
El placer sexual también es un tipo de beneficio.
Acuérdate de que hay tipos de abuso donde es la víctima la que seduce. Volviendo al ejemplo de un adolescente y una mujer adulta, que haya habido placer sexual es normal. Que el adolescente haya llegado al orgasmo es normal.
Pero eso no le quita la etiqueta de abuso sexual: las personas que tienen algún tipo de ventaja están cometiendo abuso sexual si responden a la seducción de la otra persona.
Por otro lado, en muchos casos de abuso sexual infantil, el abuso es gradual. Los abusadores comienzan con actividades no sexuales y progresivamente llegan a lo sexual.
Este tipo de situación junto con sacar algún tipo de beneficio puede generar la falsa ilusión de que la víctima quería que el abuso suceda.
Los abusadores saben aprovecharse de las situaciones y saben manipular a sus víctimas para hacerlas creer que eran ellas las que querían que sucedan; o que lo que está pasando no es abuso porque están recibiendo algo a cambio.
De hecho, muchos abusadores buscan un tipo de abuso que satisfaga de alguna manera a su víctima.
La lógica es así: si la víctima recibe algún beneficio, hay menos posibilidades de que cuente el secreto y así hay más posibilidades de que el abuso se prolongue.
También sirve para que los abusadores sientan que “no están abusando”, porque están dando algo a cambio.
Pero si sacaste algún beneficio del abuso sexual, eso no significa que tú hayas tenido la culpa. Solo significa que el abusador sabía cuáles eran tus deseos y/o necesidades y supo explotarlos a su favor.
No me defendí
Que no te hayas defendido antes o durante el abuso, tampoco significa que hayas sido culpable o responsable.
Si no tenemos adónde correr, si no hay nadie que vaya a escuchar nuestro pedido de ayuda, es normal que nos sometamos porque NO TENEMOS OTRA OPCIÓN.
Un abuso sexual es una situación de peligro. Y ante cualquier amenaza, el único objetivo de nuestro cerebro es sobrevivir.
Para hacerlo, nuestro cuerpo se prepara para luchar o escapar. El cerebro elige si quiere luchar o escapar dependiendo de las posibilidades de éxito que perciba (esto sucede en menos de un segundo).
Pero si el cerebro determina que ninguna de estas dos opciones es viable: que no tenemos la fuerza suficiente para luchar o no tenemos a dónde escapar… la siguiente opción es paralizar nuestro cuerpo.
¡Es una cuestión de supervivencia!
Por eso, es normal que no tratemos de escapar ni de pelear cuando sentimos que la amenaza es más fuerte y poderosa que nosotras.
Si no te defendiste durante el abuso, tienes que saber que fue una forma de sobrevivir; no significa que hayas dado pie a a que el abuso suceda.
Me gustó / me gustaba
“Disfrutar” el abuso sexual, también puede ser un acto de supervivencia: puede servir para tener algún tipo de control de la situación.
Si una persona aprende que disfrutando el abuso, el abuso va a durar menos o va a doler menos, es hasta lógico que aprenda a “disfrutarlo”.
Pero digo disfrutar entre comillas porque hay muchos casos en los que se cree equivocadamente que se disfrutó el abuso, cuando en verdad lo que sucedió es que el cuerpo tuvo algún tipo de respuesta genital.
Y las respuestas genitales no son sinónimos ni de disfrutar, ni de excitación.
Coloquialmente se habla de la respuesta genital como sinónimo de excitación. Pero se puede tener una respuesta genital sin estar excitada y también se puede estar excitada sin tener ninguna respuesta genital. Esto último se llama excitación no concordante.
La excitación no-concordante no es algo de lo que se hable mucho, porque los estudios sobre este tema son relativamente nuevos (no tienen más de 30 años)
La excitación es la experiencia subjetiva de un sentimiento: es la experiencia de percibir una sensación como sexualmente placentera.
Mientras que la respuesta genital es solamente una respuesta fisiológica.
Los genitales nos dicen que un estímulo es sexualmente relevante, no sexualmente placentero.
Y que estimulen nuestros genitales o ver otros genitales, siempre va a ser un estímulo sexualmente relevante, por más abusivo que sea.
Si durante el abuso tuviste alguna respuesta genital (erección o lubricación) eso no significa que hayas disfrutado el abuso, ni que en el fondo deseabas que suceda, ni que estabas dando tu consentimiento… solo significa que su cuerpo funcionaba como tenía que funcionar.
NI TU CULPA, NI TU RESPONSABILIDAD
No importa si no se sintió como abuso, si era lo que se “esperaba” socialmente de ti, si dijiste que sí, si no te parece tan grave, si recibiste algo a cambio, si no te defendiste o si lo “disfrutaste”…
¡El abuso sexual NUNCA fue tu responsabilidad!
Todos estos bloqueos son un intento de no sentirnos ni traicionadas, ni vulnerables y de tener algún sentido de control sobre lo que sucedió.
Creer que no fuiste traicionada, que no fuiste vulnerable y que tuviste algún tipo de control de la situación… significa creer que pudiste hacer algo para que el abuso no suceda.
Y la verdad es que no.
No tenías forma de evitarlo, ni de detenerlo…
… porque no fue tu culpa.
Ni si quiera tu responsabilidad.
El abuso sexual nunca estuvo en tus manos.
Tampoco te lo merecías. El abuso sexual no es una forma de castigo por nuestros actos, ni una especie de karma.
El abuso sexual es un crimen contra nosotras.
No nos define, ni nos quita valor, ni dice nada de nuestra identidad.
TU SEXUALIDAD ESTÁ EN TUS MANOS
Aceptar todo esto es doloroso, pero es necesario hacerlo.
Las consecuencias de no aceptar que fuiste vulnerable, traicionada y que non tuviste el control se traducen en confusión, dolor y sobre todo en negarte a ti misma el derecho de disfrutar de tu sexualidad.
Aceptar el abuso sexual tamién implica aceptar que fuiste víctima en el pasado.
FUISTE (en pasado).
Ya no lo eres más.
Eso significa que no tuviste ningún tipo control sobre el abuso en el pasado; pero sí tienes control sobre cómo respondes a lo que te sucedió HOY.
https://con-sentimiento.com/abuso-sexual/aceptar-que-sucedio/
