¿QUÉ ES UN PLAN DE VIDA? CREA EL TUYO EN 9 PASOS - 1ª parte.
Andresvelezcuervo
El plan de vida (también conocido como proyecto de vida o plan de carrera, entre otros) es un texto personal, fruto del auto-análisis, en el que consignas tus objetivos de manera clara y ordenada, así como la estrategia de acciones concretas a seguir para alcanzarlos. Es un documento que sirve como mapa para navegar hacia la consecución de tus metas.
EMPIEZA POR ENTENDER LO QUE ES UN PLAN DE VIDA
Como seguro habrás comprobado en tu propia vida, una cosa es tener sueños, metas y objetivos, y otra muy distinta es ponerse en verdad en marcha para lograrlos, perseverando con esfuerzo a lo largo del tiempo.
También habrás notado que cuando te propones lograr algo, pronto enfrentas numerosos obstáculos, entre ellos las muchas distracciones que te roban la atención sobre lo que quieres lograr, hasta el punto de hacerte olvidar por completo tu meta final.
Para salvaguardarse de esto, una de las primeras acciones a llevar a cabo es crear un plan de vida que te ayude a visualizar qué es lo que representa una prioridad para llegar a tener la vida que sueñas. Esto aplica a cualquier ámbito de la vida, desde la carrera profesional, hasta la convivencia en familia, pasando por las relaciones sentimentales, los pasatiempos, la carrera académica o cualquier otro terreno en el que trabajes por alcanzar metas.
El plan de vida no ha de ser, sin embargo, una camisa de fuerza. Por el contrario, debe ser un documento vivo y flexible, que evoluciona con el tiempo, pero siempre con la estrella polar de tus objetivos bien clara y brillante en el firmamento de tu conciencia; pues al tener esto claro, siempre sabes a dónde dirigirte y nunca dejas de tener una brújula para decidir en momentos de duda.
Ante las coyunturas de decisión, basta con preguntarse si la opción a elegir te acerca más y de manera más veloz a tu objetivo o no. Esto implica que el plan de vida es un documento a revisar con periodicidad, para garantizar que permanece siendo una buena guía y fiel reflejo de tus prioridades, tus valores y principios.
No solo se trata del establecimiento de la meta; el plan o proyecto de vida también es el diseño, a manera de mapa de ruta, de las iniciativas o acciones necesarias para alcanzar tus objetivos.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE TENER UN PLAN DE VIDA?
Es fácil caer en el automatismo y navegar a la deriva por la vida, simplemente dejando que el tiempo pase; habitando el mundo y sobreviviendo en él, en vez de vivirlo y sacarle provecho. Dado que el plan de vida te da panorama, dirección y guía, es una armadura poderosa para evitar caer en ese estado. Se trata de una herramienta que te permite tomar control sobre ti mismo y tu vida.
Hay que tener en cuenta que el mundo funciona a partir de una inexorable ley de causalidad: toda acción física o mental genera una reacción, ya sea a corto, mediano o largo plazo, y cada quien (nadie más) puede cosechar esas consecuencias de sus propias acciones.
Cuando vagamos como autómatas por el mundo, controlados por nuestras pasiones, nuestros hábitos o las influencias del entorno, perdemos la libertad sobre nuestras acciones, pero igual tenemos que cosechar sus frutos, nos gusten o no.
DETERMINA TU PROPÓSITO DE VIDA
Cuando se dispone de metas claras, de un propóstio definido, de referencia y dirección, empezamos a recuperar el control, poco a poco, de nuestras acciones, ya que ahora nacen de decisiones conscientes que buscan encaminarnos hacia donde queremos llegar. Esto es lo que te aporta tener un propósito definido y darle forma en un plan de vida.
Piénsalo así: digamos que te enfrentas a la decisión de comerte un gran banquete o no hacerlo. Si no tienes ningún punto de destino que te sirva para discernir, ni siquiera hay opción a la decisión, pues te encaminarás sin dudarlo hacia aquello que prometa más placer (seguramente devorarás a tus anchas).
En cambio, digamos que has establecido la meta personal de llegar a ser número uno en un deporte y, al día siguiente, tienes una importante competición. Con esto en mente, se abre ante ti la puerta del discernimiento que te llevará al necesario autocontrol, pues reconocerás que tu prioridad no es el placer y podrás tomar la decisión consciente de abstenerte del banquete.
Simple y llanamente se trata de poner en la balanza las circunstancias de tu vida; de sopesarlas con tus valores y objetivos, para elegir aquello que esté más en sintonía con lo que has determinado que te llevará a la meta y te hará avanzar por el camino que has elegido para alcanzarla.
Ahora que ya sabes de qué se trata esto, es hora de remangarse y ponerse manos a la obra. El plan de vida es una estrategia concreta, razón por la cual no debe quedarse en el plano mental como un montón de ideas sin orden ni dirección. Para lograrlo, simplemente debes seguir algunos pasos.
Puede parecer mucho, pero si avanzas uno a la vez, te darás cuenta de que en realidad es un proceso sencillo, pese a que demande concentración, compromiso y energía.
Esto es muy importante, porque el mismo ejercicio de crear el plan o proyecto de vida es de por sí una muestra contundente de cómo abordar la vida: estableces un objetivo, haces un análisis diagnóstico, creas un plan de acción en un tiempo determinado y avanzas paso a paso hasta alcanzar la meta.
1. Visualiza tu futuro soñado
Este es el momento de volcar sobre el papel lo que llevas dentro, para sentar los cimientos. Para hacerlo, debes permitirte soñar en grande. Si te limitas desde el momento de establecer tus sueños, por temor, porque la razón grita que no podrás o porque se ve demasiado grande, estarás minando el poder creativo de tu voluntad.
Ahora nos es momento de buscar limitaciones y obstáculos. ¡Permítete toda la libertad necesaria!
Si tienes en mente algunas metas concretas a alcanzar, apúntalas desde ya. Sin embargo, es posible que en esta etapa inicial no tengas idea de qué quieres lograr, pues quizá sea la primera vez que te lo preguntas. Y eso está bien; es el mejor punto de partida posible, así que no te preocupes.
Si ese es tu caso, empieza por relajar el cuerpo y la mente; esto te permitirá un mejor flujo de tus ideas y una mayor concentración y claridad. Si la meditación es parte de tus hábitos, este terreno ya lo tienes ganado, si no, puedes usar una breve meditación guiada para relajarte.
Una vez relajado, cierra los ojos y visualiza cómo te imaginas, en el escenario más ideal y soñado, en cierta cantidad de tiempo (determina el plazo que consideres más conveniente, pero tampoco permitas aquí limitaciones nacidas de miedos e inseguridades).
Detente cada cierto tiempo y ve apuntando lo que se concrete en tu mente, en diferentes ámbitos (si quieres un panorama más general) o en un ámbito concreto (si quieres un panorama muy específico). Puedes pensarte a ti mismo en lo profesional, en lo sentimental, en la salud, en lo familiar, en el estudio, en relación con tu círculo de amistades, etc.
Quizá estas preguntas te ayuden para dar forma a esa imagen del futuro:
• ¿Cómo es un día habitual?
• ¿En qué trabajas? ¿Dónde? ¿Cuánto ganas?
• ¿Cómo es tu relación con familiares y amigos?
• ¿Quién te acompaña?
• ¿Dónde vives y con quién?
• ¿Cómo eres visto por los demás?
• ¿Cómo luces físicamente?
• ¿Cómo te encuentras emocionalmente?
• ¿Cómo te sientes contigo mismo y con tu entorno?
En este punto es importante que, venga lo que venga, no te juzgues por ello; no conviertas esa imagen soñada en algo que te haga sentir mal por tu estado actual. Por el contrario, esta imagen debe constituir tu ideal. Donde te encuentras ahora es el mejor lugar posible, pues es el punto de partida para llegar a ese sueño.
Empieza desde aquí a cultivar una relación cercana y positiva con ese sueño, para que sea un aliciente, en vez de algo a temer.
Emociónate asumiendo como una certeza el hecho de que lo lograrás; tal y como te emocionas por la expectativa de llegar al destino de un viaje deseado, en el momento en que te subes al vehículo que te llevará hasta allí. Sabes que llegarás; el viaje es un mero trámite, por decirlo así.
(SIGUE EN LA 2ª PARTE)