NO PODEMOS PEDIR A LOS DEMÁS QUE NOS CUIDEN.
El hecho de creer que cuidarnos a nosotras mismas no es una prioridad, tiene otras consecuencias en nuestra relación con los demás. “El problema de esta forma de pensar es que si yo no me puedo cuidar a mí misma, alguien tiene que hacerlo, y si nadie lo hace, no solo acabo 'descuidada', sino que además es muy probable que acabe generando resentimiento hacia personas queridas que doy por sentando que tendrían que cuidar de mí. Utilizamos entonces la queja como forma de provocar que desde fuera nos den el permiso para cuidarnos o descansar, que vean que también necesitamos cuidados y atención. La ‘rogamos’ porque hemos dejado que sea función de los demás cuidarnos. Puede incluso ocurrir que empecemos a pensar que nadie piensa en nosotras, cuando el verdadero problema está en que es una misma la que ha dejado de pensar en ella misma, de priorizar su propio bienestar”, apunta Mónica García. Por tanto, no priorizar nuestro cuidado es el punto de inicio de un peligroso círculo en el que también te sientes dolida con las personas que te rodean. De ahí la necesidad de respetar nuestros límites y darnos a nosotras mismas lo que necesitamos.
LA IMPORTANCIA DE SABER DECIR QUE NO
Nuevamente, por una cuestión sociológica y educacional, decir no ‘tiene mala prensa’. Pero todo lo contrario, Noheda lo califica como “un acto de valentía, de ponerse en primer lugar sin ser egoísta. Es necesario, es sano y es un arte que se debe aprender y practicar. No nos han educado en el no, sino en el sí cuando queremos decir no”, añade Sara Noheda. Sin embargo, es necesario entender que decir no es una forma de respeto a nosotras mismas. “Aprender a decir no y definir nuestros límites es una gran ayuda para equilibrar nuestra vida y una buena manera de superar el estrés. Solo necesitamos aprender a decirlo sin generar más tensión de la cuenta: cuando estallamos es porque hemos forzado demasiado nuestro límite de aguante”, apunta Ana Gutiérrez. Y reflexiona que detrás de un no, estamos estableciendo un mundo de posibilidades a decir sí a otras cosas.
PASARLO BIEN ES NECESARIO Y SANO
En muchas ocasiones, priorizamos el bienestar de los demás y las obligaciones por una cuestión de culpa. “El sentimiento de culpa viene de pensar que cuidarse o divertirse es menos valioso que el resto de tareas. Para evitar el sentimiento de culpa necesitamos redefinir qué sentido le damos a ir al gimnasio o a quedar con las amigas. Necesitamos creer más que, al igual que deseamos a los demás lo mejor, también nosotros nos merecemos lo mejor que la vida tiene que ofrecer”. Y es que, “divertirse, pasar tiempo con amigos o seres queridos, estar en silencio, al aire libre… son actividades que ayudan a renovar la energía de ilusión, amor o paz interior”, apunta Mónica García.
NO DEJES PARA LO ÚLTIMO TU BIENESTAR
"Pensar en mí es igual de importante que pensar en los demás”, hay que tener muy en cuenta en que cuidarse no es un extra. Es habitual que, al no llegar a todo, lo primero que nos quitamos es lo nuestro, pensando aquello de ‘ya buscaré otro hueco para mí’, que nunca, nunca llega. Sin embargo, hay que entender la importancia de no dejarnos para la último pasa por hacernos esta pregunta.. ¿ Cuál o quién es mi prioridad ? . Tu no puedes olvidar lo que vales y lo que debes hacer primeramente por ti y para ti , agradecerte lo que hacer por ti , eso debes tenerlo presente , no olvidarlo , como de seguro muchos a quienes les dedica todo tu tiempo en atenderles , ellos si pronto olvidarán agradecerte en cambio tú no te olvidarás de ser agradecido por todo lo que te das a ti mismo , los demás , si pudieran olvidarlo .
Autor desconocido