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 QUÉ HACER CUANDO TE EQUIVOCAS CON UNA DECISIÓN.



Mayo 10, 2024, 06:33:18 am
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QUÉ HACER CUANDO TE EQUIVOCAS CON UNA DECISIÓN.
« en: Mayo 10, 2024, 06:33:18 am »
QUÉ HACER CUANDO TE EQUIVOCAS CON UNA DECISIÓN.
•   Vanessa Carreño Andrés

¿Qué haces tú cuando te equivocas con una decisión? ¿Cómo respondes?
Bueno, espera, hay otra pregunta más importante que esa… ¿Tomas decisiones?
Porque hay quien nunca toma decisiones. Quien con cuarenta años (o los que sean) todavía no ha tomado las riendas de su vida.
Me lo encuentro a menudo en mis coachees: hay quien lleva toda la vida dejando que otros decidan por él, ya sea de forma directa (“¿qué crees que debería hacer?”, “haré lo que tú creas que es mejor”, etc.) o de forma indirecta (pensando en lo que quieren los demás, confiando más en la opinión de los demás que en la mía propia, evitando hacer algo que pueda decepcionar a alguien, etc.).
Y resulta que cuando no tomas decisiones o dejas que alguien decida por ti te desvalorizas, y si eso se mantiene en el tiempo termina dañando tu autoestima.
Vamos, que pierdes la confianza en ti por completo.
Sí, es mucho más duro dejar tu vida en manos del destino o de los demás, incluso aunque así “vayas tirando”, que atreverte a tomar tus propias decisiones y a elegir tu propio camino, incluso aunque así te equivoques.
Así que la pregunta es, ¿eres tú quien decide en tu vida? ¿Cuánto tiempo hace que no decides tú, que no tomas tus decisiones tú?
Pues lo primero que quiero decirte, antes de contarte qué hacer cuando te equivocas con una decisión, es que vivir es tomar decisiones. Está unido y va implícito. Y que cuando tomas decisiones asumes el riesgo de equivocarte, no hay otra manera de tomarlas.
La única mala decisión es la de no decidir nada.
Cuando miras atrás y te arrepientes de la decisión que tomaste
A muchas personas les cuesta tomar decisiones porque no saben lo que va a pasar, ¿te suena?
A todos en algún momento nos habría gustado tener una bola de cristal para saber lo que iba a pasar en un futuro y decidir en función de eso.
Para saber si me va a ir mejor con A o con B.
Para saber si es mejor que lo haga ahora o que espere un tiempo.
Para saber si es mejor que siga por este camino o que de media vuelta y tire por el otro.
¡Pero es que nadie tiene una bola de cristal! Nadie sabe lo que va a pasar, ni siquiera los que no hacen nada ni toman decisiones tienen garantía de que así les vaya a ir bien.
Nadie puede decirte cómo va a acabar la historia, pero es que si no tomas decisiones tampoco vas a ser tú quien elija el final de esa historia, sino que la historia se escribirá sola, y eso es mucho peor, ¿no crees?
Por eso las decisiones hay que tomarlas en el presente, por cómo te sientes ahora, desde la situación que tienes versus la que te gustaría tener.
Por ejemplo, recuerdo a una coachee que estaba conociendo a un chico y se le planteaba la posibilidad de irse a Madrid a pasar un fin de semana con él. Podía ser que saliera bien o podía ser que no. ¿Y cómo tomó la decisión? Pues decidiendo por lo que en ese momento le apetecía, porque sabía que de eso no iba a arrepentirse.
Es decir, valoras lo que hay, valoras lo que quieres, la información que tienes, tus circunstancias, las posibilidades que se te plantean, y con todo eso decides, ¡aquí y ahora!
Y sí, a veces resultará que lo que decidiste no era lo mejor. ¿Y qué? ¿Cómo podías saberlo? No pasa nada, lo importante es que decidiste algo. Ahora aprende de la decisión que tomaste y sigue adelante.
Por ejemplo, pensando en alguien que se esté planteando estudiar algo que siempre quiso estudiar pero no sepa si podrá reconducir su trayectoria profesional y dedicarse a eso o si será una pérdida de tiempo.
Yo le preguntaría, ¿cómo va a ser una pérdida de tiempo estudiar algo que te entusiasma? Si lo peor que puede pasar es que aprendas de algo que te gusta mucho y que disfrutes con ello, ¡estupendo! Incluso aunque no te puedas dedicar a ello, puedes sentirte muy orgullosa de haber tomado una decisión así y de haberla tomado por lo que sentías en el presente, sin saber lo que iba a pasar.
Claro, es que lo fácil es tomar decisiones cuando ya sabes como acaba la historia… Como cuando lees un libro sabiendo ya quién es el asesino, y entonces todo encaja.
Pero la vida no funciona así, y las decisiones no se toman sabiendo lo que va a pasar, sino sintiendo lo que sientes en este momento.
Por eso no vale culparte después, si las cosas no salen como tú esperabas, y decirte que tenías que haber elegido lo otro. Porque después es muy fácil verlo claro, pero es que ahora no sabes lo que sabrás entonces, y la única opción es decidir con lo que sabes ahora.
Por ejemplo, si apostaste por alguien y después la relación no salió bien, ¿cómo podías haberlo adivinado? ¿Sabías entonces lo que sabes ahora? No, claro que no. Decidiste por lo que sentías, y es maravilloso que fuera así.
De hecho, creo que las personas deberíamos decidir mucho más por lo que sentimos, por lo que nos dicta nuestra intuición y nuestro corazón, que por lo que pensamos y todas esas vueltas absurdas que le damos a la cabeza…
Qué hacer cuando te das cuenta de que te has equivocado
Bueno, espero que ya te haya quedado claro que vivir la vida implica tomar decisiones. No hay otra manera.
No funciona no tomar decisiones, no funciona dejarte llevar y ver qué pasa, no funciona esperar al último momento para decidir la única opción que quede disponible, no funciona preguntarles a los demás, no funciona dejar que otros decidan por ti…
Lo único que funciona si quieres ser la dueña de tu vida es hacerte responsable de ti, asumir riesgos, probar, dar pasos y tomar decisiones.
Y no me cansaré de decirte que la única mala decisión es la de no decidir nada.
Pero vale, aun así puede ser que tomes una decisión y que después no salga como tú querías. ¿Qué hacer entonces?

1.Lo primero, grábate bien que no pasa nada por cometer errores, que no es el fin del mundo ni nada de lo que debas avergonzarte. Al revés, la gente más sabia presume de sus errores, y me parece estupendo.
Porque nadie es perfecto y porque el hecho de que te equivoques con una decisión no dice nada malo de ti, simplemente es señal de que estás tomando decisiones, y por lo tanto viviendo. ¡Recuerda que decidiste en el presente y que no podías saber lo que iba a pasar!

2.Aprende. Y lo habrás leído mil veces, pero es que es cierto que siempre que nos equivocamos hay algo que aprender… O que habría estado bien tener más información, o que para otra vez le pides ayuda a fulanito, o que para otra vez te fías mas de tu intuición y menos de lo que te dicen los demás…
Para encontrar el aprendizaje, pregúntate qué harías diferente si volvieras a tener que tomar la misma decisión.

3.No dejes que esa decisión equivocada condicione lo que piensas sobre ti.
Hay personas que se han convencido a sí mismas (o han dejado que otros las convencieran) de que no saben tomar decisiones. ¿Por qué? ¿Por qué te has equivocado con una, dos o tres decisiones de tu vida? Seguro que hay muchas otras con las que acertaste y de las que ahora ni te acuerdas.
En todo caso, si me apuras, no es que no sepas tomar decisiones, sino que no te paras a sacar un aprendizaje después de tomar una decisión equivocada (si es así, vuelve al punto 2).
Además de que estoy segura de que todos tenemos la capacidad de tomar decisiones si aprendemos a confiar en nosotros, a escuchar lo que sentimos, a fiarnos de nuestra intuición, a darnos permiso para reconocer lo que queremos, a recoger y valorar la información que tenemos… (aparte de que, como ya te he dicho, si elijo por lo que quiero y lo que siento ahora mismo, en el presente, no puede haber una decisión equivocada, porque la base desde la que elegí ya era la correcta, pase lo que pase…).
Así que si crees que en el pasado te has equivocado con alguna decisión, saca un aprendizaje y date cuenta de que eso no significa que ahora no puedas tomar una buena decisión.

4.Deja de sentirte mal por cometer errores.
Es decir, aprende a sentirte bien cuando cometas un error, ¡porque todos cometemos errores! No se libra nadie, ni tu cuñada siempre tan mona y de buen humor, ni tu jefe don perfecto, ni esa mamá del cole que siempre tiene solución para todo. ¡Nadie!
Yo misma, cada vez que cometo un error, me recuerdo que cometo errores porque no sé, porque estoy aprendiendo, y con los errores aprendo. ¿Acaso no consiste en eso la vida? ¿O conoces a alguien que haya nacido aprendido? No lo creo, todos estamos aquí para aprender, y en ese camino de aprendizajes es imposible no cometer errores.
Pues eso, que todos cometemos errores y está bien, así es como ha de ser, en eso consiste el juego de la vida (en lo que no consiste es en NO jugar para no cometer ningún error).

5.Date cuenta de que, por haber cometido un error, eso no significa que ya no puedas conseguir lo que querías.
Claro que lo ideal es que las decisiones que tomas te lleven directamente a donde quieres llegar, pero es que muchas veces el camino no es recto. Das rodeos, te equivocas de calle, desandas camino, y sigues por otro, hasta que llegas.
Por eso, cuando tomes una decisión errónea, recuerda que sólo es un paso equivocado en el camino, ¡pero puedes seguir andando el camino!
Nadie tira todo por la borda por un error, así que dale la importancia justa y sigue adelante…

6.Piensa (antes de tomar la decisión) en cómo vas a responder si sale mal.
Si crees que te vas a hundir en la miseria o que te vas a criticar hasta la saciedad es lógico que te de miedo tomar una decisión equivocada.
Por eso es importante que aprendas a ser compasiva y a perdonarte, porque de esa forma sabrás que te tratarás con cariño cuando cometas un error, que no vas a juzgarte ni a criticarte por ello. Y eso te servirá para superar el miedo a equivocarte y ganar confianza en ti.

7.Si ahora te das cuenta de que tomaste una decisión equivocada, ¡busca soluciones!
Desde luego que darle vueltas a lo mucho que te arrepientes, regodearte en lo mal que ha ido, echarte la culpa o echársela no va a arreglar nada. Si algo ha salido mal, ¡no lo pongas peor con tu actitud!
Lo ideal sería que hubieras pensado en un plan B desde el principio, pero si no lo has hecho puedes pensarlo ahora.
Lo que es seguro es que, haya pasado lo que haya pasado, siempre hay algo que puedes hacer para mejorar un poco la situación en la que estés.
Claro que la vida a veces no es fácil, claro que a veces pasan cosas que no queremos que pasen, claro que muchas veces tropezaremos y nos caeremos, pero siempre podremos levantarnos y volver a empezar.
Y si hay que empezar de cero, pues se empieza, pero esta vez con nuevos aprendizajes en la mochila que te servirán para no cometer los mismos errores.
Así es la vida, unas veces toca disfrutar, otras decidir y otras resolver, ¿no? ¡Pues resuelve! No pierdas el tiempo en nada que no te aporte soluciones.

8.Y sigue adelante tomando nuevas decisiones.
Por supuesto, sigue adelante tomando decisiones. Que una equivocación, o dos o tres o las que sean, no te cambie ni cambie que estás viviendo la vida y, por lo tanto, atreviéndote a tomar tus propias decisiones, sabiendo que unas serán más acertadas que otras, pero que con todas avanzaras de alguna forma.
¿Se te ocurre otra forma de hacerlo? ¿Acaso tenemos otra opción que no sea decidir, dar pasos, equivocarnos, aprender y, después de todo, seguir dando pasos?
Pues ale, a decidir siempre y a equivocarte cuando toque. Orgullosa y presumiendo :-).

https://coachingtobe.es/que-hacer-cuando-te-equivocas-con-una-decision/


 

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