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 EL PASADO NO TIENE PODER SOBRE EL MOMENTO PRESENTE.



Junio 19, 2025, 06:33:33 am
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Desconectado juan vega

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EL PASADO NO TIENE PODER SOBRE EL MOMENTO PRESENTE.
« en: Junio 19, 2025, 06:33:33 am »
EL PASADO NO TIENE PODER SOBRE EL MOMENTO PRESENTE, EXCEPTO EN LA MEDIDA EN QUE TÚ SE LO DAS.

Vivimos rodeados de recuerdos. Algunos nos llenan de alegría; otros, de dolor o arrepentimiento. Lo que nos ocurrió ayer —o hace años— muchas veces parece pesar más que lo que tenemos ante nosotros hoy. Pero ¿y si ese poder del pasado fuera una ilusión? ¿Y si su influencia solo persistiera porque nosotros mismos la alimentamos? Esta idea, expresada de forma clara por el filósofo y escritor Eckhart Tolle, nos invita a mirar con nuevos ojos nuestra relación con el tiempo y, sobre todo, con nosotros mismos.

1. El pasado como narrativa, no como realidad

EL PASADO YA OCURRIÓ. NO PUEDE SER CAMBIADO, TOCADO NI REVIVIDO MÁS ALLÁ DE NUESTRA MENTE. Sin embargo, solemos relacionarnos con él como si todavía tuviera control sobre nuestra identidad, nuestras decisiones o nuestro bienestar. LA CLAVE ESTÁ EN ENTENDER QUE LO QUE LLEVAMOS CON NOSOTROS NO ES EL PASADO REAL, SINO SU HISTORIA EN NUESTRA MENTE. Es decir: lo que recordamos, lo que interpretamos, lo que repetimos internamente una y otra vez.
Al hacer esto, convertimos una experiencia del pasado en una especie de prisión emocional. No son los hechos, sino la narrativa que sostenemos sobre ellos, la que nos limita.

2. Cómo el pasado se filtra en el presente

El pasado se manifiesta en el presente de muchas formas:
•   A través de creencias limitantes: “Siempre he sido así”, “nunca me valoraron”, “fracasé una vez, así que no lo intentaré de nuevo”.
•   En heridas no sanadas: traumas, rencores, decepciones que siguen activándose al menor estímulo.
•   Por medio de la identidad: muchas personas se definen a sí mismas por lo que les ocurrió en el pasado, sin darse cuenta de que eso es solo una parte —y muchas veces, una versión sesgada— de su historia.

AL HACER ESTO, LE DAMOS AL PASADO EL PODER DE MOLDEAR LO ÚNICO QUE REALMENTE TENEMOS: ESTE INSTANTE.

3. El papel de la mente en la perpetuación del pasado

La mente humana tiende a repetir patrones. Si no intervenimos conscientemente, nuestra mente seguirá reciclando las mismas emociones, pensamientos y reacciones aprendidas en el pasado. Esto crea una inercia psicológica, una especie de bucle donde todo lo nuevo se filtra a través de lo viejo.
Por ejemplo, si alguien fue traicionado, puede desconfiar automáticamente de cualquier persona nueva. Si alguien fue humillado, puede evitar oportunidades por miedo al rechazo. Así, lo que fue una experiencia puntual se transforma en una forma de vida sostenida en el presente, pero basada en el ayer.
La mente, sin cuestionamientos, convierte el pasado en una jaula. Pero tenemos la llave.

4. La libertad de elegir otra respuesta

Aquí es donde entra la conciencia. Cuando somos capaces de observar nuestros pensamientos sin identificarnos con ellos, se abre un espacio de libertad. En ese espacio podemos elegir no actuar desde el pasado. Podemos darnos cuenta de que lo que ocurrió no tiene por qué definir lo que ocurre ahora.
Es una elección: podemos repetir la historia una y otra vez, o podemos detenernos y decidir una nueva forma de relacionarnos con la experiencia. Al hacer esto, retiramos el poder que le hemos dado al pasado.

5. ¿Y el aprendizaje del pasado?

No se trata de negar ni de olvidar. El pasado puede ser fuente de sabiduría. Pero la diferencia está en cómo lo usamos:
•   Usamos el pasado con poder cuando aprendemos de él sin identificarnos con él.
•   Nos esclaviza cuando nos definimos por él y lo arrastramos como una carga.
Aprender implica integrar lo vivido, extraer lo esencial y soltar el resto. No es apego, es transformación.

6. Perdonar: soltar la cadena invisible

Una de las formas más poderosas de quitarle poder al pasado es el perdón. No siempre significa reconciliación con otros, sino una liberación interior. Perdonar no es justificar lo que pasó, sino cortar el vínculo emocional que nos ata a ello.
Mientras no perdonamos (a otros o a nosotros mismos), el pasado sigue vivo dentro de nosotros. Nos visita en forma de resentimiento, autocrítica, culpa o ira. Perdonar es decir: “Esto ocurrió, pero ya no tiene derecho a definir quién soy o cómo me siento”.

7. Vivir en el ahora: la práctica que transforma

Vivir en el momento presente no es una teoría espiritual abstracta, sino una práctica que cambia profundamente nuestra relación con la vida. En el presente:
•   No existe el error del pasado, solo la oportunidad del ahora.
•   No existe la ansiedad del futuro, solo la acción posible en este instante.
•   No existe la vieja identidad, solo lo que estamos eligiendo ser en este momento.
El presente nos limpia. Nos da una hoja en blanco, si sabemos aceptarla.

8. Conclusión: eres libre, si te das cuenta

“El pasado no tiene poder sobre el momento presente, excepto en la medida en que tú se lo das.” Esta frase no es solo una observación filosófica: es una invitación. A volver al presente. A dejar de definirnos por lo que fue. A reconocer que cada instante es una nueva oportunidad, un nuevo comienzo, una nueva forma de estar vivos.
El pasado no tiene manos. No puede tocarnos. Somos nosotros quienes, al recordarlo, al interpretarlo, al revivirlo sin conciencia, le damos cuerpo y voz en nuestra vida. Pero también somos nosotros quienes podemos decir: hasta aquí. A partir de ahora, elijo el presente.
Y desde ahí, todo cambia.


 

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