CUATRO CLAVES
I - VIGILA TU INTENCION
La intención es como la energía que se le da a una flecha cuando es lanzada al espacio. Ella contiene el deseo y la decisión y algo que va a determinar el éxito, la dirección. Esto es muy importante en la meditación porque si verdaderamente quieres meditar, que es hacer contacto con tu alma, y le das una dirección egoísta a la energía que pones en ello, nunca vas a llegar a tener un éxito completo. El alma es la fuente de todo amor, en ella no hay una pizca de egoísmo. El servicio, el darse en bien de los demás, es su instinto, así como el deseo de autosatisfacerse es el instinto de la personalidad. Por lo tanto, cuando vamos en pos del contacto con el alma, tenemos que tener una intención que no contenga elementos de egoísmo para que nos impulse en la dirección correcta.
Si quieres meditar para sentirte bien, de seguro que al hacerlo lo vas a lograr, te relajarás, ganarás fuerzas y hasta gozarás de buena salud, pero no habrás hecho un verdadero contacto con tu alma que es la que guarda los más grandes tesoros para ti. Querer sentirse bien es bueno y hasta un deseo genuino, pero no es la correcta intención que debes tener al meditar porque contiene un poquito de egoísmo. Pero si tu intención es servir a la humanidad, ayudar al planeta, hacer algo para que el Plan de Dios se establezca en el mundo, entonces la dirección que toma tu energía, al no contener nada de egoísmo, es la correcta y te va a permitir un contacto con tu alma mucho más directo y en menos tiempo.
Si tienes presente que eres parte de ese gran todo que llamamos humanidad, puedes introducir en tus actividades el sentido de que cada cosa que mejoras en ti, mejora a la humanidad. Este pensamiento te ayuda a lograr la correcta intención que es la energía dinámica que te impulsa a lograr la meta trazada.
Hay un sabio tibetano que definió el pecado como pérdida de tiempo en el proceso de evolución. Con la correcta intención ganamos tiempo...
Esta es una clave muy importante, no la subestimes, aquí radica gran parte del éxito de la meditación. Entonces, lo primero a tener en cuenta es la correcta intención. Antes de empezar a meditar puedes decir la siguiente plegaria:
Amado Padre Celestial, quiero servirte a través de mi meditación.
Que mis energías sirvan para aumentar la luz en el mundo.
Que mi amor vaya a aliviar los corazones necesitados.
Que todo lo que pueda lograr como fruto de esa meditación sea para tu Gloria.
Puedes usar cualquier otra oración que contenga la idea del servicio. Hasta un pensamiento bastará si se hace con profundo sentido. Existe un mantram que es muy poderoso porque contiene una fuerte intención hacia lo divino y es utilizado por los discípulos que sirven intensamente el Plan.
En el Centro de la Voluntad de Dios permanecemos.
Nada ni nadie, ni siquiera nosotros mismos, podrá jamás apartar
nuestra voluntad de la suya.
Complementamos esa voluntad con el amor.
Nosotros, el triángulo divino, por amor a nuestros hermanos,
en el cuadrado servimos.
El triángulo representa al alma, tu parte divina y el cuadrado a tu personalidad. Esta afirmación dice que te comprometes a trabajar como alma en el mundo de los hombres. Es muy probable que no signifique mucho para ti en un principio pero, a medida que avances en tu meditación, verás como asumirá un significado muy grande y se convertirá en una corriente de energía que te conducirá al lugar ... donde la voluntad de Dios es conocida.
II - MEDITA EN GRUPO
Esta es otra de las grandes claves para la meditación. Fíjate lo que sucede. La conciencia que tiene el alma es una conciencia grupal con capacidad de acceder al todo del cual es parte, y la conciencia de la personalidad es una conciencia individual, que no va más allá de la persona. Este es el motivo del porqué a mucha gente se le hace tan difícil meditar. No quieren dejar de lado su conciencia de individuo y con ella quieren hacer contacto con su alma que no tiene ese tipo de conciencia. Es una contradicción. Es como querer nadar en contra de la corriente. Uno se cansa mucho. Cuando meditas solamente pensando en ti y en el beneficio que vas a obtener, estás tomando un camino muy largo y con muchos ramales. En cualquiera de ellos te puedes perder. Puedes entrar al mundo del astralismo, ese mundo emocional de espejismo y distorsión, en donde están todas las imágenes creadas por la emoción humana, como las imágenes que ves en el cine. El problema radica que en el cine tú sabes que lo que ves es una mera proyección, una película, pero cuando éstas imágenes aparecen en tu mundo interno, producto del contacto con el plano astral o emocional, te confundes y crees que son reales y son también, al igual que en el cine, meras proyecciones. También te puedes perder en las mil y una veredas del plano mental de la humanidad y sus elucubraciones, que te hacen creer dueño y señor de la verdad. Si te introduces en esos caminos tortuosos no quiere decir que te condenas, simplemente pierdes mucho tiempo, mientras tu alma espera por ti. La meditación grupal es como una inmensa avenida de luz que te conduce directamente al reino del alma, más allá de la emoción, más allá de la mente.
Es muy importante que distingas la meditación grupal del hecho de juntarte con tus amigos a meditar. En la meditación grupal comienzas a tomar conciencia de que tus compañeros y tú son una misma cosa, son la Humanidad, y te fundes con ellos, sin distancias ni diferencias. Meditación grupal es disolver las fronteras de piel, de sentimiento y de pensamientos que nos separan de nuestros compañeros para formar un organismo nuevo, producto de la unión de todos. Es perder, por un momento, la conciencia de separación para disolvernos en la gran fraternidad humana.
La personalidad suele estar temerosa de la conciencia grupal porque cree que, en ella, puede perderse. Había una vez una gotica de agua que se encontraba temblorosa, frente al mar, porque tenía miedo de perderse en el gran océano y sabía que si se quedaba fuera, el viento la iba a secar. Temerosa se lanzó y cuál sería su sorpresa al comprobar que ella era el mar. Esto mismo le sucede al individuo que teme perderse en la conciencia grupal; cuando por fin decide lanzarse a esta gran aventura interna, se expande tanto, tanto y tanto, que se da cuenta que en vez de perderse, lo que hace es crecer.
Cuando medites en tu casa, en la soledad de tu lugar preferido, únete mentalmente a tus compañeros de manera que le des a tu meditación la dimensión grupal que tanto ayuda a acceder a la conciencia de tu alma. Puedes elegir a un amigo especial, a todo un grupo, a todos los discípulos de los diferentes Maestros, a toda la humanidad. Como prefieras.
III - HAZ UN VACIO
La forma más efectiva de meditar y hacer contacto con el alma es haciendo un vacío. Soltando, con cada exhalación, todo aquello que nos preocupa, que nos limita, que nos aprisiona, que de alguna forma nos mantiene atados al diario vivir. Es soltar todos los apegos, tanto los malos como los buenos. Es quedarnos simplemente en contacto con la vida, sin pensamientos, emociones o acciones.
Un vacío es un espacio neutro. En nuestra mente, el intervalo entre dos pensamientos es la zona neutra que permite la entrada de ideas superiores que no están condicionadas por el pensamiento de todos los días. Porque si estás repitiendo pensamientos, los nuevos no caben, no llegan. Por lo tanto, sólo en los espacios vacíos de la mente, en los intervalos, es que se produce lo que se conoce por inspiración.
El vacío, el espacio neutro, se produce en nuestra vida diaria cuando nos mantenemos en el medio de dos polaridades sin tomar partido cuando, siendo capaces de ver lo bueno y lo malo de ambas partes, nos situamos en el medio, sin defensa ni ofensa, sin juicio de ningún tipo. Inmediatamente se produce una energía que tiende a la armonía porque estás equilibrando los platillos de la balanza. Y lo mágico es que surge el amor como algo natural, porque el amor es la sustancia de los espacios neutros.
El punto culminante en la meditación se produce cuando en ella alcanzamos el vacío. Porque entramos en una zona neutra de la conciencia que nos permite el contacto con nuestra dimensión divina. Es como unir el cielo y la tierra. Porque en las profundidades de la materia, en sus espacios neutros, está la fuerza del Espíritu. Cuando alcanzamos un estado de profundo vacío, hacemos contacto directo con la divinidad desparramada por toda la creación y producimos redención en nuestra materia y en todo lo que nos rodea. Te recuerdo que redimir es imponer una vibración superior sobre otra inferior. De esta manera, estamos cambiando la cualidad de la materia, la estamos sutilizando.
Si en tu meditación, después de soltar tus apegos, expandirte y dejarte fluir libremente, visualizas un vórtice de energía que gira vertiginosamente y te metes en él y giras con él, puedes llegar al vacío más fácilmente. Acuérdate que siempre hay una gran diferencia entre visualizar y encarnar. Para llegar al vacío, tienes que convertirte en ese vórtice de energía, tienes que encarnarlo, sentirlo, vivirlo. De todas maneras, el hecho de visualizarlo es un primer paso, te ayuda a llegar al segundo paso, que es el verdadero.
IV - INVOCA A LOS ANGELES
Los ángeles son la sustancia misma de la energía. Ellos, en su infinito movimiento, van substanciando los éteres, dándole forma al pensamiento de los hombres. Toda creación requiere de la participación, tanto de los hombres como de los ángeles. Podemos decir que son nuestra contraparte. Se dice que el hombre piensa y el ángel construye. El ángel evoluciona amando para llegar a pensar. El hombre evoluciona pensando para llegar a amar. El reino angélico, en relación con el reino humano, es femenino, y el reino humano en relación con el reino angélico es masculino.
Los ángeles siempre están presentes en nuestra meditación, por eso es muy importante que trabajes conscientemente con ellos. Los puedes invocar para que te acompañen. Al ángel se le atrae con el amor y con la belleza. Unas flores naturales, un aroma sutil, una música que eleve la vibración, son elementos que permiten el acercamiento a los ángeles.
Es importante que notes la diferencia entre los elementales y los ángeles. Los elementales son los espíritus de la naturaleza, aquellas unidades de vida que son la energía detrás de todas las formas físicas. Ellos son grandes servidores de Dios; son la vida inteligente de la materia. Pero en la meditación, como lo que queremos es unirnos al alma, no invocamos a los elementales, sino a los ángeles que, habiendo salido de la etapa elemental, están en la línea evolutiva igual que nosotros. Ellos se dirigen hacia la gran Unidad y no hacia el mundo de la multiplicidad. Hay grandes ángeles, así como hay grandes hombres; hay ángeles Maestros, así como hay grandes Maestros.
Cuando el trabajo en la meditación se hace con la participación consciente de los ángeles, los resultados son siempre muy superiores. Se nos ha dicho que la nueva etapa humano-dévica (en Oriente a los ángeles se les llama Devas) difiere de las anteriores en la unión libre y voluntaria de los ángeles y los hombres, cuando ambos, con su aceptación mutua al trabajo, forman la ecuación perfecta. De esta manera pueden unirse tan profundamente que en el vórtice de energía no se puede distinguir donde empieza el ángel, dónde el hombre.
Los ángeles se están acercando a la humanidad. Este acercamiento está siendo presentido por todos. Vemos cómo hay un resurgir de la presencia angélica por todas partes. Encontramos libros, música, estatuas, pinturas, todo tipo de objetos inspirados en ellos. Si quieres en verdad profundizar sobre este tema, te recomiendo el tratado más completo que se ha escrito sobre los ángeles. Su autor es Vicente Beltram Anglada, quien escribió: Las Fuerzas Ocultas de la Naturaleza, La Estructuración Dévica de las formas, Los Ángeles en la Vida Social Humana.
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