La reflexión que vas a leer a continuación no es solamente un conjunto de palabras correctamente ordenado, sino la esencia de una meditación o de una experiencia.
Si la aprendes de memoria, estará bien, pero solamente surte su efecto si la lees con el corazón, y si la dejas que se repita dentro de ti para que la comprendas y la integres.
Déjala que peregrine dentro de ti, que se expanda, que te llene, que te hable más allá de lo condensado…
HEMOS DE APRENDER A DETENERNOS, A EXIGIRNOS DIARIAMENTE UN MOMENTO DE CALMA, DE RESPIRO INTERIOR EN EL QUE NUESTRA REFLEXIÓN TENGA SÓLO UN PROTAGONISTA: NOSOTROS.