CÓMO EVITAR DISCUTIR CON MI PAREJA
Una discusión de pareja es quizá uno de los momentos más desagradables que enfrentamos de manera cotidiana en una relación.
Y es que ambos acaban molestos, sensibles, se dicen cosas que no querían/debían decirse, y al final lo que queda es un enorme malestar entre ambos. Pero muchas veces resulta posible evitar miles de discusiones si vamos directo al grano o aprendemos a reflexionar y ser más pacientes. Te damos algunos consejos para que descubras cómo evitar discutir con tu pareja y mejorar la relación.
INSTRUCCIONES
En primer lugar es bueno entender que evitar una discusión con tu pareja no es lo mismo que callarte lo que sientes, o que ignorar aquello que te molesta del otro. Se trata más bien de simplificar aquellas situaciones cotidianas que nos generan malestar y definir cuál es la raíz del problema, qué nos molesta, en lugar de tener mil discusiones siempre por lo mismo usando distintas excusas.
Cuando discutimos con nuestra pareja muchas veces usamos excusas o situaciones para hablar de un problema que siempre es el mismo, pero reflejado en distintos aspectos, lo que sin duda se traduce en muchas discusiones que pudieran ser realmente solo una.
"Siento que no nos estamos comunicando bien" en lugar de "no llegaste a la hora que te pedí", "siempre me preguntas lo mismo" "parece que no entiendes cuando te hablo", " a veces siento que no me escuchas", etc.
Reflexionar acerca de aquello que nos molesta del otro y tomarnos el tiempo para ir a la verdadera raíz del problema es una buena forma de evitar discusiones.
Compartimos nuestra vida con una pareja porque, al menos en la teoría, nos une el amor y el respeto. Por eso es importante entender que no se trata de una competencia constante para ver quién tiene la razón y quién no.
Para evitar discusiones y las consecuencias posteriores, la típica incomodidad después de una pelea, es importante disminuir la hostilidad, y esforzarnos por entender qué es lo que realmente nos molesta y cómo podemos hacerle llegar al otro la información sin resultar ofensivos o perder el control.
En ocasiones, y para evitar discutir con nuestra pareja, accedemos a hacer cosas que nos generan molestia. Esa es una estrategia que quizá funciona para contratiempos simples y cotidianos, pero cuando se trata de verdaderos problemas, más que acceder sin querer, resulta importante aprender a escucharse mutuamente.
A veces nuestra pareja expone un punto en el que tiene razón, pero es tanto nuestro deseo de ganar la batalla, que nos cuesta escucharle y entrar en razón. Una vez que comprendemos que no se trata de una competencia, también entendemos que no se trata de ganar nada y que escuchar lo que el otro tiene para decir es importante para avanzar.
Si un contratiempo diario refleja una situación más profunda que te molesta, no pierdas el control e inviertas energía en intensas discusiones que no llevan a ningún lado. Lleguen a una solución inmediata para resolver aquello que deben resolver y, cuando ambos estén más calmados, conversen acerca de lo sucedido, de este modo la manera de aproximarse al conflicto es completamente distinta, y podrán ir directo a la raíz del problema.
Cuando vivimos en pareja es importante aprender a manejar nuestro ego, culpable de que muchas veces se generen discusiones innecesarias. Ceder cuando lo creemos oportuno es una herramienta importante que debemos incluir en nuestra relación, y que ayudará a evitar muchas discusiones.
Recuerda que la negociación es parte de la relación y que vivir en pareja no se trata de un juego de poderes.
Una discusión debe conducir a la resolución del problema. Si no es así ha sido vana. Por eso es importante comprender que cada vez que discutimos con nuestra pareja debemos intentar encontrar soluciones para el conflicto con las que ambas partes se sientan cómodas.
Una discusión solo para ofender no solo es inapropiada, sino que además resulta nociva, desgastante y no lleva a ningún lugar.
Cuando la situación se sale de nuestras manos y llegamos a un punto en que nos resulta imposible evitar cualquier tipo de discusión, es importante detenernos a reflexionar.
Hay casos en los que es necesaria la ayuda de un especialista para recuperar el control de la relación y aprender a vivir de una forma más respetuosa y adecuada, por eso no lo descarten si es el caso. Una terapia de pareja puede serles de gran utilidad.
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