SE NECESITA MUCHO TIEMPO
Se necesita mucho tiempo para reconciliarse consigo misma, pues son los pasos pequeñitos, los tropiezos, los errores, las alegrías y las lágrimas, las que te van enseñando cada día a formarte, a crecer, pero sobre todo a reconocerte.
Y es lo que te va dando motivos para avanzar: durante el tiempo que estés segura y confíes en ti, y así puedes hacer posible que los de tu alrededor también tengan un profundo cambio y una renovación cada día.
Se necesita mucho espacio, para encontrarte a ti misma, para poder conocer el rumbo que has de tomar, para entrar en lo más profundo de tu ser, y una vez que lo hayas hecho e interiorizado, poderlo irradiar hacia el exterior.
Porque está dentro de ti poder llega a cada alma , no por obligación, ni por aconsejar, ni por hacerte más que otros, sino por tratar de ser coherente contigo y así ampliar los horizontes que tanto te cuesta cuando te cierras la posibilidad de ser feliz, y cerrar las puertas más que abrirlas.
Se necesita mucho templanza, para ser capaz de caminar en paz, para no dar tropiezos por falta de confianza, o por no saber estar, pues con esa paz se aprende a valorar, a no sentirte el centro del universo, consiguiendo sacar tiempo para todo lo que realmente merece la pena e irás dejando atrás esas cuestiones que obstruyen tu forma, tu sentido, y tu evolución; con ello estarás cada día más cerca de poder expresar desde el corazón todo lo bello que llevas dentro, que es más que suficiente.
Se necesita mucho coraje para empezar desde cero, para asumir las adversidades, para saber dar la mano a tiempo y quitar las espinas cuando sea realmente necesario. Pero lo bello es que ese coraje surgirá aunque no lo creas, pues si algo te va enseñando la vida a través de sus estímulos, de los seres humanos, de los detalles, es que para tenerlos no te hace falta nada material, nada externo, es suficiente conocerte, darte la oportunidad y querer salir a flote pase lo que pase, porque sabes el motivo que te impulsa a ello. Y esa es la fortaleza que no siempre sabes valorar y aceptar, pues te escondes bajo una capa de miedos, de comparaciones y de perdidas absurdas de tiempo y espacio.
Se necesita, por desgracia, darse mucho golpes, muchos tropiezos, muchas maneras buenas y menos buenas, también alegrías y lágrimas, para valorarse una y valorar todo lo que se tiene, para mirar con los ojos del corazón y no solo con los de la razón, para poder tolerar, dialogar, sentir la libertad de aquella que lo intenta, aun sabiendo que habrá equivocaciones pero que merece la pena intentarlo.
Porque de todo esto se aprende a ser como se es y a caminar por esta vida, que no es más ni menos que la que tú te planteas en tu día a día, que es la que tú quieres porque no te dejas embaucar por las grandes depresiones, sino que haces de cada día algo diferente, aun sabiendo que nunca es fácil, pero que si no lo haces tú, nadie lo hará por ti.
Se necesita mucho valor para caminar bajo el sol cuando arde, cuando no se sabe el rumbo, cuando una se pierde en las culpabilidades, comparaciones, los dimes y diretes y no se concentra en lo que verdaderamente importa, que es la vida en sí, que es la que tienes, la que haces posible, la que te da oportunidades cuando no te cierras a ellas, cuando no buscas siempre lo negativo y vas avanzando poco a poco, porque así lo crees y lo necesitas, pues a pesar de no ser la única, eres lo suficiente inteligente para sentir que si caes tú caerán también las personas que quieres por no mostrarles que la vida es algo que merece ser vivida con coherencia y dignidad.
Se necesita ser una misma, se necesita tener objetividad, se necesita olvidarse de aquello que obstruye e intentar siempre mirar adelante no con nostalgia sino con ese poder que te da la magia de saber quién eres, qué eres y cómo eres, y eso es algo que intentamos, somos y lo contamos ¿que más podemos querer?
Esther Sánchez Orantos
