DEPENDENCIA EMOCIONAL: UN VACÍO AFECTIVO DIFÍCIL DE LLENAR
Escrito por Jaquelina Pievaroli
¡Hola a todos!
En éste artículo me gustaría retomar el tema de la dependencia emocional visto desde el vacío afectivo, es decir esa sensación de agujero negro imposible de colmar y que tiene sus efectos en muchas áreas de nuestras vidas (amorosa, laboral, profesional, filial…).
Cuando hablamos de vacío emocional nos referimos a una necesidad insaciable de afecto y amor debido a la sensación de soledad, insatisfacción e infelicidad eternas que sentimos nos han acompañado durante toda nuestra vida.
No es un malestar que sabemos que es pasajero.
Ésta sensación puede verse agravada en situaciones puntuales de nuestras vidas como son las de atravesar por duelos, separaciones afectivas, pérdidas de trabajo o de estatus, etc.
Podremos ver como el vacío se hace más evidente y los intentos por llenarlo serán más drásticos.
CARACTERÍSTICAS:
Una fuerte necesidad de sentirnos acompañados, un rechazo total a la sola idea de la soledad.
Necesidad imperiosa de la aprobación constante de los demás. El valor que tenemos de nosotros mismos dependerá exclusivamente de lo que opinan y piensan de nosotros nuestro entorno.
Gran miedo al rechazo, la no aceptación de nuestra personalidad y de nuestra intimidad. De ésta forma tememos decir lo que pensamos por si ofendemos a alguien ya que implicaría no ser queridos.
Dificultad para poner límites, decir que “no” o tomar decisiones. Al no decir que no, ni tomar decisiones, podemos controlar mejor lo que quiere el otro para así agradarle más y no generar discordia o discusión. Además de librarnos de la responsabilidad de nuestras acciones porque supuestamente siguen los consejos o las opiniones de los otros.
Falta de respeto a nosotros mismos y a nuestros propios deseos. Lo prioritario acaban siendo las necesidades y deseos de los demás produciendo una anulación de la propia persona. Por esto terminamos diciendo que “sí” cuando en realidad queríamos decir que “no”.
Tenemos siempre la sensación de que damos más que recibimos, que apreciamos más que lo que nos aprecian.
Entendemos las relaciones amorosas desde el apego, la exclusividad, la sumisión y la fusión.
Pre-existe en nosotros la creencia de que el mundo es hostil y que por esto somos infelices y usamos la queja como forma de victimizarnos.
Esperamos que los cambios vengan dados desde afuera.
Éstas características marcan un sinfín de conductas nocivas para la propia persona y establecen relaciones donde el sufrimiento es su mayor vector.
Por lo tanto aquello que tanto se busca, que es ser amado no termina siendo el resultado final.
Vemos que si actuamos desde el vacío emocional nuestras conductas pueden terminar siendo adictivas, compulsivas y autodestructivas como formas de buscar llenar el vacío o negarlo.
En estas decisiones se va perdiendo la propia identidad, autonomía y respeto a sí mismo.
TRABAJAR SOBRE LA AUTOESTIMA:
Requiere de nosotros cuestionar las bases sobre las que estábamos tomando decisiones, sosteniendo relaciones y creando nuestra realidad.
ALGUNAS A TENER EN CONSIDERACIÓN SON:
La diferencia no implica rechazo.
No debemos obedecer ciegamente a lo que nos dicen los demás.
No es nuestra obligación tener contentos a los demás ni somos culpables de su enojo o su ira, como los demás tampoco son responsables de nuestra felicidad o frustración. Cada uno de nosotros es responsable de sí mismo.
La amenaza de abandono afectivo no implica que nosotros no valemos para ser amados, soy consciente de que cada cual puede amar o no a quien quiera.
Recordarnos que tenemos herramientas para sostener nuestros deseos y decisiones.
No tenemos que ser perfectos para ser amados, ni coincidir en todo lo que pensamos. Animarnos a aceptar que puede haber aspectos de los demás o de nosotros mismos que no nos gustan y esto no desvaloriza a toda la persona.
Si tenemos una fuerte sensación de ira, frustración, enojo, miedo vienen de mis vínculos tempranos afectivos que por una u otra razón fueron afectados. Estas emociones se actualizan en el presente. Tenemos la entereza y la fuerza emocional para ocuparnos de ellas.
Darle expresamente un espacio creativo a nuestros pensamientos, emociones y deseos.
Aprender a tomar decisiones por nosotros mismos, teniendo en cuenta primero lo que nosotros pensamos, sentimos y queremos. Respectar la decisión de los demás y que tales decisiones no afectan a nuestra autovaloración.
Utilizar la queja para buscar soluciones factibles colocándonos en un lugar activo frente al cambio.
Tener en cuenta que la frustración, las dificultades y los errores son parte de la vida y del aprendizaje y que éstos no descalifican tus habilidades.
Un saludo para todos,
http://www.psicologoenbarcelona.com/psicoterapia-barcelona/item/42-dependencia-emocional-vacio-afectivo.html