CÓMO SENTIRSE BIEN CON UNO MISMO
Por Ana Muñoz
Hay muchos motivos por los que las personas pueden no sentirse bien consigo mismas. Ya sea por motivos relacionados con la apariencia física, por no haber podido alcanzar ciertas metas, por tener determinados defectos o a causa de debilidades o rasgos de la personalidad que una persona detesta en sí misma, la gente encuentra continuamente motivos para odiarse y pasa por alto con demasiada frecuencia los motivos para sentirse bien consigo misma.
Aunque todos tenemos defectos o aspectos de nosotros mismos que no nos gustan, algunos se aprecian a pesar de todo mientras que otros pueden acabar sintiendo un tremendo odio hacia sí mismos. La mayoría, en cambio, suele situarse en un término medio entre estos dos extremos, con días o rachas en las que se sienten contentos y orgullosos de sí mismos y otras en las que sucede todo lo contrario.
Si pasas más tiempo del que te gustaría en el extremo del odio hacia ti mismo, significa que necesitas aprender a sentirte mejor con la persona que eres. Para lograrlo:
1. Deja de vivir en el pasado. Usa el pasado solo como fuente de información para aprender, para evitar repetir errores y para cambiar comportamientos. Cuando te encuentres volviendo al pasado para lamentar oportunidades perdidas o criticarte, detén ese pensamiento y céntrate en el momento presente con intensidad.
2. Deja de vivir en el futuro. Mirar hacia el futuro sirve para hacer planes, trazar metas, imaginar la vida que deseas y los pasos que has de da para conseguirlo y para prever posibles problemas y buscar soluciones. No obstante, hay quien vive en el futuro preocupándose continuamente por todo lo malo que le puede pasar, con una actitud pesimista y desesperada. Si te descubres mirando hacia el futuro de este modo destructivo, detén ese pensamiento y céntrate en el momento presente con intensidad.
3. Utiliza el mindfulness. En los dos puntos anteriores he escrito la misma frase: centrarse en el presente intensamente. Esto es lo que se llama mindfulness. Cuando tu mente se descontrola y se va al pasado o al futuro de un modo destructivo, hay una forma de controlarla: controlando tu atención controlas tu mente. Y en esto consiste precisamente el mindfulness. Por tanto, aprende todo lo que puedas sobre esta práctica. Cuando más practiques, mayor será el control que tienes de tu propia mente, de ti mismo y de tu vida.
4. Ten cuidado con las cosas que te dices a ti mismo. Duras críticas, insultos, desprecio, infravaloración… A veces somos nosotros mismos los que nos decimos todas estas cosas y luego actuamos como si no pasara nada, como si eso no fuera a ejercer ninguna influencia en nosotros. Pero lo cierto es que influye mucho más de lo que creemos… Haz clic en el enlace para seguir leyendo este artículo.
5. Aprende a perdonarte. La vida es difícil, la sociedad en la que vivimos es muy complicada, aprender el mejor modo de relacionarnos con los demás puede requerir toda una vida y continuamente nos enfrentamos a problemas, retos y obstáculos. ¿Cómo no vamos a cometer errores continuamente? Lo raro sería no cometerlos. Acepta que los errores son inevitables y aprende a perdonarte. Sobre este tema puede interesarte el siguiente artículo:
6. No olvides tus puntos fuertes. Tendemos a dar por sentado e ignorar las cosas buenas y a machacarnos por las malas. Puedes ser una persona competente e inteligente que ha fracasado en algo y en ese momento solo reconoces tu fracaso y olvidas que sigues siendo competente e inteligente. O puedes ser una persona amable y cariñosa a quien han tratado mal y entonces te ves como alguien indigno de amor o despreciable y te olvidas de que sigues siendo una gran persona. O puede que un problema te haya superado y te sientes débil e incapaz, olvidando que tu debilidad puede proceder también de esa misma sensibilidad que te aporta compasión y altruismo. Por tanto, ten siempre presentes las cosas buenas que hay en ti y no las olvides precisamente cuando más necesitas recordarlas, pues siguen estando ahí.
7. Ten siempre una meta por la que luchar. Busca un objetivo, una meta, un sueño… Si hay cosas que no te gustan de ti o de tu vida, proponte como objetivo hacer cambios. Ve poco a poco, una pequeña meta cada vez. Las metas no solo sirven para hacer cambios en tu vida y mejorar, sino que tienen un poderoso efecto psicológico: aportan sentido y dirección a ti vida, te motivan y te hacen sentir bien contigo mismo conforme las vas alcanzando. No tienen que ser grandes metas. Muchas metas pequeñas (que vayas alcanzando una a una y poco a poco) pueden servir y son más fáciles de alcanzar. Estos son algunos artículos relacionados con las metas que pueden interesarte:
8. Cultivar la autoaceptación. Este es otro artículo que puede interesarte, centrado en las críticas a uno mismo, sus principales causas y cómo aprender a aceptarte más y criticarte menos.
Y, por supuesto, haz cosas que te hagan sentir bien cada día, aunque solo sea escuchar música un rato. Estas pequeñas cosas son mucho más importantes de lo que pueda parecer.