“Estamos aquí para aprender la lección definitiva: el amor sin condiciones ni cadenas”.
Olga Menéndez
Olga Menéndez nos explica que existen lazos de amor indisolubles, que llevamos con nosotros de una vida a otra. Y también lazos de dolor no resuelto.
¿Y si ese conocido al que hacía 20 años que no veías, con el que en la segunda frase ya estabais hablando un lenguaje común sobre el tema que más te interesa en la vida, resulta ser tu alma gemela? Cinco frases y "tengo que irme, me esperan", sin ni siquiera pedirle su número de teléfono. Sin darle la menor oportunidad al asombro.
¿Y si ese desconocido con el que te acabas de cruzar y en cuya mirada te has encontrado, resultara ser tu flama gemela, más aún, tu rayo?
Según la autora de "Rompiendo lazos" (Obelisco), tu misión más importante en esta vida es resolver tus cuestiones pendientes y aprender la lección definitiva: el amor sin condiciones ni cadenas.
¿Ya venimos al mundo con nudos emocionales?
Definitivamente, sí. Ya llegamos con nuestro equipaje en el inconsciente, como un disco duro donde está grabada toda la información, predisposición, situaciones, emociones que no hemos resuelto.
¿Y de dónde procede todo eso?
De nuestra experiencia en otras vidas. Nuestra principal misión en esta vida es resolver todos esos lazos que nos atan, todos esos conflictos emocionales sin resolver.
¿Y si no?
Si no, te puedes pasar toda la vida repitiendo pautas, cayendo en los mismos errores. Por ejemplo, atrayendo siempre el mismo tipo de relaciones abusivas, fracasos económicos, etc. Por otra parte, si vas acumulando emociones sin resolver, el cuerpo acabará pasándote factura en forma de malestar, cansancio, enfermedades y sensación de vivir una vida sin sentido.
¿Cómo liberarse de estas ataduras?
Hay muchas técnicas, pero a mí, personalmente, la que más me convence es la de la Phyllis Cristal (jungiana), que es la que utilizo y la que explico en mi libro "Rompiendo lazos" (Obelisco). Es una técnica que llega muy profundo en el inconsciente y puede cortar de raíz estos bloqueos emocionales.
¿Y cambia algo en las relaciones, en la situación en sí misma?
Sí, pero sólo porque has cambiado tú. Cuando cortamos los lazos, no debemos esperar que las personas a nuestro alrededor cambien; los cortes los hacemos para cambiar nuestros propios patrones y defectos. Y eso es lo que permite el cambio en la relación y la solución del problema.
Usted dice que el cuerpo físico que vemos es sólo una parte de lo que somos; que, de hecho, tenemos varios cuerpos.
Sí, lo que pasa es que nos hemos ido identificando con el cuerpo físico por necesidades de supervivencia, en épocas en las que había que protegerse continuamente, cazar, etc., y nuestro cerebro ha acabado condicionándose a percibirlo sólo a él. Hemos ido bajando nuestras vibraciones y, finalmente, el nervio óptico sólo percibe los cuerpos físicos pero ha dejado de percibir otras realidades.
¿Cómo cuáles?
Como el cuerpo etérico, que es esa tenue silueta de luz, de unos dos centímetros, que rodea a tu cuerpo físico. Es el cuerpo que te proporciona vitalidad o electricidad y responde a tratamientos como el reiki, la homeopatía, etc.
¿Existen otros cuerpos?
Sí. Entre ellos, el cuerpo emocional o astral, que es donde guardas todas tus emociones y ataduras negativas; el karma, podemos decir. Y el cuerpo mental, que mucha gente denomina "aura", formado por todos tus pensamientos, conceptos, etc.
¿Cómo son estos cuerpos?
Para cada persona es diferente. Hay personas que tienen un cuerpo emocional muy denso y sucio, cargado de ataduras. En su estado más perfecto y limpio debería ser blanquísimo, como un huevo lleno de luz. Pero nunca he conocido a nadie así. El cuerpo mental cambia continuamente de color, dependiendo de nuestros pensamientos. Todos estos cuerpos están conectados.
Usted afirma que la atracción o el desagrado que sentimos a veces hacia otra persona que acabamos de conocer son debidos a experiencias previas en otras vidas. ¿Cómo detectar que podemos tener asuntos pendientes con estas personas?
Por las emociones. El problema es que, en general, las personas estamos muy desconectadas de las emociones y por eso nos pasan desapercibidas estas reacciones y su origen. Deberíamos tener más contacto con lo que sentimos y dónde, en qué parte del cuerpo. Cada parte del cuerpo que siente una molestia, o lo que sea, está manifestando una emoción. Si es desagradable, es que tu vínculo previo con esa persona, lugar, etc. ha sido conflictivo. Pero también puede estar diciéndote que existen lazos de amor.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, puedes estar comprando en el súper y tienes un encuentro significativo con la mirada con una persona desconocida. Lo que sientes en las miradas nunca miente. Pero no le das importancia, es posible que ni siquiera hayas percibido tu propia sensación, y vuelves a los trámites. Y puedes estar perdiéndote una experiencia maravillosa.
¿Cómo qué?
En ese caso, de amor, pero siempre de aprendizaje. Todo es un espejo, todo en la vida te está enseñando algo de ti; si es desagradable, para que lo resuelvas. Solemos responder a las dificultades con quejas como "¿por qué me pasa esto a mí?", "¿por qué todo me va mal?", etc. En lugar de eso, podríamos comprender que la vida nos está dando la oportunidad de que resolvamos algo que tenemos pendiente.
Dice en su libro que cuando alguien vibra muy bajo y tiene contacto con una persona más evolucionada, que vibra muy alto, puede tender a agredirla. ¿Por qué? ¿Hablamos de envidia, celos, o hay algo más?
Porque ante la luz, toda tu sombra se pone más en evidencia, te das cuenta de todas las cosas que tienes por resolver y saca a flote tus demonios interiores. En forma de envidia, enojo, resentimiento. de diferentes maneras.
¿Cómo puede la otra persona protegerse de esta agresión?
No lo necesita, una persona más desarrollada no se engancha con esto, ni lo siente. Si te preocupa demasiado, es que tus vibraciones no son tan altas; tú también tienes algo que resolver y la otra persona te está ayudando a verlo.
¿Qué son los "vampiros energéticos"?
Son aquellas personas con las que te sientes agotada, o con un gran sentimiento de culpa, o te están manipulando. Las reconoces cuando, de repente, cuando aparecen, te sientes muy cansada. Todos somos vampiros. Todos estamos atados y robándonos energía mutuamente. Es una equivocación, porque esa energía que robamos sólo nos dura un momento, no es una energía real, es sólo una ilusión de conquista. Cuanto más alto vibramos, menos necesitamos vampirizar a los demás, porque tenemos nuestra propia energía sólida y estable.
La familia suele ser una buena escuela de aprendizaje.
Con la familia solemos mantener los karmas más pesados, porque te pone en la situación de resolverlos con amor. Fuera de la familia, puedes alejarte de una relación o situación difícil; pero no lo haces, por ejemplo, con un hijo. El amor te hace que lo perdones todo y te mantiene insistiendo en la resolución del problema.
Los lazos de amor nunca se pueden romper.
Nunca. Sólo puedes resolver los problemas emocionales que surgen en torno a una relación y su causa, pero los lazos de amor son indisolubles y los llevas contigo vida tras vida.
Existen un tipo de personas más compatibles que otras. Usted habla, por ejemplo, del "complemento divino". ¿En qué consiste?
Es tu espejo, cualquier persona o lugar que saca a relucir tus lazos pendientes, para que los resuelvas. Pero si no eres consciente de la oportunidad, lo puedes vivir simplemente como un problema y alejarte. A menudo nos casamos con nuestro complemento divino. Es esa persona que nos atrae (porque muy en el inconsciente vemos la gran oportunidad) pero enseguida empezarán a manifestarse los "problemas" y acabaremos cortando con ella.
También hablas de "almas compañeras".
Tenemos una especie de contrato con ellas desde antes de nacer, para aprender algo. Es el caso, por ejemplo, de una madre que tiene una hija esquizofrénica. Vas a aprender mucho de amor y de aceptación. Y la hija también hará su propio aprendizaje.
"Expresión divina".
Es cualquier persona que tiene un gran impacto en tu vida, que puede hacer que incluso cambie de dirección, aunque luego nunca vuelvas a verla. Es el caso, por ejemplo, de un conferenciante o una compañera en un taller o seminario, a la que no volverás a ver, pero ha dicho algo que te llega y tiene efectos decisivos en tu vida.
"Compañera gemela".
Son almas con las que has ido evolucionando. Pertenecen a una misma asociación o grupo altruista a favor de la humanidad. Son las personas con las que trabajas en conjunto para llevar a cabo grandes propósitos. Pueden ser personas que colaboran activamente con grupos como Greenpeace o Amnistía internacional, o un centro budista en la ciudad o cinco amigas que recogen gatos en la calle.
"Almas gemelas".
Son un regalo. Son esas personas con las que te entiendes sólo con una mirada. Absoluta compatibilidad. Es como aire fresco en tu vida.
"Flamas gemelas".
Estás conectada con estas personas por el chakra del corazón. No puedes romper este lazo. Son las grandes historias de amor. Pero no siempre las encuentras en esta vida. Si tienes la suerte, un encuentro amoroso puede ser una gran, intensa experiencia. No importa el sexo.
"Rayo gemelo".
Según la mitología, es la persona/alma con quien eras uno en el origen, cuando todos los seres eran andróginos. Estáis unidas por todos los chakras. Las dos personas tienen la misma misión en la vida y hacen lo mismo, aunque vivan en países diferentes y nunca lleguen a encontrarse. Un encuentro amoroso entre estas personas es como la realización última.
ROMPIENDO LAZOS.
¿En qué consiste la técnica de Phyllis Cristal que utilizas?
Meditación, visualización; es una experiencia personal en la que te sitúas mentalmente delante de la persona, situación o emoción que te provoca el conflicto. Esto lo haces cada día, una o dos veces, durante 14 días, que es el tiempo que tarda el inconsciente en acabar de asumir una experiencia nueva. Durante este tiempo pasan muchas cosas en tu cuerpo y en tu mente, todas llenas de significado, y te vas dando cuenta de muchas cosas, como si fueras destapando capas cada vez más profundas. Cada corte con una capa, con un bloqueo, te lleva al siguiente.
Y en lo que respecta a la vida cotidiana, ¿cómo se manifiesta, qué impacto tiene, durante estos 14 días?
Eso es muy curioso porque te das cuenta de que si estás trabajando, por ejemplo, con el miedo, continuamente te encuentras con situaciones de miedo: películas, libros, situaciones. Y lo mismo si estás enfrentándote al dolor, la ira o lo que sea. Tu bloqueo se hace presente, lo ves por todas partes, hasta que desaparece.
¿Esta práctica hay que realizarla siempre con una guía, una persona experta que te dirija en el proceso?
No es necesario. Yo realizo talleres en los que dirijo a grupos, o bien individualmente, durante 14 días; pero también lo puedes hacer por tu cuenta, en tu casa, siguiendo las instrucciones del libro. Y tampoco es necesario que la persona tenga experiencia previa en meditación. Cualquier persona puede hacerlo.
¿Hay algún momento del día que sea especialmente propicio?
Por la mañana, cuando te acabas de despertar, o bien por la noche, cuando estás a punto de dormirte, porque estás en un nivel cerebral alfa que te permite soltarte más y hacerte más receptiva a lo que ocurre dentro, y trabajar psicológicamente a un nivel más sutil.
Y al final de estos 14 días, ¿qué ocurre? ¿Alguna transformación personal? ¿Cómo le afecta a tu vida cotidiana?
Básicamente: has recuperado tu energía, la energía que le habías dado a una persona, emoción, lugar, enfermedad. Nos pasamos la vida perdiendo energía y regalándosela a todo lo que nos rodea, especialmente a entidades negativas que sólo están ahí porque las creamos y las alimentamos cada día. En el proceso de sanación, las detectamos, cortamos los lazos que nos esclavizan y somos más libres. Recuperamos nuestra energía para utilizarla a nuestro favor y no en nuestra contra.
LOS MENSAJES DEL CUERPO.
A veces, tu cuerpo te está dando señales profundas de que algo no marcha bien.
Esta es la relación que hace Olga Menéndez entre el problema y su causa probable:
Accidentes: Rebeldía contra la autoridad. Enojo.
Acné: No aceptarse a sí mismo.
Adicciones: Rechazo a sí mismo. Miedo.
Alergias: No aceptación. Deseos falsos.
Anemia: falta de alegría. Escaso interés por la vida.
Apendicitis: Miedo. Bloqueo de flujo.
Arteriosclerosis: Resistencia. Tensión. Mente cerrada y rígida.
Artritis: Amargura. Resentimiento. Crítica.
Asma: Expresión suprimida.
Bronquitis: Problemas familiares y descontentos.
Bursitis: Cólera reprimida.
Calambres: Tensiones. Amarres. No soltar.
Cáncer: Resentimiento antiguo. Secreta y profunda pena.
Cataratas: Futuro oscuro.
Catarro: Confusión. Desorden. Penas pequeñas.
Ciática: Miedos económicos y del futuro.
Colesterol: Atascamiento de los canales de la alegría.
Desmayos: Miedo. No poder enfrentar algo.
Diarrea: Librarse de ideas con demasiada rapidez. No absorber lo necesario.
Dolor de cabeza: Tensión. Sentimientos lastimados.
Dolor de oído: Ira. Lo que no desea oír.
Dolor de menstruación: Rechazo de la femineidad.
Envejecimiento acelerado: Creencias sociales. Pensamientos estancados.
Espalda: Falta de soporte emocional (superior) o financiero (lumbar).
Estómago: Miedo a nuevas ideas. Perfeccionismo. Injusticia.
Estreñimiento: Tacañería. Resistencia a soltar ideas viejas.
Fatiga: resistencia. Falta de interés en lo que hace.
Flatulencia: Ideas no digeridas. Tragar aire de miedo.
Hemorroides: Carga. Presión. Miedo de soltar algo.
Infecciones: Irritación. Molestia.
Insomnio: Culpabilidad. Miedo.
Locura: escapismo. Violenta separación de la vida. Huir de la familia.
Moretones: Reacción exagerada a los pequeños problemas de la vida.
Náuseas en el coche: Miedo. Sensación de estar atrapado.
Retener líquidos: Miedo de soltar.
Tumores: Retención de dolores y choques emocionales pasados.
Uñas, comérselas: Rencor contra uno de los padres. Comerse a sí mismo.
Olga Menéndez lleva una década utilizando su técnica de sanación emocional, combinando la metodología de Phyllis Cristal con su desarrollada percepción personal. Dirige talleres de sanación en todo el mundo en los que ha ayudado a más de tres mil personas a resolver sus telarañas emocionales liberándolas para siempre de sus ataduras.