Hay que
Hay que saber perder cuando se conoce que has metido la pata, cuando no has hecho lo que debes, aunque sea por circunstancias adversas, cuando te has metido en un mundo de nervios, de cosas que solo son materiales, pero que nunca son excusas, para no hacer tu responsabilidad, cuando te has dejado llevar por aquello que parece que no es importante, y sin embargo no deja de serlo, cuando te has hecho de tu capa un sayo, y no dejas que entre nada, ni nadie , porque en el fondo estas muy a gusto como estas.
Hay que saber perder cuando te gana el cansancio, cuando no tienes más motivos que para estar en la superficie, sin hacerte consciente de tu realidad, cuando te pueden las cosas, y no sabes luchar contra ellas, cuando no eres tú y pasas a ser otra cosa, con murallas, máscaras y todo lo que obstruye la existencia en este mundo, cuando no eres capaz de ir mas allá y saber que siempre hay una línea que has de seguir , para no perderte a mitad de camino, cuando realmente te dejas de preocupar y empiezas a sentirte hastiada de todo, cuando quieres y no sabes cómo estar, como ser, y cuál es tu forma a mostrar.
Hay que saber perder cuando cambias los términos, cuando no das el significado correcto a las cosas, cuando ya crees haber hecho todo y no has hecho nada de nada, cuando no eres responsable con tu día a día, y te desmoronas sin esperar nada de nada, cuando dejas de ser lo que tienes que ser, para convertirte en un ser ególatra, intolerante, que pasa por la vida por pasar, sin aportar nada, porque como otros lo hacen, por qué vas a ser tu diferente, cuando ya das por perdido todo y no te esfuerzas por mejorar lo que no está bien, ni nunca lo estará, cuando tienes unos principios y los rompes, por querer aparentar lo que no eres, por no saber dar lo mejor de ti, y olvidarte que estas rodeada de grandes personas, que siempre te dan motivos, para continuar y no flaquear.
Hay que saber perder cuando no actúas en consecuencias con tus acciones, cuando solo das por hecho todo y caes en la rutina de los humanos, cuando no valoran, ni saben agradecer nada, cuando te crees el centro del universo, pero no te das cuenta que tienes un gran horizonte, para mostrar que la luz consiste en cosas muy diferentes a las que se ven y se sienten, cuando ante tu falta de perspectiva, te dejas llevar por tu impotencia, por tus excusas, por tus justificaciones, pero no te das cuenta que la vida te va dando caminos a elegir, que no siempre son fáciles, pero son los que hay y están siempre, para que puedas tener la libertad de poder tomar una actitud diferente a la que tienes, cuando te cierras en tu mundo y te olvidas de lo demás, cuando no estas más que para ti y tus cosas y no dejas empapar tu alma, con todo lo bueno que eres y tienes.
Hay que saber perder cuando vas dando palos de ciego, cuando utilizas la violencia o las malas acciones, solo para beneficiarte tú, cuando no sabes ser, ni estar, porque no te conoces, ni lo intentas, pues vas mostrando que en ti gana la impotencia de no apreciar lo que es la vida, de no apreciar lo que es el saber expresar, el sentir, el tolerar, el respetar y el estar en un mundo que se te ha concedido, y que eres tú la que lo tienes que hacer posible siempre, la que tienes que buscar el cómo, el donde y el por qué, y así poder dar sentido, aunque nunca encuentres las respuestas que te gustaría tener, pero la vida es algo que va a seguir estés como estés y de ti depende que sea digna o indigna.
Hay que saber perder cuando vendes tu alma al diablo, cuando te dejas manejar como una marioneta, cuando no analizas las cosas y vas pasando por la vida sin dejar huella, cuando no sabes que es compartir, convivir, ser amigo y amar de verdad, cuando buscas solo la superficie, para poderte lavar las manos, después de tus malas actuaciones, cuando siempre buscas algo para aprovecharte y no para dar oportunidades, cuando rayas en lo inrayable, cuando dejas que el rio te lleve, cuando no creas, ni accionas puertas, que se abran, para alentar en la esperanza de que siempre hay un camino, un sendero, un algo que te va hacer regenerarte, moverte y hacer que te sientas vivas por fuera y por dentro.
Hay que saber perder siempre con una sonrisa, aun sangrando por dentro, porque gracias a eso hoy estas, lo cuentas y lo intentas que ni es poco, ni es mucho, pero si lo suficiente, para poder volver a renovar tu alma, tu ser y así mejorar y dar lo mejor.
EstheR SO se feliz
Esther Sánchez Orantos