https://www.youtube.com/watch?v=rDMQzfjoiZcMindfulness y la inteligencia del corazón por José María Doria en el 3er Encuentro Un Mundo una Conciencia, "Vivir sin miedo" que tuvo lugar los días 8 y 9 de febrero de 2014 en Barcelona.
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José María Doria Director de la EEDT
José María Doria. Escritor, director de la Escuela y presidente de la Fundación para la Educación y el Desarrollo Transpersonal.
Director de la escuela y de la Fundación para la Educación y el Desarrollo Transpersonal
En anteriores etapas de la vida, me he visto presentándome de variadas formas. En alguna ocasión he mostrado mi parte viajera y aventurera; en otras, fue el buscador y el peregrino. También me presenté como escritor y conferenciante, e incluso me he llegado a mostrar como experto en educar emociones y acompañar procesos de crisis.
Se supone que para dar contenido a este espacio deberé primero guardar silencio y preguntarme ¿Quién soy? Y aunque tenga tentaciones de entrar en el silencio más profundo como respuesta, te diré que no quisiera soslayar aspectos de mi persona. Por ello, para responder a esta magna pregunta, lo coherente con mi investigación sería decirte: ¿Qué quién soy?, pues, verás: "Yo soy tú".
Tras varios años ejerciendo como consultor privado, recibí un número cada vez más creciente de solicitudes de formación de otros compañeros de profesión -psicólogos, profesores, fisioterapeutas- que deseaban integrar una visión más profunda del ser humano y aplicarla a la terapia psicológica de sus propios pacientes.
Luego de pasar varios años sistematizando mis prácticas -que integraban la ciencia occidental y la mística oriental-, me di cuenta que este material podía ser una bomba para muchos seres que, sin ser titulados académicos en el campo de la salud o la educación, tenían vocación de acompañar a otros en sus crisis y posteriores renacimientos.
En el momento en que tomé la decisión de abrir este abanico teórico práctico de formación, no solo nació un camino de autodescubrimiento, sino también la primera piedra de una Escuela que, poco a poco, atraería a interesantes profesionales al enriquecimiento del proyecto.
En esta etapa de la vida y con barba cada día más blanca, me siento eslabón hacedor de mis últimos hijos: la Escuela y la Fundación, hijos queridos que trato de cuidar con el mismo cariño y entrega que el ofrecido a mis otros hijos, los biológicos. Y reconozco que al tiempo que la Escuela y la Fundación han crecido, mi consciencia con ellas también se ha expandido. En realidad, ambos, la Escuela y yo, hemos madurado en un camino hacia ese interior profundo, núcleo en el que intuyo se halla el tesoro que los seres humanos buscamos.
José María Doria