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 ¿CÓMO SUPERAR Y PERDER LA VERGÜENZA?



Noviembre 10, 2014, 06:39:22 am
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¿CÓMO SUPERAR Y PERDER LA VERGÜENZA?
« en: Noviembre 10, 2014, 06:39:22 am »
CÓMO SUPERAR Y PERDER LA VERGÜENZA
 David Jungle
 
Tanto la vergüenza como la timidez son emociones que nos impiden realizar aquellas acciones que nos gustaría o debemos hacer. La vergüenza nos limita y atormenta. Nos paraliza. Por eso es muy importante reflexionar de donde surge y cómo podemos vencerla. Es una creencia dolorosa que nos hace dudar de nosotros mismos. A lo largo de este artículo conseguirás entender esta emoción y aprenderás cómo puedes afrontarla para así poder superarla.

La vergüenza


Vergüenza del pasado

Vergüenza Interna

Para superar la vergüenza hay que encontrarla y sanarla. Puede estar en el pasado escondida en nuestros recuerdos. Está detrás de esas ocasiones en las que hemos sentido vergüenza por algún motivo, como por ejemplo la vergüenza que ha podido sentir un chico al recibir un rechazo público por parte de una chica. O cuando hemos sentido que tras algo que hemos dicho la gente se ha reído de nosotros. Ésta vergüenza del pasado nos condiciona nuestro presente. No manipula a través de la sensación de vergüenza pasada para que no hagamos eso que un día nos transmitió esa sensación. Volviendo a uno de los ejemplos anteriores, un chico que ha sentido vergüenza tras un rechazo se vuelve menos decidido a volver a intentarlo.

Vergüenza Externa

También puede venir de otras personas. Si nuestros padres sienten vergüenza por algo es probable que nos la transmitan a través de la educación. O puede que nuestros amigos nos hayan contado una experiencia que les dio mucha vergüenza y nos influencie de cara a evitarla nosotros y a asociarla con esta sensación.

Vergüenza en el presente

La vergüenza en el presente es la que sentimos o bien por el caso comentado anteriormente, proviene de nuestras experiencias pasadas y nos está manipulando ahora, o bien por el miedo a lo nuevo. La mente tiende a hacer sólo aquello a lo que está acostumbrada y sabe que se le da bien. Evitamos hacer cosas nuevas porque pensamos que nos va a provocar esta emoción. Si hablamos de la ley de la atracción, si creemos por ejemplo que antes de salir a hablar en público vamos a sentir vergüenza, es más que probable que así suceda. No evites hacer aquello que deseas o tienes que hacer en el presente dándote argumentos lógicos o justificándote porque te da vergüenza. El “es que me da vergüenza” no es una argumentación válida. ¡Sácala de tu mente YA! Muchas personas tienen un gran potencial que no aprovechan por culpa de la vergüenza.

Vergüenza para el futuro

Si no nos acostumbramos a ser valientes y a motivarnos a nosotros mismos para afrontar la vergüenza en el ahora siempre la llevaremos con nosotros. Cuando hay un problema se ponen soluciones. De nada sirve justificarlo. Si algo te da vergüenza piensa que cuanto más lo prolongues más te costará afrontarlo y durante más tiempo te impedirá hacer aquello que quieres hacer.
Para superar y eliminar la vergüenza debemos sanar nuestro pasado, vivir con valentía nuestro presente, y ser optimistas con nuestro futuro.
 
TÚ NO ERES TU MENTE


La mente matemática. La mente racional: Si lo que digo no es correcto haré el ridículo + Se reirán de mí + Me sentiré fatal = Mejor no asumir el riesgo

La mente puede ser nuestra mejor herramienta, pero también nuestra peor enemiga. LA VERGÜENZA SÓLO PUEDE EXISTIR EN NUESTRA MENTE. Es capaz de generarnos dudas continuamente. Es capaz de provocarnos conflictos internos y problemas sin descanso. Puede auto-sabotearnos con facilidad. Impedirnos ser creativos.

Los miedos, las inseguridades, la timidez, la vergüenza…. Son emociones negativas generadas por nuestra mente. Vivimos en un mundo demasiado racional. Tenemos que ser capaces de descontar de ella. Sólo así podemos liberarnos de sus ataduras. ¡Aprende a decir basta a sus murmullos y permítete fluir por la vida sin un continuo análisis! Sonríe cada vez que lo hagas. Sólo así podrás ser natural. Sólo así podrás ser tú mismo. Tú ahora mismo no estás siendo tú mismo. Sólo serás tú mismo cuando esas emociones negativas no influyan tus actos. Si sientes timidez o vergüenza no estás siendo tú.

Las relaciones sociales necesitan de un estado de conciencia. Necesitan que nuestra mente esté despejada. Para seducir e iluminar el fuego interior de una persona hay que arrastrarla al presente, a un estado en el que se vea tan desbordada por lo que siente que consiga olvidarse de todo y de todos. Muchas veces hemos visto y sin duda muchos habréis experimentado, cuando alguien dice que en compañía de una persona se olvida de todo. Entra en un estado de iluminación y de intenso placer al que solemos llamar amor. Podrás tener mucha vergüenza, pero si puedes haber conocido a personas con las que te sentías tan cómodas que actuabas sin pensar. Aún a pesar de que hicieras el payaso. No te daba miedo hacer lo que sentías y querías hacer. ESO ES NATURALIDAD. La mente no existe ahí. Está relajada. Descansando. Para superar la vergüenza debes dejar de lado la racionalidad. No temas equivocarte. ¡No intentes ser perfecto!.

Acerquémonos más a ese presente, a ese vivir en el ahora. Acostúmbrate a mantenerte totalmente presente con lo que hagas. Cuando beses, sé el beso. Cuando acaricies, sé la caricia. Cuando hables, sé tu voz y todos sus matices. Presta atención a cada movimiento, a cada respiración. Sé consciente de cada sensación. Déjate llevar, y siente. No te centres en tus pensamientos. Cuando tengas un problema sí, racionaliza. Busca la solución. Pero cuando hagas algo, como hablar en público, vive ese momento. Concéntrate en tus actos. En lo que tienes que estar haciendo. Olvídate de pensamientos cómo qué pasará si te equivocas, o si los demás piensan que estás nervioso, etc. etc. etc. Esos pensamientos son los que te hacen sentir vergüenza. A la hora de tratar con otras personas ocurre lo mismo.
Cuando hables con alguien líbrate de pensamientos inútiles. Mantén tu mente atenta en la otra persona, en las sensaciones que te produce su compañía y en aquello que dice o hace. Sólo hay una forma de seducir, compartiendo tu ahora. Las inseguridades, la falta de autoestima o los miedos no existen para aquellos que viven plenamente el presente. Ya los sabes, cuando estés con alguien, sumérgete en el ahora. ¡Ahí es cuando todo tu atractivo natural saldrá a la luz! Sin métodos, sin estrategias, sin imitar a nadie. Sólo por ser quién realmente eres. Los métodos, tal y como estudiamos en ventas, no sumergen en nuestra mente racional. Nos centran en cumplir su estructura e indicaciones en lugar de observar a la otra persona y en detectar sus necesidades y cubrirlas. Nos mantienen en la racionalidad y por lo tanto aunque pensemos que nos pueden aportar seguridad porque nos marcan el camino, lo que hacen es fomentar que nuestra vergüenza acabe apareciendo ante situaciones inesperadas que siempre acaban llegando.

Para cautivar a quienes nos rodean tenemos que cubrir sus necesidades emocionales. Siempre que nos comunicamos tanto en el lenguaje verbal como en el no verbal, nos despiertan y despertamos emociones positivas o negativas en los demás. Las positivas seducen. Las negativas repelen. La vergüenza y la timidez pueden ser coquetas. Pueden ser atractivas. Pero si transmitimos esas emociones a otras personas más que como simples observadores, provocaremos el efecto contrario. Repeleremos.
 

No le tengas miedo a la vergüenza y sé valiente para combatirla



Sólo hay una forma de afrontar las turbulencias que se producen en nuestras vidas, y es centrándonos en las cosas positivas que nos pueden aportar.

De esta forma estaremos en paz dentro de la tormenta. Sabremos apreciar toda la sabiduría que es capaz de aportarnos. Toma consciencia de ella. Es cuando se producen los problemas cuando más aprendemos y más crecemos. Rendirse no es una solución válida. Rendirse es de cobardes. Tomar consciencia, aprender, y buscar soluciones, es la actitud de los valientes. Es inteligencia. Sólo así podrás disfrutar y ver belleza en cualquier situación.

La vergüenza, la timidez o los miedos nos ayudan a disfrutar más de nuestros éxitos. Es todo un placer de superación afrontar estas emociones negativas. Piensa en la satisfacción tan grande que vas a sentir cuando afrontes la vergüenza. Cuando sientas que aún a pesar de haber tenido vergüenza ¡LO HAS HECHO! Visualiza lo agusto y orgulloso/a que te vas a sentir. Podemos dejar de sentir vergüenza en muchas cosas situaciones que antes si la sentíamos. Pero no olvides algo, lo que más cuesta, más vale. Eso debe impulsarte ahora. Ese deseo de satisfacción continuo es lo que hará que empieces a afrontar aquellas situaciones que antes te daban vergüenza.

Puedes recibir consejos muy útiles y desarrollar tus habilidades. Pero tarde o temprano para perder la vergüenza vas a tener que “echarle huevos”. Vas a tener que ser valiente. Piensa que no eres el centro del universo. Una vez me sentía nervioso antes de salir a hablar en público. Ahora y casi nunca me pasa porque es algo que ya he hecho muchas veces. Pero antes me daba mucho miedo. No obstante lo hacía, y tras hacerlo me di cuenta de dos cosas. Uno de ellas era que yo no era el centro del universo y que a la mayoría de los asistentes les daba absolutamente igual lo que yo sintiera o hiciera. Y la segundo que muchas personas comparten nuestros mismos miedos, ya que por aquel entonces me decían que ellos no se hubiesen atrevido a salir, por lo que mi valentía les causaba admiración.

Supérate



El estudio hará que tu vergüenza disminuya. Eso es de lógica. La gente que se supera y se esfuerza por ser mejor en algo, aunque al principio le diera miedo hacerlo, cada vez se siente mejor afrontando esas situaciones hasta que se vuelven sencillas. Si has aprendido a hablar correctamente, a tener mejor labia y es evidente para ti mismo que te comunicas mejor, o de que eres más gracioso, la vergüenza que te puede dar hablar con una persona que te gusta será muy inferior, porque te sentirás preparado y listo. Tu autoestima será mayor.

Tú eres tu mejor aliado



Nos apoyamos en los demás para pedirles consejo y ánimo. El coaching existe desde siempre. No obstante, aunque esto sea muy positivo, acostúmbrate a hacerte coaching a ti mismo. A depender sólo de ti. A los demás no los puedes tener a tu lado a todas horas.

Cuando lo estés pasando mal por cualquier circunstancia. Cuando te sientas cansado o desanimado. Cuando veas que las cosas no salen como deseas. Cuando sientas vergüenza. La primera persona con la que tienes que hablar es contigo mismo. Imagínate que le estás consultando a alguien de fuera que sabes que siempre te va a apoyar, y respóndete. Respóndete con positividad y motivación. Así siempre llevarás a un coach a tu lado vayas donde vayas. Tu mejor coach. ¡Tú!

Desde aquí te invito a que empieces desde ¡ya! a superar y afrontar tus vergüenzas. Puedes hacerlo y ahora sabes cómo. ¡Empieza ya!

 

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