CO-CREA TU VIDA.
Los 10 principios de W. Dyer.
1. Debe crearla uno mismo: “¡Quién si no!. En general, la suerte no dura mucho tiempo, pero si hablamos de la buena suerte, la que nace de la responsabilidad sobre la propia vida, ésa es para siempre, porque la creas tú mismo”.
2. Búscala, hay que ir a por ella: “La mayoría de la gente quiere tener buena suerte, pero pocos son los que deciden ir a por ella. Siempre hay más gente dispuesta a invertir en los juegos de azar que la que se propone trabajar para sacar una idea adelante y que, con ese esfuerzo, prospere”.
3. Hay que fijarse y aprender de los errores, esto es fundamental:“Si ahora no tienes buena suerte, tal vez las circunstancias son las de siempre. Para que aparezca la buena suerte es conveniente crear nuevas circunstancias y lo mejor es fijarse en los errores. Si te fijas sólo en lo correcto te encontrarás en la misma situación siempre. El error es la base del cambio y eso es importantísimo. Charles Darwin, por ejemplo, siempre llevaba una libreta encima para anotar todo aquello que no le cuadraba. Sabía que, de lo contrario, el subconsciente haría que lo olvidara. Darwin entendió que inspirándose en el error podría conseguir su objetivo”.
4. Hay que ser generoso: “Preparar las circunstancias de la buena suerte no es buscar únicamente el beneficio propio. Crear circunstancias para que otros también ganen la atrae. Éste es uno de los principios más importantes, porque cuanto más das, más recibes, el conocido efecto ‘boomerang’”.
5. No dejes para mañana... : “Si ‘dejas para mañana’ la preparación de las circunstancias, la buena suerte puede que nunca llegue. Crearlas necesita de dar un primer paso… ¡Dalo hoy!. Y es que lo contrario de la oportunidad es la incapacidad de aprovechar lo que tienes delante ahora”.
6. Hay que buscar en los pequeños detalles, en las circunstancias aparentemente innecesarias pero imprescindibles. “Hay que estar muy alerta, porque siempre hay un pequeño detalle que desvela la esencia del cambio, lo que te da buena suerte puede estar ahí. Es lo que le pasó a Alexander Fleming. El moho lo habían visto todos sus colegas, pero él fue el único que lo puso en el microscopio. Pocos años antes de morir, aseguraba que no había hecho nada y que su único mérito fue no ignorar aquella sugerente capa de moho. Los grandes genios han sido aquellos capaces de hacer algo nuevo con lo que era evidente. Han puesto de manifiesto obviedades que otros no habían sido capaces de ver. Muchas veces los detalles pasan desapercibidos porque no se tiene la actitud adecuada. Si piensas que las cosas pasan porque sí, no ves nada más. Los detalles tienen una capacidad de cambio definitiva, igual que el error”.
7. Despreocuparse por el azar. “A los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les parece absurdo. A los que crean circunstancias el azar no les preocupa”.
8. Desconfiar de "los vendedores de suerte". “Nadie puede vender suerte. La buena suerte no se vende. Ahí está la lotería: la probabilidad de que te toque es casi nula. Cada tres o cuatro semanas hay alguien que consigue mucho dinero, pero piensa en la toda la gente que ha jugado. Sin embargo, ese afortunado alimenta las esperanzas de los millones de personas que se creen que el calvo que sopla pelotitas en el aire se les aparecerá. En realidad, lo que pasa es que a veces tenemos tantas ganas de realizar nuestro sueño que caemos rendidos ante cualquier persona que pase por delante y nos diga que él lo hará por nosotros”.
9. Paciencia y perseverancia. “Cuando ya hayas creado todas las circunstancias, ten paciencia, no abandones. Para que la buena suerte llegue, confía. Hay que tener fe en lo que estás haciendo y tienes que creértelo para verlo y no al revés. La fórmula mágica para nosotros es: imaginación por deseo igual a realidad. El inconsciente no diferencia lo que es real de lo que no lo es. La imaginación es inmediata, imaginar da mucha energía y activa los mecanismos de percepción selectiva que te llevan a que aquello sea más fácil que se produzca. Además, la fe tiene mucho que ver con la capacidad de anticipar el resultado”.
10. La oportunidad siempre está ahí. “Crear buena suerte es preparar las circunstancias para la oportunidad, pero la oportunidad no es cuestión de suerte o azar: ¡siempre está ahí! El mundo está lleno de oportunidades pero, claro, hay que buscarlas. Si no estás preparado, las circunstancias son neutras, pero si lo estás y tienes el coraje de dar un paso adelante estamos convencidos de que hay muchas más oportunidades que amenazas, la cuestión es dar el paso y romper la frontera, que muchas veces está definida por el miedo al fracaso”.